lunes, 24 de marzo de 2014

97 - Amadh

97
Amadh

En este blog no puede faltar una referencia expresa a una organización fundante en el activismo abolicionista argentino como es la Asociación de Mujeres Argentinas por los Derechos Humanos.
Constituida por mujeres en situación de prostitución, o que lo han estado, y que han sido capaces de atravesar los modelos que la sociedad machista les ha impuesto y sepultar la idea de que la prostitución es un destino del que no se puede escapar.
Han tenido el mérito de cuestionarse a sí mismas, de preguntarse realmente qué tipo de vida quieren y cuáles relaciones con los hombres y mujeres que integran el mundo social. Hubiera sido muchísimo más fácil y seguramente habrían recibido enormes aportes económicos, si se hubieran dejado deslizar por la pendiente de lo socialmente esperado, de la aceptación de su condición de mujeres-cuerpos de alquiler sin contradecir, sin cuestionar al privilegio patriarcal del que los hombres gozan ni el modelo que obliga a quienes han nacido con sus derechos secuestrados a someterse a los designios de los que sí han podido elegir.





Otras organizaciones reciben mucho dinero para promover la prostitución, para difundir la idea de que el proxenetismo es parte de una “industria” floreciente, que las personas que ejercen la prostitución lo hacen por su voluntad y que la trata de personas existe en algún lugar remoto, casi extramundano, muy lejos de los prostíbulos conocidos. Organizaciones que en su silencio respecto del abuso sexual comercial infantil (“prostitución infantil”) pornografía infantil, trata de personas, delatan su origen e intereses. Mientras estas promueven la prostitución, Ammadh se define, como corresponde, en la acción creando la posibilidad de estudios primarios para aquellas que no saben leer ni escribir (Centro Educativo para Adultos Nº58 de nivel primario con título oficial que funciona en su sede en el barrio de Once), abren  el camino para el aprendizaje de un oficio (Convenio con el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social y la UOCRA). La dignidad no se declara, se ejerce.

Tal como las mujeres que la integran lo manifiestan, es una organización que:
lucha por los derechos de las mujeres en situación de prostitución y/o explotación sexual como una de las formas de violencia de género. “
Estos objetivos ya implican una clara declaración de principios al considerar a la prostitución como una de las formas de la violencia de género. De este modo quitan el tema de la órbita de lo personal, de lo individual para enmarcarlo dentro de las problemáticas sociales y dentro de las prácticas patriarcales.

Volvamos a sus voces:
“Son nuestros objetivos trabajar para prevenir la prostitución y/o explotación sexual de mujeres, niñas y niños. Consideramos que la prostitución no es un trabajo, sino una situación de las que las mujeres podremos salir con organización y luchando por otro modelo de sociedad, sin ningún tipo de opresión o explotación.” 

En concordancia con el objetivo  que su nombre expresa: por los Derechos Humanos,  rechazan todo intento de considerar a la prostitución como un “trabajo”, por el contrario, la consideran “ una situación de las que las mujeres podremos salir…”, de este modo se inscriben en la línea abolicionista que tiene una de sus raíces en el Convenio de Naciones Unidas del año 1.949 para la Represión de la trata de personas y de la explotación de la prostitución ajena, el que en su Preámbulo dice:

“Considerando que la prostitución y el mal que la acompaña, la trata de personas para fines de prostitución, son incompatibles con la dignidad y el valor de la persona humana y ponen en peligro el bienestar del individuo, de la familia y de la comunidad.”

Para ellas la organización y lucha tiene este objetivo y el medio es la obtención de “políticas públicas integrales de inclusión social que garanticen trabajo, educación, salud y vivienda digna que permitan la transformación social y cultural, desnaturalizando la discriminación y las desigualdades que constituyen la prostitución.”


La organización surgió en 1995  cuando un grupo de mujeres en situación de prostitución se organizaron en la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) para hacer frente a la violencia policial por la aplicación de los códigos contravencionales que perseguían y reprimían a las personas en situación de prostitución.
A la par que la nueva agrupación se consolidaba comenzaron las presiones tanto desde el interior como desde el exterior para que aceptaran autodenominarse “trabajadoras”, las presiones venían acompañadas de “programas” o “proyectos” con un importante aporte económico. Es así como dos proyectos de vida y de la valoración de la propia persona colisionaron, uno que bajo un barniz brillante estabilizaba conservadoramente la situación de las mujeres tal como la tradición y el patriarcado las querían (la prostitución como trabajo), el otro netamente instituyente hacía ruptura con este pasado, con este modo de ver y entender a las mujeres y a las relaciones entre las personas (abolicionismo).

