sábado, 22 de octubre de 2022

196 - Patriarcado y cumbia

 196 - Patriarcado y cumbia

 

Mucho ya se ha escrito y seguramente se seguirá escribiendo sobre el sistema patriarcal y la violencia hacia las niñas y mujeres y disidencias. Incluso ya hay cátedras universitarias con esta orientación. Esto significa un gran avance que indudablemente es debido a la acción conjunta de miles de mujeres luchando por su vida y dignidad.

Cualquier persona interesada en este desarrollo puede acceder a libros y  artículos  publicados también en internet. Lo difícil no está en esas lecturas sino en lo que es fundamental, en el vivir cotidiano. Es ahí donde el patriarcado está presente, donde se enraiza, crece y sigue dañando a mujeres y hombres.

Toda nuestra cultura está construida teniendo como una de sus columnas a este sistema por eso debemos encontrarlo en cualquiera de todas nuestras actividades, aún las más simples, en los divertimentos, en la música y el baile.

Podría tomar muchos ejemplos, en este momento tengo presente un estilo de  música que se tiene por popular, sea lo que fuere que se quiera significar al llamarla de este modo, y que es escuchada, cantada, bailada por grandes sectores de la sociedad, me refiero a la cumbia. Recuerdo a un grupo de músicos argentinos, más precisamente de la provincia de Santa Fe, Los Palmeras. Un par de letras de sus canciones ilustrarán la forma por la que la violencia hacia las mujeres es enseñada, publicada, promovida. A través de la música es normalizada llevando a la identificación con los personajes que en las letras aparecen.  Tengo en claro que este grupo no representa a todos los otros de este género musical. 

Esta violencia no es expuesta como tal, y eso lo veremos en unos pocos ejemplos, sino como algo natural, lúdico, como un ejercicio que a todo hombre corresponde imitar.

“Tú me abandonaste sin razón 

Y me lastimaste sin piedad 

Ahora, yo te digo lo que sos

Eres mentirosa, traicionera y yo te digo así 

Perra, perra, tú me abandonaste como a un perro 

Perra, ojalá te vayas al infierno 

Perra, tú me abandonaste como a un niño 

Perra, por eso yo ahora te digo así 

 

El título no es precisamente una pieza poética: Perra.

 

¿Qué hizo esta mujer para merecer ser tratada así? Simplemente no sentir lo que este señor querría que sintiese, simplemente alejarse para seguir ambos su vida. Entender esto para el machista es casi una proeza, no puede concebir la libertad en la mujer, que ella sienta y que además sea dueña de su sentimiento y lo haga valer.

Esta letra enseña que los hombres deben desconfiar de las mujeres, que son engañosas, mentirosas, traicioneras, en definitiva “perras” siempre dispuestas a hacernos daño. Que son capaces de actuar “sin razón”. Volvemos a un tópico cultivado cuidadosamente por el patriarcado: la mujer es un ser irracional.

Es precisamente en este punto donde el patriarcado muestra lo que quiere ocultar, el temor que los machistas tienen a las mujeres en cuanto depositarias de amor, en cuanto seres libres que con su partida o no sintiendo lo que el hombre desea,  pueden ser causa de dolor. Sufrimiento no solo por lo amoroso sino también por el narcisismo herido.

El machismo sin quererlo, enseña que los hombres somos débiles, somos como “un niño” y esto también es peligroso, por un lado porque tiende a la mujer la trampa de consentirnos porque “somos como niños”, por el otro la culpa por el posible dolor que nos puede causar con su distancia, y también nos enseña a los varones que no merecemos ese trato, que está bien  que nos resistamos y defendamos porque somos como niños, porque somos tiernos e inocentes en nuestros sentimientos amorosos y por eso ellas deben, indudablemente, corresponderlos.

“Me abandonaste” “me lastimaste” es la queja infantil, no es el texto de un hombre capaz de aceptar y  vivir su dolor hasta que cicatrice. Es desde esta muy peligrosa y falsa posición de niño con odio que puede llegar a matar.

El patriarcado no mira al  hombre, no lo cuestiona, se dirige hacia la mujer a la que construye desde esta misma mirada, la califica y destruye como persona humana.

Esta otra canción la llama “víbora”

 

“como toda serpiente arrastraste el silencio 

y al final la traición ha golpeado mi espalda, 

yo te juro confiado que no lo esperaba 

 

Víbora, 

te irás, en busca de otro, al que lastimar 

antes de marchar, fíjate en la marca que me dejaras, 

que no se borrará”

 


Nuevamente ella es la mala, la que se mueve en función de causar daño al hombre confiado, amoroso, indefenso, la que al final   “te irás, en busca de otro, al que lastimar”. Una vez más se reitera el mismo argumento, en definitiva, el mito inaugural de nuestra cultura occidental y cristiana, el de Adán y Eva, él inocente y confiado, ella la serpiente que seduce y lleva al pecado.

El hombre queda en el lugar del sentimiento, ella en el de la traición y el daño, porque, según Los Palmeras, ella se guía  solamente por su instinto maligno, se va “en busca de otro al que lastimar”. No puede aceptar que ella encuentre otro a quien amar porque eso lo sacaría del lugar de víctima y lo pondría en el lugar de oponente. Ese otro será visto como el rival, el que tiene seguramente otras posibilidades de las que carecería el “abandonado”. El golpe al narcisismo es terrible, se puede tolerar cualquier cosa menos que ella se entregue a otro hombre, que lo disminuya ante la mirada del rival, por eso aquello de “serás mía o de nadie” que puede llevar incluso a matar.

Le dice “víbora”. El hecho mismo de calificar a alguien llamándola como un animal, más allá de la valoración personal que cada uno tenga en relación a estas personas no humanas, en nuestra cultura representa deshumanización, desprecio, calificación de irracional e incapaz de gestos humanos. Llamar a la mujer “perra” o “víbora” implica este acto de violencia extrema por cuanto busca sustraerla de su ser persona.

 

En otra letra aparece claramente su papel de Eva seductora, provocadora de machos. Se niega el contexto, que es una música creada por hombres, cantada y tocada por hombres, y que la forma de bailar también fue ideada por hombres para su propia excitación colocando a la mujer en el lugar que ellos quieren, antes que seductora, objeto para la satisfacción masculina.

