viernes, 30 de agosto de 2013

66 - Posthumanos



66
Posthumanos


Hoy voy a comentarles acerca de un tema todavía no conocido pero que seguramente va a tener mucho peso.
Hay una serie de autores actuales que han creado una línea de pensamiento  llamada “transhumanismo”.
Esta corriente tiene mucho que ver con nuestra época, con las fantasías que nos rodean y también con gran parte de la realidad.



Quizá muchos de uds hayan leído aquel libro que fue escrito en 1932 y tiene por título “Un mundo feliz”  su autor fue Aldous Huxley.  En él se habla de una sociedad ideal en el que todos sus habitantes son felices, sus cuerpos perfectos, y siempre jóvenes. Para el logro de este objetivo se  utilizan todos los medios de la ciencia y la técnica  y también las drogas.  Aparece la dependencia a lo externo, al consumo, pues los habitantes de este mundo feliz para ser también ellos felices, deben recurrir necesariamente a  una droga sintética: el Soma.

El transhumanismo tiene mucha relación con lo expresado en esa novela pues  postula la superación del ser humano actual, tanto en sus capacidades físicas como  psíquicas, para originar otra  humanidad muy superior a esta, la posthumana.

Todavía es muy temprano para hacer un análisis de esta propuesta porque aún está en pleno desarrollo,  las corrientes internas son varias y los problemas que van surgiendo no están suficientemente delineados ni cuestionados en el propio pensamiento.  De todos modos nos interesa bosquejarla porque tiene relación directa con la ideología que a partir del capitalismo neoliberal se impone: el individualismo, el racionalismo materialista que prescinde de ideas tales como los valores y reduce la creación espiritual o los sentimientos a simples efectos de la materia.
Apunta a una concepción determinada de la naturaleza humana, la persona y de la dignidad.
Confirma la idea de que el concepto de “dignidad” molesta porque es un tope a los gobiernos, a los poderes y a la “libertad de mercado” para la que los negocios son la prioridad y única justificación de la conducta humana.

Hablar de transhumanismo no es solamente decir de una etapa superadora de “lo humano”, sino de la constitución de un ser diferente. Es el camino hacia el logro de ese ser tan diferente que solamente podrá ser definido como posthumano por aquellos que obtengan esta posición, serán aquellos  que romperán con esta etapa del desarrollo que nosotros somos.

El perfeccionamiento humano no pasa por la profundización moral, por lo espiritual, por el conocimiento o el arte, por algún tipo de trascendencia, no importa a qué llamemos con ese nombre. Para esta línea de pensamiento el perfeccionamiento esta dado por las tecnologías aplicadas al cuerpo.

Uno de sus impulsores, Nick Bostrom dice: ““un movimiento cultural, intelectual y científico, que afirma el deber moral de mejorar la capacidad física y cognitiva de la especie humana y de aplicar las nuevas tecnologías al hombre, de manera que se puedan eliminar los aspectos no deseados y no necesarios de la condición humana como el sufrimiento, la enfermedad, el envejecimiento e incluso, el ser mortales”. 




 El posthumano es concebido como un ser tanto “natural” como artificial,  con vida superior a 500 años sin deteriorarse, un cuerpo fabricado a medida, del que podrá hacerse copias, sus capacidades cognitivas duplicarán las capacidades máximas de un ser humano actual, tendrá el control de todos los estímulos sensoriales y no sufrirá a nivel psicológico pues ejercerá un control emocional total, tendrán una capacidad más grande para el placer, el amor, la apreciación del arte y la serenidad; experimentarán estados de conciencia que el cerebro del humano actual no puede siquiera sospechar.

Por este motivo plantean la necesidad de desarrollar al máximo la investigación en nuevas tecnologías y rechazan cualquier limitación o prohibición de su uso o desarrollo. Sostienen el derecho moral de utilizar los métodos tecnológicos, por parte de aquellos que los deseen, para potenciar las capacidades físicas e intelectuales y para aumentar el nivel de control sobre su propia vida.