“En el año 2003, luego de profundos debates sobre la validez de la figura de “trabajadoras sexuales” y su sindicalización, decidimos desvincularnos de la CTA. Nos constituimos jurídicamente como la Asociación de Mujeres Argentinas por los Derechos Humanos (AMADH), manteniendo también la sigla que construyéramos con nuestro trabajo: AMMAR Capital.” 

“Nuestra lucha cotidiana apunta a ser reconocidas como ciudadanas plenas de derechos y a prevenir la situación de vulnerabilidad y exclusión social que nos arroja a miles de mujeres, niños y niñas a la prostitución y/o explotación sexual.
Después de 16 años de luchas, debates y procesos políticos y colectivos, podemos afirmar hoy que la prostitución no es equivalente a la oferta de cualquier otro servicio, de eso podemos dar fe. No queremos seguir aceptando en el futuro lo que nos impusieron, ya sea desde la cultura patriarcal o el sistema prostituyente. Nuestra lucha es colectiva, y busca que juntas podamos quitarnos las culpas para avanzar todas y todos por igual, peleando por nuestros derechos como mujeres a una educación, a un trabajo, a la salud y a una vivienda, dignas.”

“Desde el comienzo de nuestra lucha como organización de mujeres, uno de nuestros objetivos principales ha sido, y sigue siendo, dar a conocer a la sociedad que la prostitución y la explotación sexual es una problemática social que muestra en toda su crudeza la desigualdad de oportunidades y la falta de adecuadas políticas públicas para encarar la pobreza y la falta de equidad. En este sentido, nos encontramos con un primer desafío para la transformación social: pensar a la prostitución y a la explotación sexual como una problemática social.”

Los textos fueron obtenidos de:
http://www.amadh.org/




El 21 de marzo de 2014 salió publicada una nota que Mimí, integrante de Amadh, dio a La Retaguardia de la que extraigo algunos puntos:

“En los últimos años se profundizó el debate acerca de la prostitución. Para algunos es un trabajo como cualquier otro, para otros debería ser abolida. Mimí explica su posición: "consideramos que estar en situación prostitución no es un trabajo, sino una situación de vulnerabilidad por la falta de políticas públicas y empleo genuino. Es por eso que, últimamente, estamos pidiéndole al Ministerio de Trabajo políticas públicas para este sector y hemos firmado un convenio donde el año pasado se capacitaron veinte chicas de electricistas y ya están trabajando" en ese oficio, según detalló. "Nosotras pensamos que es bueno, porque se sigue con la independencia, ya que nosotras no tenemos cultura de trabajo", dice y levanta la apuesta: "pedimos trabajo digno y genuino principalmente. Donde poder sentirnos fortalecidas por estar capacitadas y saber algo, porque la prostitución cierra muchas puertas. Si nos dan oportunidades de capacitación y educación se puede salir de la situación de prostitución. Por eso hacemos hincapié en el trabajo de la prevención de la prostitución. Tenemos un taller de adolescentes, que si bien a veces no podemos captar a las madres en situación de prostitución, captamos a las hijas para no repetir la historia. Hay taller de fotografía y va a empezar uno de radio". Ese taller de radio al que hace referencia las trajo a Radio La Retaguardia.

Es importante el lugar que le dan a la prevención de la salud: "también trabajamos en la prevención de enfermedades de transmisión sexual y la salud de la mujer. Tenemos promotoras que hacen concientización del cuidado de la salud de las compañeras. Por ejemplo, les dicen a qué médico referente, al que ya hemos sensibilizado, asistir sin turno". El mismo interés lo colocan en la educación de las chicas: "también tenemos un aula de primaria. Cuando empezamos a repartir folletos nos encontramos con muchas compañeras que los arrugaban, los tiraban y no sabíamos por qué. Nos dimos cuenta de que no sabían leer ni escribir". Para esto se hizo un convenio con el Ministerio de Educación: "en nuestra oficina funciona un aula satélite para terminar el primario. Vamos por el secundario también, pero lleva tiempo".