 

“Esa nena lo menea despacito, despacito, 

suavecito, suavecito se acaricia el pompón 

tiene cara de nenita 

mientras baila te lo agita 

y mueve la cinturita 

esperando el sol 

ypa colmo la pollera 

se le baja se le sube se le sube se le baja 

mientras mueve el pompón 

de toda esa nenita que se mueve y que se excita 

que se excita y que se agita”

 

El título de esta pieza no deja ningún lugar a dudas: El pompom.

 

Este texto puede servir como un pequeño manual de los gestos para la excitación del hombre, lo que este está esperando que la mujer haga para atraerlo y encenderle las hormonas, pero claro, siguiendo el mito, pone en ella su propio deseo como si ese baile fuera una especie de exhibicionismo de la satisfacción solitaria de esa mujer.

Un detalle que es fácil dejar pasar y ahí está precisamente una de las claves de cómo el patriarcado, de cómo la violencia hacia las mujeres, cómo el abuso se naturalizan: “tiene cara de nenita”.

 

Esa apariencia “cara de nenita” nos remite a lo que en otra letra no tienen ninguna reserva en hacer público. Esta falta de límite, la seguridad de que su declaración no implicará sanción social alguna, sino, al contrario, que será entendida y aceptada por el público, indica la vulnerabilidad a la que se hallan expuestas las niñas y el fondo abusador que implica el machismo.

En Quisiera volver, Los Palmeras dicen:

 

“¿Qué será que, por las noches, ya no puedo ni dormir?

¿Qué será que, cuando callo, yo me acuerdo más de ti?

¿No te das cuenta, mi niña, lo que has hecho de mí?

Me encerraste entre tus rejas y ya no logro salir

Será porque eres pequeña, la vida nos enseñó

A adorar las cuatro letras de una palabra llamada amor

Solo son 14 años que a tu vida ha dado Dios

Para poder comprender lo que sufre un corazón

(Quisiera volver)

A tus brazos, a pedirte una vez más

(Que seas mi mujer)

Por favor, pequeña mía, escúchame

(Escúchame)”

 

Acá no hay lugar a dudas, a interpretaciones, se dirige a una niña, “mi niña”, de 14 años, “será porque eres pequeña”.

Aún “pequeña” como  Lolita, es la causante del infortunio del sufriente varón: “lo que has hecho de mí? Me encerraste entre tus rejas y ya no logro salir”

 

Nada hay encubierto, no hay disfraz alguno para disimular lo que se desea. Eso que busca, eso que pretende, en la mayoría de los países, es un delito, es llamado pedofilia. El sujeto es un criminal pederasta.

“(Quisiera volver)

A tus brazos, a pedirte una vez más

(Que seas mi mujer)”

 

Las letras hablan de quienes las escribieron y las replican en este caso cubiertas por la música y envueltas en un clima de diversión no tan inocente, y también nos hablan de aquellos que las escuchan y repiten, de la cultura de una sociedad, o si se prefiere de una parte importante de ella.

 

No debe extrañar a nadie que siendo coherentes con esta construcción estereotipada de lo que se espera de una mujer, este mismo grupo musical, Los Palmeras, haya dedicado, con el pretexto de ser un campeón deportivo, una canción homenaje a un feminicida, a un hombre que asesinó a su pareja y trató de hacer pasar ese crimen como un accidente, el boxeador Carlos Monzón.

Alberto B. Ilieff

 

 

 

viernes, 25 de mayo de 2018

195 - El putero: un hombre invisible


El putero: un hombre invisible

Hablamos de la demanda de prostitución en masculino porque en la inmensa mayoría de los casos son hombres, y es que cuando se analizan algunos fenómenos e instituciones sociales, a menudo la masculinidad no es tenida en cuenta como situación privilegiada y son sólo las "otras" a las que se analiza, se etiqueta, se estigmatiza, y a quienes se les exige transformación. En este artículo Beatriz Ranea pone el foco en el putero, en quién demanda la prostitución.
Beatriz Ranea  — Feminicidio.net — 17/4/2017

El hombre invisible al que hacía referencia H. G. Wells no absorbía ni refleja la luz y por tanto, se podía volver invisible a ojos de los demás. Algo así parece que ocurre con los hombres que demandan prostitución que pertenecen a ese género con el "don" de la invisibilidad en algunos debates y análisis.

Hablamos de la demanda de prostitución en masculino porque en la inmensa mayoría de los casos son hombres, y es que cuando se analizan algunos fenómenos e instituciones sociales, a menudo la masculinidad no es tenida en cuenta como situación privilegiada y son sólo las "otras" a las que se analiza, se etiqueta, se estigmatiza, y a quienes se les exige transformación. En lo que se refiere a la prostitución y la trata de mujeres con fines de explotación sexual, tanto en los estudios, los medios de comunicación, como en la cultura popular, prostitución tiende a identificarse únicamente con las mujeres dando lugar a un imaginario colectivo en el que prostitución aparece como sinónimo de prostituta, como si ésta encarnase en sí misma una institución tan compleja como es la prostitución.
 
Canadá penaliza al putero
No suele centrarse ninguna atención en el resto de actores que intervienen como la demanda, el proxenetismo, el Estado o la sociedad. En el caso de la demanda, Beatriz Gimeno sostiene que esta invisibilización "es en sí misma  consecuencia de una ideología determinada que produce  representaciones sociales y sexuales únicas y que ve  la prostitución como natural, y por tanto inevitable". En este sentido, el pensamiento crítico feminista ha de tratar de cambiar esas representaciones sociales y marcos de referencia patriarcales, preguntándonos a qué se debe, por ejemplo, que tanto desde medios de comunicación conservadores como progresistas se siga poniendo el foco únicamente en las mujeres, ocultando uno de los correlatos que las acompañan: el de los hombres que pagan por ello.