Algunos de sus expositores dicen que ya estaríamos en el camino transhumano, o sea dejando de ser humanos y dando pasos hacia la posthumanidad,  en la medida en que intervenimos en nuestra materialidad mediante  los psicofármacos, los medicamentos para mejorar el tono muscular, la ingeniería genética, aplicaciones de la biónica (artefactos mecánicos que se integran en el cuerpo, por ejemplo para sustituir un miembro amputado).
Nuestro cuerpo hace años que es intervenido por la ciencia médica, por ejemplo mediante operaciones y  transplantes, pasando por todas las cirugías estéticas,  también con incorporaciones como puede ser un corazón artificial, clavos en lesiones óseas, plaquetas de metal y hasta lo más naturalizado como puede ser una dentadura postiza o un implante. De lo que ahora se trata es llevar esto al máximo, y no solamente para curar sino para optimizar en un proceso de reforma.


Esto ya comenzará a cumplirse desde antes del nacimiento pues sostienen que cada padre, cada madre, tienen el derecho a tener el mejor hijo posible o el que ellos desean, para esto es ético recurrir a la manipulación genética, así hasta se podrán obtener hijos por pedido. Y acá pido atención porque en este tren sostienen la llamada eugenesia liberal que se aplica de dos maneras. La primera es la eugenesia negativa: consiste en la eliminación de los embriones o fetos que presenten alteraciones genéticas o malformaciones. Su fundamento es obtener el mejor individuo capaz de alcanzar el mejor estándar de vida.
La segunda, la eugenesia positiva que  consiste en la obtención del sujeto mejor logrado mediante la modificación genética de los embriones humanos para crear “bebés de diseño”.
Algunos van mucho más lejos y dicen que se tendrá que permitir el infanticidio, o sea la eliminación de aquellos nacidos con algún tipo de alteración o enfermedad.













  Para estos autores la naturaleza humana está constituida por materia y la persona por conexiones neuronales. De este modo, cuando seamos capaces de comprender los procesos materiales podremos controlarlos y de esa manera modificar según nuestra voluntad el funcionamiento cerebral, logrando así controlar a los seres humanos. La manipulación de los procesos cerebrales permitirá una nueva psicología libre de malos recuerdos, traumas, frustraciones, abierta a la felicidad, incapaz de sentir dolor psíquico y libre de sentimientos negativos.

Y acá otra nota que quiero resaltar, este proceso mental podrá ser escaneado, captado, algo así como copiado en una memoria o un archivo y puesto en una máquina. Esta máquina ahora tendrá todo un proceso mental, o sea que será inteligente y tendrá todas las características de la persona por lo que entonces se habrá convertido en una persona.

Un punto importante es que el transhumanismo no hace diferenciación entre seres humanos, inteligencias artificiales, animales o posibles seres extraterrestres.
Esto es dable porque quien nació humano podrá tener incorporadas tantas partes de máquina, tantos aparatos o estará tan conectado a máquinas que será difícil decir si es algo artificial o natural, lo mismo pasará con el aparato que contenga una personalidad, la mente de un humano. Imaginemos los anteojos ideados por google, los google glass en los que al mismo tiempo que uno hace sus tareas, puede darle un vistazo a la computadora y leer, por ejemplo, los correos. Ahora imaginemos que estos anteojos, esta pantalla, ya no esta afuera sino adentro del ojo. Algo así es lo que propone el posthumanismo.

Para que todo esto pueda ser desarrollado es necesario eliminar el principio de “dignidad”. Recordarán que en otra charla dijimos que la dignidad es aquello que todas las personas sin excepción poseemos por el simple hecho de ser humanos, que no es necesario hacer o dejar de hacer nada para ser dignos, y que ella es la que nos hace iguales y merecedores de un trato respetuoso.
Ahora si la idea es tomar fetos que no cumplan con los caprichos de los padres o presenten alguna alteración, o niños y eliminarlos. Si lo que se pretende es la manipulación genética, o considerar personas a determinadas máquinas, la dignidad molesta porque entonces limita estas posibilidades, pone un freno moral, por eso muchos de estos autores la consideran una idea vacía e inútil.
De este modo también el concepto de igualdad deberá ser eliminado, ya no tendrá sentido hablar de la igualdad de los derechos, si no hay un fundamento que nos hace intrínsecamente iguales, si no es posible reconocer que todos y todas tenemos un mismo valor independiente de cualquier condición.