Acerca de cómo continuar con el debate en torno al tema Sifón opinó que: "todos estamos involucrados en la prostitución. La sociedad la acepta y la naturaliza. Y después estigmatiza a las personas; esto es un mandato del patriarcado. Entonces, los clientes alientan la esclavitud de la prostitución, pensando que a las mujeres nos gusta. Porque en la prostitución se obedece, los proxenetas enseñan a obedecer". Es el momento en el que su tono se vuelve más duro e intransigente.”

http://www.argenpress.info/2014/03/mimi-de-amadh-en-la-prostitucion-se.html






En diciembre del 2.011 Amadh sacó el primer número de su revista “Con voz propia” de la que a continuación copio su Editorial:

¿Prostitución o prostituidas?
Por Graciela

Decidí sacarme las culpas que se habían apoderado de mí como resultado de mis largos años de estar en prostitución o, podría decir, siendo prostituida.

Sacarse las culpas no es tarea fácil, pero más difícil aún es sacarte el estigma que esta sociedad construye sobre nosotras, que el mismo sistema naturaliza y, en el proceso, define qué es lo que está bien o qué es lo que está mal.

Siento un gran avance al estar escribiendo esta nota para nuestra primera revista. No lo hubiera hecho hace unos años cuando esa misma culpa y estigmatización acorralaban mi palabra impidiéndole salir. La gradual toma de conciencia fue levantando mi voz y dejando a un lado el lamento de aquella parte de mi vida sobre la que hoy puedo escribir. Es una forma de romper con esa naturalización y que nuestras voces se escuchen.

Contra toda creencia, no todas la mujeres que estamos en prostitución la elegimos. Sí elegimos hoy buscar cambios, sorteando obstáculos en el camino hacia la libertad.

La prostitución es, sin duda, una problemática muy compleja. No todo es blanco o negro. No tiene nivel social. Ser prostituida en un hotel de cinco estrellas, en un privado, parada en el duro frío o intenso calor de la calle; cualquiera sea el lugar, somos objeto de poder y abuso. En muchos casos, este sometimiento parte de tu mismo entorno familiar, pareja, novio, amante. Vas dejando naturalizar la violencia por el solo hecho de garantizar el sustento de cada día.

La prostitución no es equivalente a la oferta de cualquier otro servicio. De eso puedo da fe. No queremos seguir aceptando en el futuro lo que nos impusieron, ya sea desde la cultura patriarcal o el sistema prostituyente. Mi lucha es colectiva, y busca que juntas  podamos quitarnos las culpas para avanzar todas y todos por igual, peleando por los derechos a una educación, a un trabajo, a una vivienda dignas.

Que nadie tenga que revolver la basura para poder comer, y que ninguna mujer tenga que ser prostituida para poder sobrevivir.













domingo, 16 de marzo de 2014

96 - La paradoja andante

96
La paradoja andante

Eduardo Galeano



“Cada día, leyendo los diarios, asisto a una clase de historia.

Los diarios me enseñan por lo que dicen y por lo que callan.

La historia es una paradoja andante. La contradicción le mueve las piernas. Quizá por eso sus silencios dicen más que sus palabras y con frecuencia sus palabras revelan, mintiendo, la verdad.”




Estas son palabras de Eduardo Galeano que será quien hoy nos guíe en este tramo. Con frases sencillas va mostrando estas mentiras o en alguno casos el ocultamiento. Los diarios son herramientas de poder, están digitados por los distintos intereses que pretenden adueñarse de los estados para imponer su dirección y para esto cuentan con eso que llaman “crear u orientar la opinión” que no es otra cosa que decirnos cómo debemos interpretar, qué significado debemos dar a determinados hechos.  Son medios ideológicos. En cada título que ponen, en el lugar que colocan la noticia, en el modo como las redactan se muestra lo ideologico, lo que quieren trasmitir y ocultar al mismo tiempo.

Veamos lo que Galeano nos dice, así no nos quedarán dudas:


“Cuando fueron desalojados del Paraíso, Adán y Eva se mudaron al África, no a París.

Algún tiempo después, cuando ya sus hijos se habían lanzado a los caminos del mundo, se inventó la escritura. En Irak, no en Texas.

También el álgebra se inventó en Irak. La fundó Mohamed al-Jwarizmi, hace 1.200 años, y las palabras algoritmo y guarismo derivan de su nombre.

Los nombres suelen no coincidir con lo que nombran. En el British Museum, pongamos por caso, las esculturas del Partenón se llaman "mármoles de Elgin", pero son mármoles de Fidias. Elgin se llamaba el inglés que las vendió al museo.

 
Adán y Eva. Williams Gonzalez Sosa


Las tres novedades que hicieron posible el Renacimiento europeo, la brújula, la pólvora y la imprenta, habían sido inventadas por los chinos, que también inventaron casi todo lo que Europa reinventó.

Los hindúes habían sabido antes que nadie que la Tierra era redonda y los mayas habían creado el calendario más exacto de todos los tiempos.