Hay un interés claro en invisibilizar a los demandantes porque cuando nos acercamos a la demanda de prostitución, es fácil observar como los puteros reproducen patrones de un modelo de masculinidad hegemónica, es decir, un modelo de "ser hombre" que se aleja del reconocimiento de la autonomía (sexual) de las mujeres. Para acercarse a la demanda, podemos acceder a los escasos estudios al respecto o a los foros donde éstos intercambian experiencias, opiniones, recomendaciones sobre las mujeres o los espacios de prostitución. Algunos ejemplos de comentarios encontrados en foros:
"Después del tiempo que lleva uno en este maravilloso mundo, ando buscando nuevas experiencias. Antes se veía alguna lumi embarazada pero ahora es difícil. Alguno puede facilitar información de dónde follar con una preñada de más de cinco meses en Madrid". (Usuario: daddy)

"Rumanita recién llegada, no habla español, muy servicial, entregada, se deja dedos: Esta acompaña amiga rubia mal teñida, esta rumana es castaña entregada al 100%, 20 21 años se deja meter 3 dedos en la vagina, mientras la chupa sin condón, mejor llevar guantes de látex, la tiras del pelo y la chupa más rápido y no dice nada, se deja. Lo mejor la corrida dentro de su boca, se lo trata todo y además con sonrisa incluida. 15€ chupar y tragar. Follar y tragar 20€". (Usuario: mortaldog)

"He estado en la glorieta más cercana a la avenida real de pinto, donde se ponen las rumanas, y había una que nunca había visto, morena y con unos tetones de impresión (...) Por 15 euros, solo follar sin chupar ni nada nos hemos ido (el precio lo ha puesto ella). Cuando estaba a punto de correrme me dice que pare que voy muy fuerte, total que empiezo a ir más despacio y claro, tardo más, todavía no me he corrido cuando la muy zorra ha cogido y se ha ido. Hija de puta como la vea la atropello, me la he tenido que pelar como un mono, y os aseguro que la he tratado bien, la he dicho que que bonita era, cuando me ha dicho lo de más despacio más despacio, que si donde, todo la he respetado y no ha durado ni 7 minutos la hija de la gran puta. Por favor, si alguien tiene pensado suicidarse, que antes la atropelle". (Usuario: tomaguarra)



Éstos son tan sólo tres ejemplos del proceso de deshumanización de la prostituta que realizan los puteros. Las prostitutas son representadas como mera corporeidad sin subjetividad. Las mujeres son percibidas cuerpos devaluados, también, a través del racismo (sexualizado) que se perpetúa en las relaciones prostituyentes.

Conviene invisibilizar a la demanda, además, porque con la invisibilidad de la demanda subsiste el poder de la fratría masculina sobre el que se sostiene la desigualdad estructural entre mujeres y hombres. Esa fratría que cierra reuniones de negocios en el prostíbulo; o que acude tras la cena de empresa; que celebra la despedida de soltero en un club; que se toma unas copas allí tras la reunión del partido o del sindicato; que celebra la victoria de su equipo; que hace chistes sobre "ir de putas"; que comparte experiencias de prostitución con sus amigos o en foros de internet... Como afirma Rita Laura Segato en referencia a esos clientes que acuden en grupo a la prostitución "es común que estos grupos tengan el burdel como el local para una confraternización entre hombres que incluye la celebración de acuerdos, alianzas, negocios y pactos” de los que se excluye a las mujeres. La fratría se erige sobre la invisibilidad de los privilegios de la masculinidad hegemónica, donde la mujer existe como instrumento para representar su hombría tanto en su autoconcepto como frente al grupo de iguales masculinos.

Los clientes de prostitución no han conseguido alterar el índice refractivo de la luz como lo hiciera Griffin en la novela de H. G. Wells, sino que hay un interés claro en invisibilizarlos como parte del entramado sociopolítico patriarcal donde lo que no se nombra, no existe. Cambiar el marco de referencia para abordar la prostitución, supone toda una revuelta feminista. 

Fuente
http://feminicidio.net/articulo/putero-hombre-invisible




viernes, 4 de mayo de 2018

194 - El liberalismo coloniza en la red


El liberalismo coloniza en la red
Posted on 22/3/2018 by admin
Por Eduardo Febbro* – Página 12,  Argentina

La crisis de la primera red social del planeta es un acto de justicia que la humanidad se merece. El oportunismo delirante de los responsables de Facebook, el revitalizado proyecto político de la derecha radical y la complicidad alucinante de los usuarios configuraron uno de los robos y violaciones más desastrosas de la historia de la humanidad. Mal les pese a los tecnogenéticos, Facebook y las demás empresas del ramo se robaron una idea maravillosa, internet, con el único fin de extender la dominación liberal del mundo.

Occidente creció a la par de la colonización y ahora las redes modernas reinventaron una nueva forma de colonización: ya no se trató más de colonizar un territorio sino que la red es el territorio mediante el cual el liberalismo extendió la nueva colonización. Silicon Valley es un sistema dictatorial cerrado y no un paraíso desde donde salen los conceptos de una humanidad renovada. Los algoritmos de Facebook tienen dos fines: formatear, censurar, manipular, dirigir, expandirse y hacer dinero. Poco le importan al señor Mark Zuckerberg (foto) nuestras alegrías, nuestros llantos o nuestros secretos: solo lo mueve el hambre de ver sus acciones subir y subir. En la red, nuestras vidas son monedas que se acumulan y no perfiles de una humanidad que comparte sus pasiones y relaciones.

La pasividad de los usuarios ante las continuas revelaciones sobre el quebrantamiento masivo de la intimidad y la monetización de sus datos personales, la inoperancia de los sistemas jurídicos de mastodontes auto congratulados como la Unión Europea, la incapacidad o la vagancia ante el reto de crear redes sanas y alternativas, la debilidad de los Estados del Sur y el atraso de las izquierdas cuando se trata de reflexionar sobre las nuevas tecnologías y los desafíos que estas introducen en la libertad humana y en la reformulación del modelo social, la fascinación ante el juguete tecnológico y el proyecto de la derecha planetaria se mezclaron en una danza mortífera.