Todo esto me hace pensar  que es una vuelta al mito de la raza superior, nada más que ahora será mediante la tecnología. Las diferencias se agudizarán porque serán pocos los que puedan acceder económicamente a estos productos, así mientras algunos podrán llegar a la posthumanidad el resto seguirá  siendo solamente humano. Me pueden decir que como su inteligencia será maravillosamente superior habrán solucionado estas cuestiones, lo que no me satisface porque una mayor inteligencia no significa necesariamente una mayor capacidad moral o mayor empatía que permitan brindarse a los otros. Estamos acostumbrados a ver que en muchos casos sucede lo opuesto, la inteligencia es usada para someter y usar a los demás.





También surgen cuestiones como ¿qué pasará si el cuerpo de alguien produce rechazo y no puede ser implantado? O cuando alguien comience con fallas “en el sistema”, o simplemente cuando alguna persona no quiera, no acepte ser implantada o conectada a ningún aparato ¿también serán eliminados?







 Quizá todo esto nos parezca un delirio, pero no lo es tanto si pensamos en el mundo que estamos creando, en el culto al cuerpo, que es muy distinto del cuidado de la salud, en los aparatos que cada vez más nos rodean y se nos vuelven imprescindibles.
Las cosas serán personas y las personas cosas, se habrá cumplido el sueño neoliberal de las personas objetos, mercaderías, desechables cuando han cumplido su ciclo o tengan algún defecto o porque ya querremos otras nuevas.  Se habrá logrado eliminar a la persona y dejar solamente el cuerpo, el cuerpo para usar y cambiar a gusto y también para desechar si puedo ser transplantado a una computadora o un robot.
Será otra humanidad, seguramente, pero no libre como dicen, porque sin dignidad no hay libertad, sino esclavizada a las empresas que les venderán los aparatos y conexiones, obedientes ovejas de la tecnología. Esclavizados por haber separado cuerpo y persona, por creer que el cuerpo es un objeto que ocupamos y nada más, al que se le puede hacer cualquier cosa porque al fin y al cabo es solamente eso…..Infeliz herencia de las religiones que nos han hecho creer que puede haber una mente, una persona, sin cuerpo, como si nuestra historia no hubiera transcurrido en esta carne que somos.







La mayoría de las IMAGENES han sido tomadas desde la web, si algún autor no está de acuerdo en que aparezcan por favor enviar un correo a  alberto.b.ilieff@gmail.com y serán retiradas inmediatamente. Muchas gracias por la comprensión.








sábado, 17 de agosto de 2013

65 - Grullas por la paz


El único edificio que quedó en pié.Hiroshima


65
Grullas por la paz


 Este comentario seguramente para muchos no estará en la fecha indicada,
 porque los recordatorios, como
los cumpleaños, como todo lo que está pautado en esta civilización que hemos sabido crear, tiene un día y horario adecuado.
Recordamos en las fechas correspondientes y olvidamos en las siguientes por eso no me interesa que sea oportuna esta nota, solamente que sea.

Me animo a generalizar y decir que todos buscamos la felicidad, que deseamos llegar a esos momentos en que todo parece estar iluminado y brillar.
Me pregunto: ¿es posible ser feliz?
¿Cuál es el costo?
Los instantes felices son de profundo egoísmo, de un olvido total hacia lo que nos rodea, por eso en un momento cercano se rompen, el espejismo es atravesado.
¿Cómo se puede ser feliz cuando estamos rodeados de dolor? Aún las sombras de Hiroshima y Nagasaky ensombrecen al sol. Hoy hablaré de ellas, o mejor dicho de su destrucción y de los que allí murieron.

Es verdad, ya no podemos hacer nada más que recordar y silenciarnos un minuto en homenaje a todos aquellos que fueron tan buenos o malvados como podemos serlo nosotros.
Pero las sombras no se agotan en ellos. Si el tiempo no retrocede y nos da otra oportunidad, hoy sí la tenemos porque en África siguen matando, porque los campos de concentración como Guantánamo están muy cerca, porque el exterminio de los pueblos originarios está sucediendo ahora, los misiles están volando hacia su blanco y los traficantes de drogas y armas avanzan sobre nuestro niños.
Hiroshima y Nagasaky nos deben recordar también que ahora es tiempo de hacer algo. Ahora.