En 1493, el Vaticano regaló América a España y obsequió el África negra a Portugal, "para que las naciones bárbaras sean reducidas a la fe católica". Por entonces, América tenía 15 veces más habitantes que España y el África negra 100 veces más que Portugal.

Tal como había mandado el Papa, las naciones bárbaras fueron reducidas. Y mucho.

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Tenochtitlán, el centro del imperio azteca, era de agua. Hernán Cortés demolió la ciudad, piedra por piedra, y con los escombros tapó los canales por donde navegaban 200 mil canoas. Ésta fue la primera guerra del agua en América. Ahora Tenochtitlán se llama México DF. Por donde corría el agua, corren los autos.

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El monumento más alto de la Argentina se ha erigido en homenaje al general Roca, que en el siglo XIX exterminó a los indios de la Patagonia.

La avenida más larga del Uruguay lleva el nombre del general Rivera, que en el siglo XIX exterminó a los últimos indios charrúas.

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John Locke, el filósofo de la libertad, era accionista de la Royal Africa Company, que compraba y vendía esclavos.

Mientras nacía el siglo XVIII, el primero de los borbones, Felipe V, estrenó su trono firmando un contrato con su primo, el rey de Francia, para que la Compagnie de Guinée vendiera negros en América. Cada monarca llevaba un 25 por ciento de las ganancias.

Nombres de algunos navíos negreros: Voltaire, Rousseau, Jesús, Esperanza, Igualdad, Amistad.

Dos de los Padres Fundadores de Estados Unidos se desvanecieron en la niebla de la historia oficial. Nadie recuerda a Robert Carter ni a Gouverner Morris. La amnesia recompensó sus actos. Carter fue el único prócer de la independencia que liberó a sus esclavos. Morris, redactor de la Constitución, se opuso a la cláusula que estableció que un esclavo equivalía a las tres quintas partes de una persona.

El nacimiento de una nación, la primera superproducción de Hollywood, se estrenó en 1915, en la Casa Blanca. El presidente Woodrow Wilson la aplaudió de pie. Él era el autor de los textos de la película, un himno racista de alabanza al Ku Klux Klan.

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Algunas fechas:

Desde el año 1234, y durante los siete siglos siguientes, la Iglesia católica prohibió que las mujeres cantaran en los templos. Eran impuras sus voces, por aquel asunto de Eva y el pecado original.

En el año 1783, el rey de España decretó que no eran deshonrosos los trabajos manuales, los llamados "oficios viles", que hasta entonces implicaban la pérdida de la hidalguía.

Hasta el año 1986 fue legal el castigo de los niños en las escuelas de Inglaterra, con correas, varas y cachiporras.

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En nombre de la libertad, la igualdad y la fraternidad, la Revolución Francesa proclamó en 1793 la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Entonces, la militante revolucionaria Olympia de Gouges propuso la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana. La guillotina le cortó la cabeza.

Medio siglo después, otro gobierno revolucionario, durante la Primera Comuna de París, proclamó el sufragio universal. Al mismo tiempo, negó el derecho de voto a las mujeres, por unanimidad menos uno: 899 votos en contra, uno a favor.

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La emperatriz cristiana Teodora nunca dijo ser revolucionaria, ni cosa por el estilo. Pero hace 1.500 años el imperio bizantino fue, gracias a ella, el primer lugar del mundo donde el aborto y el divorcio fueron derechos de las mujeres.

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Emperatriz Teodora

El general Ulises Grant, vencedor en la guerra del norte industrial contra el sur esclavista, fue luego presidente de Estados Unidos.

En 1875, respondiendo a las presiones británicas, contestó:

- Dentro de 200 años, cuando hayamos obtenido del proteccionismo todo lo que nos puede ofrecer, también nosotros adoptaremos la libertad de comercio.

Así pues, en el año 2075, la nación más proteccionista del mundo adoptará la libertad de comercio.

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Lootie, Botincito, fue el primer perro pequinés que llegó a Europa.

Viajó a Londres en 1860. Los ingleses lo bautizaron así, porque era parte del botín arrancado a China, al cabo de las dos largas guerras del opio.

Victoria, la reina narcotraficante, había impuesto el opio a cañonazos. China fue convertida en una nación de drogadictos, en nombre de la libertad, la libertad de comercio.