En la crisis de Facebook se combinan todos los ingredientes que demuestran su pusilanimidad y su indiferencia ante quienes fueron los arquitectos de su riqueza, es decir, los usuarios. Las revelaciones que el ex agente de la NSA (Agencia Nacional de Seguridad) Edward Snowden difundió en 2013 en el diario de The Guardian ya habían probado hasta el hartazgo la connivencia de Google, Apple, Facebook, Yahoo! o Microsoft con los servicios de inteligencia o los sectores privados que hacen dinero con los datos personales o promueven ideologías retrógradas. Todo terminó en un gran silencio que este escándalo saca de las catacumbas de la indiferencia. El caso es de una gravedad destructora: se trata nada más y nada menos de empresas privadas que usaron los datos de 50 millones de usuarios de Facebook con la meta de manipular políticamente a los ciudadanos. La derecha más añeja le ganó a los progresistas de las tecnologías y a los poetas de las ideologías. En Estados Unidos, la consultora Cambridge Analytica obtuvo y se sirvió de los datos como arma de influencia en la campaña electoral de Donald Trump. En Gran Bretaña, la filial de Cambridge Analytica, Strategic Communication Laboratories (SCL), especializada en las acreditadas “estrategias de influencia” destinadas a organismos gubernamentales y sectores militares, procedió igual. Se apoyó en los datos para volcar el referéndum sobre la permanencia de Gran Bretaña en el seno de la Unión Europea del lado del “Leave”, o sea, el ya conocido Brexit. Si se miran bien las cosas, Facebook y el Big Data presiden la reconfiguración de la política mundial, marcada en los últimos dos años por el Brexit y la elección de Trump. La ultraderecha navega a su antojo. Cambridge Analytica usa la masa de los Big Data para confeccionar un pastel de mensajes y formateos de mucho alcance. En 2014, el investigador Aleksandr Kogan (Cambridge), tuvo la idea de crear un test de personalidad al que respondieron casi 300 mil usuarios de Facebook. Esos datos y todos los “links” que van con ellos fueron remitidos por Kogan a Cambridge Analytica. Esta empresa desempeñó un papel igualmente preponderante en las elecciones en Kenia y luego en las primarias del partido Republicano en Estados Unidos a favor de Ted Cruz. Y si aún quedan inocentes que persisten en cerrar los ojos ante la victoria aplastante de la derecha mundial con el puente de las nuevas tecnologías, bastaría con agregar que el principal accionista de Cambridge Analytica no es otro que Robert Mercer, un multimillonario de perfil muy bajo que es, también, accionista del portal de extrema derecha Breitbart News. Y no es todo: en el consejo administrativo de Cambridge Analytica aparece otro ultraderechista distinguido: Steve Bannon, el nuevo ídolo de los populistas globalizados y ex director de la campaña electoral de Trump.



Los apóstoles del racismo, la xenofobia, de la identidad nacional como declaración de guerra, de la soberanía excluyente, de la censura, del cierre de las fronteras y de la guerra comercial se deslizaron en las infinitas sábanas de la tecnología para ofrecernos la pesadilla del Brexit, de Trump, de la violencia contra el otro y de las visiones más atrasadas y tóxicas que la humanidad ha podido diseñar desde principios del siglo XX. La derecha ha obtenido una brillante victoria apocalíptica gracias, también, no sólo a Facebook y sus aliados, sino, también, a nuestra pereza cuando se trata de introducir en nuestro análisis y utilización de las tecnologías la variante política. Hemos actuado como niños con un regalo de Navidad mientras el monstruoso Papá Noel conquistaba y manipulaba nuestra inocencia. Facebook ha dado sobradas pruebas de su inmovilidad, negligencia o complicidad. Los algoritmos de Facebook tienen una repercusión perversa y plantean la pertinencia de la relación entre democracia y red social. La redes nos venden y delinean una suerte de relación que alienta compromisos cuyos resultados son luego reutilizados por otros sectores en la siempre reactualizada cruzada colonizadora de la conciencia humana. Rob Sherman, jefe adjunto del departamento de Privacidad de Facebook, dijo que la empresa se compromete “fuertemente con la protección de los datos de los usuarios”. Una broma retórica de mal gusto. Prueba de ello, Facebook no era inocente: hace tres años se “percató” del robo de los datos de Cambridge Analytica …pero no cerró la cuenta de hasta pasado 17 de marzo.

No cabe ni la más remota duda de que en la Argentina Facebook ha servido y sirve con los mismos fines al liberalismo gobernante. El primer acto de resistencia moral y política de un progresista digno del siglo XXI consistiría en cerrar inmediatamente su cuenta en Facebook. Esto, sin embargo, parece ser más arduo que obligar a los directivos de la red social a ser más responsables. Estamos ante una alianza liberal ultra conservadora pactada entre sectores políticos y compañías tecnológicas. Es una guerra ideológica sin bombas y debemos dejar de ser los corderos inocentes que contribuyen a las victorias de sus verdugos.

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*Periodista argentino, trabaja en la redacción de Radio France Internationale y es corresponsal del periódico Página 12 en París.
http://www.other-news.info/noticias/2018/03/el-liberalismo-coloniza-en-la-red/#more-14644




193 - La idiotización de la sociedad como estrategia de dominación


1 diciembre, 2017

La idiotización de la sociedad como estrategia de dominación
Publicado por cuartaposicion

La gente está imbuida hasta tal extremo en el sistema establecido, que es incapaz de concebir alternativas a los criterios impuestos por el poder.

Para conseguirlo, el poder se vale del entretenimiento vacío, con el objetivo de abotagar nuestra sensibilidad social, y acostumbrarnos a ver la vulgaridad y la estupidez como las cosas más normales del mundo, incapacitándonos para poder alcanzar una conciencia crítica de la realidad.



En el entretenimiento vacío, el comportamiento zafio e irrespetuoso se considera valor positivo, como vemos constantemente en la televisión, en los programas basura llamados “del corazón”, y en las tertulias espectáculo en las que el griterío y la falta de respeto es la norma, siendo el fútbol espectáculo la forma más completa y eficaz que tiene el sistema establecido para aborregar a la sociedad.




En esta subcultura del entretenimiento vacío, lo que se promueve es un sistema basado en los valores del individualismo posesivo, en el que la solidaridad y el apoyo mutuo se consideran como algo ingenuo. En el entretenimiento vacío todo está pensado para que el individuo soporte estoicamente el sistema establecido sin rechistar. La historia no existe, el futuro no existe; sólo el presente y la satisfacción inmediata que procura el entretenimiento vacío. Por eso no es extraño que proliferen los libros de autoayuda, auténtica bazofia psicológica, o misticismo a lo Coelho, o infinitas variantes del clásico “cómo hacerse millonario sin esfuerzo”.

En última instancia, de lo que se trata en el entretenimiento vacío es de convencernos de que nada puede hacerse: de que el mundo es tal como es y es imposible cambiarlo, y que el capitalismo y el poder opresor del Estado son tan naturales y necesarios como la propia fuerza de gravedad. Por eso es corriente escuchar: “es algo muy triste, es cierto, pero siempre ha habido pobres oprimidos y ricos opresores y siempre los habrá. No hay nada que pueda hacerse”.

El entretenimiento vacío ha conseguido la proeza extraordinaria de hacer que los valores del capitalismo sean también los valores de los que se ven esclavizados por él. Esto no es algo reciente, La Boétie, en aquel lejano siglo XVI, lo vió claramente, expresando su estupor en su pequeño tratado Sobre la servidumbre voluntaria, en el que constata que la mayor parte de los tiranos perdura únicamente debido a la aquiescencia de los propios tiranizados.