Bomba Litle Boy sobre Hiroshima
Estamos en la guerra entre Estados Unidos y Japón, es el día 6 de agosto de 1.945, un avión de guerra B-29 bautizado como Enola Gay deja caer sobre la ciudad de Hiroshima el primer ataque nuclear de la historia.
A los pocos días, el 9 de agosto de 1945,  Estados Unidos lanzó una segunda bomba nuclear sobre la ciudad de Nagasaki, lo que forzó la capitulación de un Japón que ya estaba derrotado  y puso fin a la Segunda Guerra Mundial.
De este modo los nombres de Hiroshima y Nagasaki por siempre serán recordados como  los dos únicos ataques atómicos de la historia y en más se convertirán en un perpetuo monumento al horror de las guerras y al clamor por la paz.


Instante de la explosión sobre Hiroshima
Bomba Fat Man sobre Nagasaky



Foto desde un bombardero



















En Hiroshima se levanta el Parque de la Paz muy cerca del lugar donde fue detonada la bomba que acabó de forma inmediata con la vida de unas 80.000 personas y con el tiempo siguió matando por lo que para finales de 1945 los muertos se elevaban a unos 140.000 y las víctimas por la radiación en muchos años posteriores fueron muchas más. En ambas ciudades, la gran mayoría de las muertes fueron de civiles, personas como vos o yo, como cualquier otra. Generaciones de japoneses debieron soportar malformaciones en sus nacimientos por causa de la radiactividad.

Lo importante era probar las bombas, ver en la práctica su funcionamiento y dejar bien claro a la humanidad, especialmente a los rusos, de qué eran capaces los guerreros norteamericanos, seguramente pensaron que la muerte de miles de inocentes eran “daños colaterales”, o sea, consecuencias no deseadas pero inevitables. La gran mentira que aún hoy escuchamos. Mentira porque la guerra es evitable. Estas bombas también, los documentos prueban que Japón ya en 1943 quería tramitar la rendición.

La ciudad después de la bomba

Hiroshima. Monumento realizado con escombros metálicos.

El diario La Nación publicó el 4 de agosto de 2013 un texto que me pareció hermoso y pertenece a Fernanda Sandez, llamado “Los pájaros de Hiroshima, entre la plegaria y el desdén”,  el que dice:

“Algo pasa con los pájaros. Algo nos pasa con ellos. Los hicimos mensajeros de los dioses, espléndidos como Garuda (el pájaro que transporta deidades por el firmamento de la India) o el Fénix. Hemos leído el futuro en sus entrañas, los pusimos a custodiar templos y ciudades y alguna otra vez hasta decidimos que su vuelo no era otra cosa que la caligrafía de Dios.

Leyenda sobre leyenda, pluma sobre pluma, muchas de nuestras historias incluyen pájaros y la de la tragedia de Hiroshima (de la que se cumple un nuevo aniversario pasado mañana) mal podía ser la excepción. La historia es conocida: el día en el que un pájaro metálico llamado Enola Gay dejó caer un hongo anaranjado, la niña Sadako Sazaki (de dos años entonces) comenzó a morirse en secreto. Sobrevivió al estallido, sí, pero un día cualquiera, diez años más tarde, descubrió que ya no podía correr. Le diagnosticaron leucemia y le contaron a su madre que no viviría mucho. Su amiga Chizuko le contó otra cosa: le habló de una leyenda antigua, le dijo que los dioses conceden cualquier deseo (incluso sobrevivir a una bomba atómica) a quien logre hacer mil grullas de papel. Sadako, esa misma noche, se puso a plegar lo que tenía a mano: recetas médicas, prospectos, servilletas, cualquier cosa próxima a su cama de internación. Llegó a plegar 644. Sus compañeros del colegio plegaron por ella las 366 que faltaban. Así tocó la tierra Sadako: rodeada por el más hermoso de los cortejos, grullas amasadas por manos amigas.
Sadako Sazaki






