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Solo la emoción…
Ignacio G. Barbero escribió un artículo * del que les dejo
una pequeña parte, me parece sumamente clara:
“El ser humano
contemporáneo nace y crece en un mundo social y político ya construido, ya
ordenado, ya legislado. Su influencia en él ha sido anulada sin su
consentimiento y los posibles matices e intensidades de su comportamiento y sus
actos han sido previamente establecidos y regulados. Su libertad de elección,
de la que se siente muy orgulloso, no es nada más que la ignorancia de las
múltiples causas que le determinan.”
Es así, el famoso e impuesto “contrato social”, si alguna
vez existió, debería ser anulado porque jamás fuimos consultados. Es nulo por
el vicio de la representación, porque alguien, en nombre nuestro se supone que
lo ha firmado, del mismo modo que Adán y Eva como nuestros representantes
pecaron y de ahí en adelante todos debemos pagar esta deuda externa eterna.
Nuestro sistema social, político, se basa en esta fantasía
que es una estrategia tapa ojos, que nos hace creer que existe un mundo
ordenado, que está escrito y firmado, que la ley es pareja y el trato
igualitario, que las normas están hechas para la convivencia y nuestro
desarrollo, cuando en realidad solamente se trata de una forma de caos apenas
contenido, letras que disimulan la ley de la selva. El hambre, la desnutrición, las enfermedades
evitables, las guerras, las torturas, el narcotráfico, la prostitución-trata de
personas, el mundo financiero, nos hablan todo el tiempo de este caos que no es
algo por venir sino que estuvo y está presente. Este caos es parte de nuestra
vida cotidiana. La vida reglada por horarios, por rutinas, por trabajos que nos
desvitalizan, por matrimonios y paternidades y maternidades y doctorados
obligatorios, el arrodillarnos ante mitos y la idealización de personalidades
perversas con insaciable deseo de poder son parte de esta tendencia a la
destrucción.
Recuerdo aquella canción que dice: “solamente la emoción me
mantiene vivo”
La emoción, el sentimiento, el deseo, son parte del impulso
vital, de aquello que nos enciende el
rostro y pone belleza en nuestra mirada, es la mirada que llena unos ojos
vacíos.
Si hay algo verdaderamente revolucionario en esta época es
conectarnos con nuestros sentimientos y deseos, con los nuestros, de la piel
hacia adentro la carne, lejos de los deberías y lo que conviene.
Xu Lizhi, el suicidado poeta chino decía:
“Me han entrenado para
ser dócil.
No sé cómo gritar o
rebelarme,
quejarme o denunciar.
Sólo sé sufrir en
silencio hasta el agotamiento.”
No supo encontrar su propio grito, quizá no supo, quizá se
entregó antes, lo cierto es que fue condenado al silencio del trabajo para
otro, para sostener este mundo. Fue, fuimos, entrenados para ser dóciles y para
eso tuvieron que decirnos que las cosas importantes son esas que se muestran en
televisión, que nos convierten en copias de los otros y nos dan sensación de
pertenecer. Cosas del afuera, nadie nos señaló hacia adentro y por eso
terminamos siendo poseedores desposeídos porque no hay alguien que sea dueño de todo esto que
creemos tener.
Si me hubieran invitado a comer pescado crudo, lo hubiese
rechazado, pero como el convite es para saborear sushi, todo cambia.
Lizhi dice:
“Soy como un muerto
que abre lentamente la tapa del ataúd
la juventud se detuvo en las máquinas
murió antes de tiempo”
Todos somos zombis que lentamente caminamos con nuestro
ataúd a cuestas. Dormidos por el canto de
los celulares. Vamos casi sonrientes porque hemos tenidos hijos, metido
algún que otro cuerno y visto el clásico futbolero.
La canción que recordaba es de Alejandro
Lerner y se llama Algunas frases
Largo es el camino para ver
largos puentes rotos
entre el hoy y hasta el ayer
varias fotos viejas
y una vaga sensación de antigua felicidad
adolescente.
Busco magia, busco libertad
magia en el silencio, libertad en la soledad
con muchas palabras, es más fácil disfrazar
lo que uno siente
miedo a la verdad, miedo a la muerte.