El sistema establecido es muy sutil, con sus estupideces forja nuestras estructuras mentales, Y para ello se vale del púlpito que todos tenemos en nuestras casas: la televisión. En ella no hay nada que sea inocente, en cada programa, en cada película, en cada noticia, siempre rezuma los valores del sistema establecido, y sin darnos cuenta, creyendo que la verdadera vida es así, nos introducen sus valores en nuestras mentes.



El entretenimiento vacío existe para ocultar la evidente relación entre el sistema económico capitalista y las catástrofes que asolan el mundo. Por esto es necesario que exista el espectáculo vacuo: para que mientras el individuo se autodegrada revolcándose en la basura que le suministra el poder por la televisión, no vea lo obvio, no proteste y continúe permitiendo que los ricos y poderosos aumenten su poder y riqueza, mientras las oprimidos del mundo siguen padeciendo y muriendo en medio de existencias miserables.

Si seguimos permitiendo que el entretenimiento vacío continúe modelando nuestras conciencias, y por lo tanto el mundo a su antojo, terminará destruyéndonos. Porque su objetivo no es otro que el de crear una sociedad de hombres y mujeres que abandonen los ideales y aspiraciones que les hacen rebeldes, para conformarse con la satisfacción de unas necesidades inducidas por los intereses de las élites dominantes. Así los seres humanos quedan despojados de toda personalidad, convertidos en animales vegetativos, siendo desactivada por completo la vieja idea de luchar contra la opresión, atomizados en un enjambre de egoístas desenfrenados, quedando las personas solas y desvinculadas entre ellas más que nunca, absortas en la exaltación de sí mismas.

Así, de esta manera, a los individuos ya no les queda más energía, para cambiar las estructuras opresoras (que además no son percibidas como tales), ya no les queda fuerza ni cohesión social para luchar por un mundo nuevo.

No obstante, si queremos revertir tal situación de enajenamiento a que estamos sometidos, solo queda como siempre la lucha, solo nos queda contraponer otros valores diametralmente opuestos a los del espectáculo vacuo, para que surja una nueva sociedad. Una sociedad en que la vida dominada por el absurdo del entretenimiento vacío sea tan solo un recuerdo de los tiempos estúpidos en que los seres humanos permitieron que sus vidas fueran manipuladas de manera tan obscena.

Autor: Fernando Navarro

Fuente: La Haine
https://cuartaposicionblog.wordpress.com/2017/12/01/la-idiotizacion-de-la-sociedad-como-estrategia-de-dominacion/




192 - Sujetos felizmente manipulados, no gracias


Sujetos felizmente manipulados, no gracias

Un punto de partida para comprender el alcance de la masiva fuga de datos de usuarios de Facebook y su uso político es centrarnos en la oscura relación entre las empresas y las agencias de inteligencia.
Por Slavoj Zizek


Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, debió dar explicaciones ante los congresistas norteamericanos.
Si hay una figura que se destaca por ser el héroe de nuestro tiempo es Christopher Wylie, un canadiense gay vegano que, a los 24 años, se le ocurrió una idea que llevó a la fundación de Cambridge Analytica, una empresa de análisis de datos que tuvo un rol clave en el referéndum en el que ganó la separación del Reino Unido de la Unión Europea. Más tarde, Wylie se convirtió en una figura clave en las operaciones digitales durante la campaña electoral de Donald Trump, creando la herramienta de guerra psicológica de Steve Bannon. Su plan era irrumpir en Facebook y cosechar los perfiles de millones de usuarios en Estados Unidos y usar su información privada y personal para crear perfiles psicológicos y políticos sofisticados, y luego llenarlos con anuncios políticos destinados a trabajar en su maquillaje psicológico. En cierto punto, Wylie estaba realmente asustado: “Es una locura. La compañía ha creado los perfiles psicológicos de 230 millones de estadounidenses. ¿Y ahora quieren trabajar con el Pentágono? Es como Nixon con anabólicos”.

Lo que hace que esta historia sea tan fascinante es que combina elementos que generalmente percibimos como opuestos. La derecha alt-right se presenta como un movimiento que se dirige a las preocupaciones de la gente común, blanca, profundamente religiosa y muy trabajadora que representa los valores tradicionales simples y odia las excentricidades corruptas como homosexuales y veganos pero también a nerds digitales, y ahora nos enteramos que sus triunfos electorales estaban dirigidos y orquestados precisamente por uno de esos nerds que representa todo a lo que ellos se oponen....  Hay más que un valor anecdótico en este hecho: es evidentemente una señal de la vacuidad del populismo de la derecha alternativa que tiene que depender de los últimos avances tecnológicos para mantener su atractivo provinciano. Además, disipa la ilusión de que ser un nerd informático marginal significa automáticamente una posición antisistema “progresiva”. A un nivel más básico, una mirada más cercana al contexto de Cambridge Analytica clarifica cómo la manipulación fría y el cuidado del amor y del bienestar humano son las dos caras de la misma moneda.


Christopher Wylie, el analista que reveló el escándalo de Cambridge Analytica y Facebook.
En El nuevo complejo militar-industrial de grandes volúmenes de datos Psy-Ops, que apareció en The New York Review of Books, Tamsin Shaw aclara “las empresas privadas desempeñan un papel en el desarrollo y despliegue de tecnologías de conducta financiadas por el gobierno”; el caso ejemplar de estas compañías es, por supuesto, Cambridge Analytica:

“Dos jóvenes psicólogos son fundamentales en la historia de Cambridge Analytica. Uno es Michal Kosinski, que concibió una aplicación con un colega de la Universidad de Cambridge, David Stillwell, que mide los rasgos de personalidad analizando los “me gusta” de Facebook. Luego fue usado en colaboración con el Proyecto de Bienestar Mundial, un grupo del Centro de Psicología Positiva de Pennsylvania que se especializa en el uso de datos para medir la salud y la felicidad para mejorar el bienestar. El otro es Aleksandr Kogan, quien también trabaja en el campo de la psicología positiva y ha escrito ensayos sobre la felicidad, la bondad y el amor (según su currículum, un artículo anterior se tituló ‘Down the Rabbit Hole: A Unified Theory of Love’ ‘Adentro del agujero del Conejo: Una Teoría Unificada del Amor`). Dirigió el Laboratorio de Prosicialidad y bienestar, bajo los auspicios del Instituto de Bienestar de la Universidad de Cambridge”.