Desde que esta historia se hizo pública, en 1977, cada año y desde cualquier lugar de la Tierra vuelan hacia Hiroshima bandadas de grullas de papel. Un alado pedido por la paz que hasta tiene su propio monumento: una nena que sostiene en sus palmas un ave plateada. Desde entonces, también, los pájaros también han sido otros. Tardaron un tiempo en volver a Hiroshima, en volver a confiar en esa tierra arrasada. Suele ser así: los pájaros huyen de la muerte, y tal vez por eso también hay quien dice que las aves modifican su rumbo para no ver Auschwitz. Sin embargo, por el tiempo en que funcionó allí un campo de exterminio, con sus crematorios y sus cámaras, los pájaros (alondras, mirlos, petirrojos) estuvieron viéndolo todo. Y siendo a su vez observados por Günther Niethammer, un guardia nazi aficionado a la ornitología. El teniente Niethammer llevó adelante precisas observaciones. Apuntó todo: vuelos, plumajes, colores. El incesante desfile de trenes embarazados de prisioneros nunca fue para él más que paisaje. El lienzo sobre el que se recortaban las aves que lo apasionaban.


Entre las grullas de Sadako y los mirlos de Niethammer parece haber pasado bastante más que tiempo. De la mirada del científico que mide y promedia en pleno infierno a la niña afiebrada que sobrevivió al infierno cabe un universo completo, con sus soles. La niña reza con los dedos; el hombre mira desde atrás de cristales. El mundo de Sadako no podría ser más nuestro; el de Niethammer, tampoco. Tal vez eso sea lo que saben los pájaros: que entre una y otra cosa suele haber no más de un arco de distancia. Ése es quizá también el verdadero desafío que nos sigue murmurando Hiroshima: vivir, todos nosotros, decidiendo a cada instante entre el toque y la indiferencia, entre la plegaria y el desdén. Con su origami desesperado, Sadako nos contó más sobre los pájaros que Niethammer en las páginas de su cuaderno. Después de todo, puede que los giros de las bandadas contra el cielo realmente sean la letra de Dios. Lástima que ya casi nadie recuerde el idioma.” *

Monumento a Sazaki



Tres años después, cuando su historia empezó a ser conocida, todos los niños de Hiroshima llevaron una grulla hecha por ellos mismos para inaugurar una estatua con Sadako con una grulla que sale de sus manos como si quisiera echar a volar. La grulla se convirtió en el símbolo de la paz.

En la base de esta estatua esta escrito: “Este es nuestro grito. Esta es nuestra plegaria: paz en el mundo”.

Desde entonces en los alrededores de su estatua, miles de personas dejan sus  grullas de papel para recordar a Sadako y a todos los niños que murieron a causa de las bombas atómicas.








La rosa de Hiroshima

Piensen en las criaturas
Mudas telepáticas
Piensen en las niñas
Ciegas inexactas
Piensen en las mujeres
Rotas alteradas
Piensen en las heridas
Como rosas cálidas
Pero oh! no se olviden
De la rosa de la rosa
De la rosa de Hiroshima
La rosa hereditaria
La rosa radioactiva
Estúpida e inválida
La rosa con cirrosis
La anti-rosa atómica
Sin color sin perfume
Sin rosa sin nada

Poema de  Vinicius de Moraes













*  http://www.lanacion.com.ar/1607261-los-pajaros-de-hiroshima-entre-la-plegaria-y-el-desden











lunes, 5 de agosto de 2013

64 - Garganta Profunda



64
Garganta Profunda

Un buen mago es aquel que nos hace olvidar del truco y creer que lo visto es verdadero. Es la magia del arte, la capacidad de llevarnos a un mundo lindante con los sueños, donde la realidad y la fantasía se mezclan de tal manera que por unos momentos es difícil separarlas.
Las películas nos llevan a ciudades, países, épocas diferentes y aún desconocidas y permiten ponernos en la piel de distintos hombres y mujeres, hasta en animales, en las películas animadas. Lloramos, reímos, simpatizamos con quienes aparecen en la pantalla. Vemos reflejada nuestra situación, muchas veces aprendemos cómo resolver algún problema similar al del protagonista, dejamos caer en ese cuadrado luminoso nuestros miedos y deseos.
Se encienden las luces, se apaga el proyector y volvemos a nuestra realidad, sabemos que lo que hemos visto es un cuento, una historia con imágenes gigantescas.