Luz y sombra un mismo atardecer,
viejos fantasmas, fruto de la inmadurez
voces que se han ido, bajo la misma
canción
sólo la emoción me mantiene vivo…
Busco magia, busco libertad
magia en el silencio, libertad en la
soledad,
con muchas palabras, es más fácil
disfrazar
lo que uno siente
miedo a la verdad, miedo a la muerte.
Voces que se han ido, bajo una misma
canción
sólo la emoción me mantiene vivo.
largos puentes rotos
entre el hoy y hasta el ayer
varias fotos viejas
y una vaga sensación de antigua felicidad
adolescente.
Busco magia, busco libertad
magia en el silencio, libertad en la soledad
con muchas palabras, es más fácil disfrazar
lo que uno siente
miedo a la verdad, miedo a la muerte.
Luz y sombra un mismo atardecer,
viejos fantasmas, fruto de la inmadurez
voces que se han ido, bajo la misma
canción
sólo la emoción me mantiene vivo…
Busco magia, busco libertad
magia en el silencio, libertad en la
soledad,
con muchas palabras, es más fácil
disfrazar
lo que uno siente
miedo a la verdad, miedo a la muerte.
Voces que se han ido, bajo una misma
canción
sólo la emoción me mantiene vivo.
“Busco magia, busco
libertad” , zombis desesperados por consumir creyendo que ahí encontraremos
la magia, la libertad, la emoción y el deseo que ya ni siquiera recordamos haberlos
alguna vez tenido.
La búsqueda se torna obsesión, pasión, y cuanto más aumentan
mayor es la decepción y el vacío. La bruma triste nos envuelve y pretendemos
arrancarla de nuestra piel con la violencia que sí nos permiten, con la droga
que nos ayuda a olvidar y nos da un sucedáneo pobre del vivir. Porque no nos
atrevemos a vivir, aún perdidos somos fieles a la sociedad que nos creó.
Lerner dice: “miedo a
la verdad, miedo a la muerte.”
Nos dirán que no hay una verdad y que la muerte es una
ilusión. La verdad está en nuestros sentimientos, en nuestros caminos internos
que van escribiendo lo que somos cuando nuestro corazón se agita y la mente se
ilumina.
La muerte es la calesita en la que parecemos andar
kilómetros montados en caballos de madera esperando alguna vez sacar la
sortija.
Un poeta dijo
“una rosa es una rosa una rosa”
“una rosa es una rosa una rosa”
Nuestros sentimientos, deseos, nuestra sexualidad, las
caricias, las miradas amorosas y las palabras llenas son eso, ni buenas ni
malas, ni socialmente convenientes o políticamente correctas. Siempre serán
revolucionarias porque rompen con el “todos”, con el uniforme y la doctrina que
lleva a la obediencia debida del militante orgánico.
Barbero termina su artículo diciendo:
“El ciudadano debe más
que asentir a las proclamas que vienen de las más altas instancias, ya que
adquieren un valor sagrado en su misma forma de expresión y manifestación. Uno
es parte de todo, pero no participa: su papel es asignado, nunca adoptado
voluntariamente. Camina y camina para llegar a algún lugar en la vida y sólo
acaba cubierto de una piel impuesta, de una aparente protección ante las
inclemencias del tiempo, que, en realidad, sólo le protege para moldearle.”*
Porque nuestros deseos, nuestros sentimientos, nuestras
emociones son cuerpo, les dejo una poesía de Octavio Paz que se llama
precisamente Dos Cuerpos
Dos cuerpos frente a
frente
son a veces dos olas
y la noche es océano.
Dos cuerpos frente a
frente
son a veces dos
piedras
y la noche desierto.
Dos cuerpos frente a
frente
son a veces raíces
en la noche enlazadas.
Dos cuerpos frente a
frente
son a veces navajas
y la noche relámpago.
Olas, piedras, raíces, relámpagos, los usurpadores del poder
lo saben por eso nos niegan el acceso a nuestros cuerpos y en ellos a los
sentimientos y a la vitalidad, porque saben que desatados ellos buscarán el
cielo, son hijos del sol y la noche por lo tanto de la eternidad. Nos necesitan
pasivos, callados, dóciles a las riendas, a las máquinas a formar filas para
pagar.
Solo la emoción me mantiene vivo, esa es la respuesta, esa
es la dirección.
Solo la emoción me
mantiene vivo.
* http://www.culturamas.es/blog/2014/04/28/el-ser-humano-contemporaneo-ante-la-ley-a-proposito-de-un-relato-de-kafka/