Lo que debería atraer nuestra atención aquí es el “cruce bizarro de investigación sobre temas como el amor y la bondad con los intereses de defensa e inteligencia”: ¿por qué esta investigación provoca tanto interés de las agencias de inteligencia británicas y estadounidenses y contratistas de defensa, con la ominosa Darpa (Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa del Gobierno de Estados Unidos) siempre acechando en el fondo? El investigador que personifica este cruce es Martin Seligman: en 1998, “fundó el movimiento de psicología positiva dedicado al estudio de los rasgos y hábitos psicológicos que fomentan la felicidad y el bienestar auténticos, generando una enorme industria de libros populares de autoayuda. Al mismo tiempo, su trabajo atrajo el interés y la financiación del ejército como una parte central de su iniciativa de resiliencia del soldado”.

Por lo tanto, este cruce no está impuesto externamente a las ciencias de conducta por manipuladores políticos “malos”, sino que está implícito en su orientación inmanente: “El objetivo de estos programas no es simplemente analizar nuestros estados de ánimo subjetivos, sino descubrir los medios por los cuales podemos ser “empujados” en el sentido de nuestro verdadero “bienestar” como lo entienden los psicólogos positivos, que incluyen atributos como la resistencia y el optimismo”. El problema es que, por supuesto, este “impulso” no afecte a individuos en el sentido de superar sus “irracionalidades” percibidas por la investigación científica: las ciencias contemporáneas de conducta más bien “intentan explotar nuestras irracionalidades en lugar de superarlas. Una ciencia que está orientada hacia el desarrollo de tecnologías de conducta seguramente nos verá como sujetos manipulables más que como agentes racionales.. Si estas tecnologías se están convirtiendo en el núcleo de las operaciones cibernéticas militares y de inteligencia de Estados Unidos, parece que tendremos que trabajar para evitar que estas tendencias afecten la vida cotidiana de nuestra sociedad democrática”.





Tras el estallido del escándalo Cambridge Analytica, todos estos acontecimientos y tendencias fueron ampliamente cubiertos por los medios de comunicación progresistas, y la imagen general que se desprende de ello, combinado con lo que también sabemos acerca de la relación entre los últimos avances en la biogenética (cableado del cerebro humano , etc.), proporciona una imagen adecuada y aterradora de las nuevas formas de control social que convierten el buen “totalitarismo” del siglo XX en una máquina de control bastante primitiva y torpe. Para comprender todo el alcance de este control, se debe ir más allá de la relación entre las empresas privadas y los partidos políticos (como es el caso de Cambridge Analytica), a la interpenetración de las empresas de procesamiento de datos, como Google o Facebook y las agencias de seguridad del Estado - Assange tenía razón en su libro clave extrañamente ignorado en Google: para entender cómo nuestras vidas están reguladas hoy, y de qué manera esta regulación se experimenta como nuestra libertad, tenemos que centrarnos en las relaciones oscuras entre las empresas privadas que controlan nuestros bienes comunes y las agencias secretas estatales. No deberíamos escandalizarnos ante China sino ante nosotros mismos que aceptamos la misma regulación y creemos que conservamos plena libertad y medios solo para lograr realizar nuestras metas (mientras que en China las personas son plenamente conscientes de que están reguladas).

El mayor logro del nuevo complejo cognitivo-militar es que la opresión directa y obvia ya no es necesaria: los individuos están mucho mejor controlados e “impulsados” en la dirección deseada cuando siguen experimentándose como agentes libres y autónomos de sus propias vidas .... Pero todos estos son hechos bien conocidos, y tenemos que dar un paso más.

La crítica predominante procede en forma de desmitificación: debajo de la investigación que parece inocente sobre la felicidad y el bienestar, se discierne un oscuro y oculto complejo gigantesco de control y manipulación social ejercido por las fuerzas combinadas de corporaciones privadas y agencias estatales. Pero lo que se necesita urgentemente también es la  movida opuesta: en lugar de preguntar solamente qué contenido oscuro está oculto debajo de la forma de investigación científica de la felicidad, deberíamos enfocarnos en la forma misma. ¿El tema de la investigación científica sobre bienestar humano y felicidad (por lo menos en la forma en que se practica hoy en día) es realmente inocente, o ya está permeable al control y la manipulación?.¿Qué pasa si las ciencias no están siendo utilizadas incorrectamente, qué pasa si encuentran aquí precisamente su uso adecuado? Deberíamos cuestionar el crecimiento reciente de una nueva disciplina, “estudios de la felicidad” - cómo es que en nuestra era de hedonismo espiritual cuando el objetivo de la vida está directamente definido como la felicidad, la ansiedad y la depresión están explotando? Es el enigma de este autoboicot de la felicidad y el placer lo que hace que el mensaje de Freud sea más actual que nunca.

Como sucede a menudo, Bhután, un país en vías de desarrollo del Tercer Mundo, explicó las absurdas consecuencias sociopolíticas de esta noción de felicidad: hace dos décadas, el reino de Bután decidió centrarse en la Felicidad Nacional Bruta en lugar del Producto Bruto Interno; la idea fue creación del ex rey Jigme Singye Wangchuck, quien buscó dirigir Bhután al mundo moderno, mientras preservaba su identidad única. Ahora con las presiones de la globalización y el materialismo creciendo, y el pequeño país listo para sus primeras elecciones, el inmensamente popular nuevo rey de 27 años educado en Oxford, Jigme Khesar Namgyel Wangchuck, ordenó a una agencia estatal calcular cuántos entre los 670.000 habitantes del reino son felices. Los funcionarios dijeron que ya habían llevado a cabo una encuesta a unos 1000 personas y hecho una lista de parámetros para ser feliz, semejante el índice de desarrollo que lleva a cabo las Naciones Unidas. Las principales preocupaciones fueron identificadas como bienestar psicológico, salud, educación, buen gobierno, niveles de vida, vitalidad comunitaria y diversidad ecológica... esto es imperialismo cultural, si alguna vez lo hubo.