Las películas pornográficas tienen mucho de común con lo expresado. También son filmadas de acuerdo a ciertas reglas y son ficciones. La gran dificultad estriba en esto precisamente. En las películas convencionales vemos matar a una persona, o caer desde un décimo piso, y al mismo tiempo que nos posesionamos de la situación sabemos que es falsa, que es una actuación, un truco. En la pornografía encontramos todos los elementos de cualquier filmación: luces, cámara, ambientación, decorado, actuaciones, a veces un libreto, hay cortes, ediciones del material. La diferencia es que lo que se ve es real, las penetraciones son verdaderas. Esto de algún modo rompe la magia, la realidad irrumpe en la ficción y la descompone.
¿es ficción? ¿es realidad? ¿hay actuaciones?

Nuestra fantasía completa el cuadro, imaginamos vidas plenas de satisfacción sexual de los “actores y actrices”, totalmente libres y desinhibidos, deseados, con fama y fortuna. Fácilmente se olvida que todo es ficción, todo es una escena preparada para atraer nuestro deseo. Nos parece haber estado espiando por la ventana la sexualidad de nuestros vecinos, no queremos aceptar que estuvimos viendo actos de prostitución, porque lo presenciado es sexo a cambio de dinero, sin deseo ni pasión, solamente por dinero.

Nos cuesta entender que las películas pornográficas forman parte del sórdido mundo de las personas sometidas, de la sexualidad convertida en simple rutina, en una máquina  para obtener dinero.
En esto vale lo que para el resto del mundo prostituyente: las personas convertidas en objetos, cosas para ser usadas, los abusos, las drogas y el alcohol.


Esta introducción nos lleva a nuestro tema de hoy, la película “Garganta Profunda”.








La historia de la película “Garganta profunda” y sobre todo la vida de su protagonista femenina, Linda Lovelace, nos hablan de todo esto, de lo que no aparece en las pantallas ni en las revistas o programas especializados, lo que se esconde bajo la alfombra.

El 12 de junio de 1972 es estrenada una película estadounidense pornográfica llamada Garganta profunda (Deep throat) la que fue escrita y dirigida por Jerry Gerard, cuyo verdadero nombre era Gerard Damiano
Estaba protagonizada por Linda Lovelace y Harry Reems.

Fue exhibida en todo tipo de salas cinematográficas, no solamente en los cines condicionados, y su éxito fue rotundo, las colas para asistir a su exhibición llegaron a ser de varias cuadras, pudiendo por ello se considerada como la película pornográfica más exitosa e influyente de todos los tiempos. Incluso llegó a ocupar la portada de la revista Times.
Su producción demandó bajo presupuesto, 47.000 dólares, llegando a recaudar unos 50 millones, convirtiéndola  en una de las películas que  más ganancia produjo.
 Este filme durante el gobierno de Richard Nixon en los Estados Unidos despertó las iras de los sectores conservadores.


Harry Reems


Tras los múltiples intentos fallidos para prohibir la cinta y de procesar al director y a los productores finalmente lograron condenar al actor principal Harry Reems a cinco años de cárcel.
Algunos periódicos, personajes famosos y estrellas del cine, como Jack Nicholson, Gregory Peck y Warren Beatty, veían en la sentencia un ataque contra la libertad de expresión y  participaron en una  campaña a favor de Harry Reems en la que también colaboró Linda Lovelace. La sentencia fue confirmada por  Jimmy Carter.
Toda esta campaña en contra y el juicio le dieron mayor popularidad a la película, siendo uno de los motivos que provocó la curiosidad del público que no quiso dejar de verla, llenando las salas donde era exhibida y convirtiendo a Lovelace en un personaje público muy popular.




El argumento de la película se corresponde con el nombre y si no fuera por las escenas podría ser considerado una comedia de absurdo. Se trata de una mujer que no logra obtener un orgasmo. Con la finalidad de lograrlo comienza un periplo por orgías varias sin resultado positivo. Una amiga le recomienda un médico, y este descubre su rareza anatómica, la mujer tiene el clítoris en su garganta, a la altura de la faringe.
A partir de ese momento la película hace gala de su nombre y el personaje obtiene por fin los orgasmos deseados que son representado por fuegos artificiales, campanadas y despegues de transbordadores espaciales.

En varios estados fue prohibida, lo mismo que sucedió en países como Inglaterra, donde “Garganta Profunda” no pudo ser exhibida hasta 10 años después de su estreno. En el resto de los países circularon copias de mano en mano para ser vista de manera hogareña.

Esta película es famosa por haber proporcionado las claves en la iniciación sexual de muchos padres y abuelos, y convirtió a Lovelace en la estrella del cine porno por antonomasia.