Deberíamos arriesgarnos un paso más y preguntar sobre el lado oculto de la noción de la felicidad misma, ¿cuándo exactamente puede la gente decir que es feliz? En un país como Checoslovaquia a fines de las décadas de 1970 y 1980 la gente efectivamente ERA feliz. Se cumplían tres condiciones fundamentales para la felicidad entonces. (1) Sus necesidades materiales estaban básicamente satisfechas –no demasiado satisfechas, ya que el exceso de consumo puede generar infelicidad en sí mismo–.  Es bueno experimentar una breve escasez de algunos bienes del mercado de vez en cuando (sin café durante unos días, luego sin carne, luego sin televisor): estos breves períodos de escasez funcionaron como excepciones que le recordaban a las personas que debería alegrarse de que los productos estuvieran generalmente disponibles; si todo está disponible todo el tiempo, la gente toma esta disponibilidad como un hecho de la vida y no apreciarían su suerte. La vida, por lo tanto, se desarrolló de manera regular y predecible, sin grandes esfuerzos ni sorpresas y uno se retiraba a su propio nicho privado. (2) Una segunda característica muy importante: existía el Otro (el Partido) a quien culpar por todo lo que estaba mal, de manera que uno no se sentía realmente responsable -si había una escasez temporaria de algunos bienes, aún si una tormenta causaba un gran daño, era “su” culpa. (3) Y, por último pero no menos importante, había un Otro Lugar (el Occidente consumista) sobre el que a uno le era permitido soñar, aún visitar a veces –este lugar estaba a una distancia correcta, no demasiado cerca, tampoco demasiado lejos–. El deseo era la fuerza que impulsaba a la gente a ir más lejos y terminar en un sistema en que la gran mayoría es definitivamente menos feliz...

La felicidad es por lo tanto en si misma, (en su mismo concepto, como Hegel lo hubiera dicho) confusa, indeterminada, inconsistente - recuerden la respuesta proverbial de un inmigrante alemán a los Estados Unidos cuando le preguntaron “¿Es usted feliz?”, contestó: “Si, si estoy muy feliz aber gluecklich bin ich nicht…”. Es una categoría pagana: para los paganos, el objetivo de la vida es vivir una vida feliz, (la idea de vivir “felizmente toda la vida” es ya una versión cristianizada del paganismo), y la experiencia religiosa o la actividad política mismo son consideradas la más alta forma de felicidad (ver Aristóteles)- con razón el Dalai Lama tiene tanto éxito recientemente rezando por el mundo su evangelio de felicidad y con razón está encontrando la mayor respuesta precisamente en Estados Unidos, el último imperio de la búsqueda de la felicidad.. 

La felicidad consiste en la incapacidad o la poca disposición del sujeto para confrontar las consecuencias de su deseo: el precio de la felicidad es que el sujeto permanece atrapado en la inconsistencia de su deseo. En nuestra vida diaria, (pretendemos) desear cosas que realmente no deseamos, de manera que, en última instancia, lo peor que puede pasar es que obtengamos lo que “oficialmente” deseamos. La felicidad es intrínsecamente hipócrita: es la felicidad de soñar con cosas que realmente no queremos. 



¿No encontramos un gesto similar en gran parte de la política de izquierda?

Cuando un partido radical izquierdista pierde por poco las elecciones y la toma del poder, uno a menudo detecta un oculto suspiro de alivio: gracias a Dios que perdimos, quién sabe en que problema nos hubiéramos metido si hubiéramos ganado... En el Reino Unido, muchos izquierdistas admiten en privado que la casi victoria del Partido Laborista en las últimas elecciones es lo mejor que les pudo pasar, mucho mejor que la inseguridad  que podría ocurrir si el gobierno laborista hubiera tratado de implementar su programa. Lo mismo vale para la perspectiva de una eventual victoria de Bernie Sanders en Estados Unidos: ¿cuáles hubieran sido sus oportunidades contra la arremetida del gran capital? La madre de esos gestos es la intervención soviética en Checoslovaquia que aplastó la Primavera de Praga y su esperanza de un socialismo democrático. Imaginemos la situación en Checoslovaquia sin la intervención soviética: muy pronto el gobierno “reformista” tendría que confrontar el hecho que no había una posibilidad real de un socialismo democrático en ese momento histórico, de manera que tendría que elegir entre reafirmar el control del partido –por ejemplo, estableciendo límites claros a las libertades y permitiéndole a Checoslovaquia convertirse en uno de los países capitalistas liberal– demócratas de Occidente. De alguna manera, la intervención soviética salvó la Primavera de Praga, salvó a la Primavera de Praga como un sueño, como una esperanza que, sin la intervención, una nueva forma de socialismo democrático hubiera emergido.... ¿Y no ocurrió algo similar en Grecia cuando el gobierno de Syriza organizó el referendo contra la presión de Bruselas para que aceptaran las políticas de austeridad? Muchas fuentes internas confirman que el gobierno estaba secretamente esperando perder el referéndum, en cuyo caso debían bajarse y dejar que otros hicieran el trabajo sucio de ajuste. Como ganaron, esta tarea les tocó a ellos y el resultado fue la autodestrucción de la izquierda radical en Grecia.. Sin ninguna duda, Syriza hubiera sido mucho más feliz si hubiera perdido la consulta.                

Entonces, volviendo a nuestro punto de partida, no solamente somo gente “feliz” controlada y manipulada que secretamente e hipócritamente exigen ser manipulados por su propio bien. La verdad y la felicidad no van juntas: la verdad duele, trae inestabilidad, arruina el fluir de nuestras vidas diarias. La elección es nuestra: ¿queremos ser felizmente manipulados o exponernos a los riesgos de la creatividad auténtica?.

* Filósofo y crítico cultural, es profesor en la European Graduate School, director internacional del Birkbeck Institute for the Humanities (Universidad de Londres) e investigador senior en el Instituto de Sociología de la Universidad de Liubliana. Su última obra es Porque no saben lo que hacen (Akal) y Antígona (Akal). Próximamente Territorios inexplorados. Lenin después de octubre (Akal).

Traducción:  Celita Doyhambéhère.


miércoles, 28 de junio de 2017

191 - El Tribunal de Estrasburgo ampara a un condenado por pornografía infantil



Esta noticia es relevante en cuanto a partir de ella se puede hacer algunos pronósticos acerca del  movimiento social en general y en especial de las relaciones humanas.

Tengamos presente que estos fallos son solamente posibles a partir del imperio del neoliberalismo.  El neoliberalismo no es solamente un modo de encarar la economía sino toda una ideología, que como tal, incluye las relaciones que tenemos con nuestros congéneres y aún con nosotros mismos. Implica un mundo de significados que se nos va imponiendo y en este orden son los que fundamentan los diversos fallos judiciales que en distintos ámbitos se van dictando.

Tomemos como punto de partida  aquella entrevista en la que Margaret Thatcher se preguntaba '¿quién es la sociedad?' y ella misma respondía 'no existe tal cosa, tan sólo individuos, hombres y mujeres'

Al parecer, cuando se me enseñó que la familia es la célula primaria de la sociedad, desde el punto de vista de Thatcher y quienes como ella piensan, se me estuvo mintiendo descaradamente, se me hizo creer en otra fantasía como la de los reyes magos que cada año me traían sus regalos, pues la sociedad no existe. Claro, la consecuencia es que entonces la familia ya no es célula de algo, ya no es célula, o sea, la familia tampoco es. ‘tan sólo individuos, hombres y mujeres'   Seres aislados, encerrados en sí mismos que deambulamos por el universo sin posibilidad de unirnos, de concretar formaciones más amplias, más comprensivas, inclusivas.

El fallo de esta corte  de Derechos Humanos es representativo de este pensamiento pues deja de lado a la sociedad  y corona al individuo como superior a ella. Un individuo, en este caso, que tiene a su privacidad como un más allá al que las leyes no pueden alcanzar.

¿Importa que esas imágenes sean de cientos, miles, de niños siendo violados, abusados sexualmente? ¿Interesa que esas imágenes de niños siendo abusados sean fruto de un delito?  ¿dónde quedan los niños victimizados? No, eso ya no cuenta.

Es el imperio del individuo, de este ser solo incapacitado para establecer conexiones, para agruparse pues en este esquema no hay nada que modificar ni por qué luchar pues la sociedad no existe, a lo sumo lo que puedo modificar es mi situación personal en relación al mercado y a mis posibilidades de consumo. No hay horizontes humanos sino funcionales dentro de un sistema de compra, venta, uso, en el que todo, todo, es  mercadería transable.
 No hay paso, transición posible desde el individuo al grupo, al barrio, al colectivo,a la sociedad.

Cuando desde el abolicionismo decimos que la prostitución daña no solamente a la persona que es llevada a esa situación sino a toda mujer –también a todo hombre- , estamos haciendo un discurso vacío para los neoliberales, muy lejano a su comprensión porque apelamos a conceptos que para ellos han muerto, carecen de significado. ¿cómo se puede dañar a algo que no existe?

El reglamentarismo de la prostitución se inscribe netamente dentro del lineamiento neoliberal. Se pide que el Estado intervenga únicamente para garantizar  al comercio de los cuerpos su inserción en el mercado y su desempeño como “un trabajo como cualquier otro”, liberado de las ataduras que pudieran constreñir su expansión y ganancias. La bandera del supuesto pedido de “derechos” para las trabajadoras es solamente eso, una capa encubridora, pues a sabemos en que quedan reducidos los derechos del trabajador en el capitalismo neoliberal.

Este fallo del Tribunal de DDHH de Estrasburgo representa todo esto, el placer que le produce al individuo observar imágenes de niños siendo violados debe ser protegido porque es el centro del sistema al que oponemos un fantasmático colectivo de “niños abusados” pero carente de entidad.
Si alguien dijera “cuidemos a los niños”, Thatcher bien nos podría responder: no existe tal cosa como “los niños”, solamente pequeños individuos que andan por ahí…
Alberto B Ilieff 



El Tribunal de Estrasburgo ampara a un condenado por pornografía infantil

La Policía registró el ordenador del acusado después de que lo llevase a una tienda de informática y un técnico encontrara elementos pedopornográficos. El Tribunal Supremo y el Constitucional rechazaron el recurso del demandante, amparándose en su derecho a la vida privada. El Tribunal de Estrasburgo considera que la incautación del ordenador y el examen de los archivos no eran "necesarios en una sociedad democrática".
    EFE. 30.05.2017 -

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo ha condenado este martes a España por no proteger el derecho a la vida privada de Carlos Trabajo Rueda, condenado por posesión y difusión de imágenes pornográficas de menores y cuyo ordenador fue revisado por la policía sin autorización judicial.

El demandante había solicitado una indemnización de 134.805 euros por haber tenido que "vivir en clandestinidad hasta la prescripción de la pena" y "fuera de ley". La Corte cree que la sentencia supone una compensación suficiente.

Trabajo Rueda llevó su ordenador a una tienda de informática de Sevilla para cambiar la grabadora el 17 de diciembre de 2007 y aclaró que el aparato no tenía clave de acceso.

Un técnico hizo un test con varios archivos de "mis documentos" y encontró los elementos pedopornográficos, que denunció a la policía.

Ante las imágenes encontradas también en el programa de intercambio eMule, el ordenador pasó a la policía
judicial y se puso en conocimiento del juez instructor.
 
La Audiencia Provincial de Sevilla condenó en 2008 a Trabajo Rueda a cuatro años de prisión y señaló "que era difícil reconocer al demandante el derecho a la vida privada" porque "sus archivos eran accesibles a quien se conectara a la red de intercambio".

Los Tribunales Supremo y Constitucional rechazaron los recursos del demandante.

El 27 de mayo de 2009, la Audiencia Provincial de Sevilla dictó una orden arresto para que el demandante cumpliera la pena de prisión. Su fuga lo impidió y la condena prescribió el 3 de abril de 2014.

El fallo del Tribunal de Estrasburgo concluye que la incautación del ordenador y el examen de los archivos por la policía "no eran proporcionados al fin buscado ni necesarios en una sociedad democrática".

Para la Sala Tercera de la Corte, "es difícil apreciar la urgencia que obligó a la policía" a examinar los archivos sin autorización judicial, ya que "no existía ningún riesgo de desaparición de los ficheros". Recuerda el Tribunal que "los abusos sexuales constituyen sin duda un comportamiento odioso que hace más frágiles a las víctimas" y "los menores y otras personas vulnerables tienen derecho a la protección del Estado".

El juez ruso Dmitri Dedov votó en contra de la sentencia porque considera que el derecho a la vida privada no es compatible con la vulneración de leyes. Y afirmó que el "lema" de la sentencia podría ser "fiat iustitia, et pereas mundus" (Hágase justicia, aunque perezca el mundo).



Fuente:
http://gerente.com/co/rss-article/el-tribunal-de-estrasburgo-ampara-a-un-condenado-por-pornografia-infantil/