Linda Lovelace















El nombre real de la protagonista Linda Lovelace  fue Linda Susan Boreman, nacida en Nueva York, en el Bronx el 10 de enero de 1949,  y a causa de un accidente automovilístico, luego de  19 días en coma, muere en Los Ángeles el 22 de abril de  2002, cuando tenía 53 años.

Alrededor de ella y de su vida se tejieron muchas  leyendas y hasta fue considerada  estandarte de la liberación sexual en Estados Unidos en los años 70.

Pese a la enorme ganancia obtenida por la película, los actores  recibieron un magro pago y nunca pudieron superar el estigma. Aún con todo el éxito de público y recaudación y la trascendencia del filme y el embanderamiento con la liberación sexual, el estigma los acompañó durante toda su vida.
Lovelace dijo que no cobró por participar en Garganta profunda, solamente su esposo recibió 1.250 dólares por realizar tareas de producción.



Linda Lovelace tenía 21 años y una película pornográfica en su trayectoria cuando protagonizó Garganta Profunda, persiguiendo su sueño de convertirse en una estrella de cine convencional.

Gran parte de su vida aparece marcada por la violencia y el dolor.

Dice en su autobiografía que tuvo un hijo cuando tenía 20 años y su madre la convenció para que diera al niño en acogida hasta que estuviera preparada para cuidar de él. Más tarde descubrió que su madre había dado al niño en adopción y nunca más volvería a verlo.
Luego, conoció a Charles “Chuck” Traynor  (1937-2002), quien era un  hombre manipulador y violento que se transformó en su marido, manager  y proxeneta; fue quien la  sometió a la prostitución en Nueva York. Este muchas veces la obligaba apuntándole con un arma a filmar algunas escenas.
Sometida a la prostitución, al mismo tiempo inicia su carrera en la pornografía como actriz en filmes cortos, clandestinos, de bajo presupuesto y calidad en formato de ocho milímetros.
Aunque ella lo negara hasta la aparición del original de la película, participó en una de zoofilia
con un perro llamado Dog Fucker (1971). 
















Continuó actuando en películas pornográficas intrascendentes (Deep Throat II, 1974, Sexual Ecstasy of the Macumba 1975),  y protagonizó una en el cine no pornográfico titulada “Linda Lovelace for president”, 1975, que resultó un fracaso.

Esta vida le trajo graves problemas de salud, por ejemplo tumores debidos a las inyecciones de siliconas, e importantes trastornos emocionales y psicológicos.

Linda Lovelace se divorció en 1973 y denunció a su marido Charles Traynor  por haberla forzado a ejercer la prostitución y la pornografía y de ser culpable del cáncer de mama que padecía pues él la había convencido de aumentar sus pechos mediante inyecciones de siliconas, en épocas en que todavía los implantes no eran comunes. También aseguraba que contrajo hepatitis durante esa operación debido a una transfusión de sangre, por lo que su salud se desmejoró y debió recibir  un transplante de hígado en 1987.

Comenzó a participar en el  feminismo radical y a ser una activista antiporno.
Fue llamada a declarar ante la Comisión del Congreso de los Estados Unidos que investigaba el mundo de la pornografía por orden de Ronald Reagan.
Fue allí donde expresó:

 “When you see the movie Deep Throat, you are watching me being raped. It is a crime that movie is still showing; there was a gun to my head the entire time.”

"Cuando ven la película Garganta profunda, están viéndome siendo violada. Es un crimen que la película se continúe mostrando; había una pistola apuntando a mi cabeza todo el tiempo".


En 1974 se casó con Larry Marchiano, padre de sus dos hijos y de quien se divorció en 1996, porque, según ella, Marchiano bebía en exceso, insultaba a sus hijos y era violento con ella.

En 1980 publicó Ordeal (Ordalía *),  un libro autobiográfico  en el que narra los hechos tortuosos por los que debió atravesar en su vida real y donde advierte a los jóvenes acerca de los peligros de la pornografía.
* ordalía (Del b. lat. Ordalia)  f. Prueba ritual usada en la antigüedad para establecer la certeza, principalmente con fines jurídicos, y una de cuyas formas es el juicio de Dios. Diccionario RAE



Las fotografías han sido obtenidas en internet.