En nombre de la libertad, la libertad de comercio, Paraguay fue aniquilado en 1870. Al cabo de una guerra de cinco años, este país, el único país de las Américas que no debía un centavo a nadie, inauguró su deuda externa. A sus ruinas humeantes llegó, desde Londres, el primer préstamo. Fue destinado a pagar una enorme indemnización a Brasil, Argentina y Uruguay. El país asesinado pagó a los países asesinos, por el trabajo que se habían tomado asesinándolo.

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Haití también pagó una enorme indemnización. Desde que en 1804 conquistó su independencia, la nueva nación arrasada tuvo que pagar a Francia una fortuna, durante un siglo y medio, para expiar el pecado de su libertad.

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Las grandes empresas tienen derechos humanos en Estados Unidos. En 1886, la Suprema Corte de Justicia extendió los derechos humanos a las corporaciones privadas, y así sigue siendo.

Pocos años después, en defensa de los derechos humanos de sus empresas, Estados Unidos invadió 10 países, en diversos mares del mundo.

Entonces Mark Twain, dirigente de la Liga Antimperialista, propuso una nueva bandera, con calaveritas en lugar de estrellas, y otro escritor, Ambrose Bierce, comprobó:

- La guerra es el camino que Dios ha elegido para enseñarnos geografía.

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Los campos de concentración nacieron en África. Los ingleses iniciaron el experimento, y los alemanes lo desarrollaron. Después Hermann Göring aplicó, en Alemania, el modelo que su papá había ensayado, en 1904, en Namibia. Los maestros de Joseph Mengele habían estudiado, en el campo de concentración de Namibia, la anatomía de las razas inferiores. Los cobayos eran todos negros.

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Soldados alemanes en 1.906. Foto Walther Dobbertin


En 1936, el Comité Olímpico Internacional no toleraba insolencias. En las Olimpiadas de 1936, organizadas por Hitler, la selección de futbol de Perú derrotó 4 a 2 a la selección de Austria, el país natal del Führer. El Comité Olímpico anuló el partido.

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A Hitler no le faltaron amigos. La Fundación Rockefeller financió investigaciones raciales y racistas de la medicina nazi. La Coca-Cola inventó la Fanta, en plena guerra, para el mercado alemán. La IBM hizo posible la identificación y clasificación de los judíos, y ésa fue la primera hazaña en gran escala del sistema de tarjetas perforadas.

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En 1953 estalló la protesta obrera en la Alemania comunista.

Los trabajadores se lanzaron a las calles y los tanques soviéticos se ocuparon de callarles la boca. Entonces Bertolt Brecht propuso: ¿No sería más fácil que el gobierno disuelva al pueblo y elija otro?

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Operaciones de marketing. La opinión pública es el target. Las guerras se venden mintiendo, como se venden los autos.

En 1964, Estados Unidos invadió Vietnam, porque Vietnam había atacado dos buques de Estados Unidos en el golfo de Tonkin. Cuando ya la guerra había destripado a una multitud de vietnamitas, el ministro de Defensa, Robert McNamara, reconoció que el ataque de Tonkin no había existido.

Cuarenta años después, la historia se repitió en Irak.

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Miles de años antes de que la invasión estadunidense llevara la Civilización a Irak, en esa tierra bárbara había nacido el primer poema de amor de la historia universal. En lengua sumeria, escrito en el barro, el poema narró el encuentro de una diosa y un pastor. Inanna, la diosa, amó esa noche como si fuera mortal. Dumuzi, el pastor, fue inmortal mientras duró esa noche.

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Esfinge alada. Finales siglo 8 ac




















Cabeza de mujer de Nemrod. Entre 721 y  705 ac






Paradojas andantes, paradojas estimulantes:

El Aleijadinho, el hombre más feo del Brasil, creó las más hermosas esculturas de la era colonial americana.

El libro de viajes de Marco Polo, aventura de la libertad, fue escrito en la cárcel de Génova.

Don Quijote de La Mancha, otra aventura de la libertad, nació en la cárcel de Sevilla.

Fueron nietos de esclavos los negros que generaron el jazz, la más libre de las músicas.

Uno de los mejores guitarristas de jazz, el gitano Django Reinhardt, tenía no más que dos dedos en su mano izquierda.

No tenía manos Grimod de la Reynière, el gran maestro de la cocina francesa. Con garfios escribía, cocinaba y comía.”



Fuente: Red Latina   sin fronteras    http://redlatinasinfronteras.wordpress.com/





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Se puede disponer de las notas publicadas siempre y cuando se cite al autor/a y la fuente.






95 - El discurso antimaternal


95
El discurso antimaternal

Siguiendo con la costumbre de traer temas que nos sirvan para preguntarnos otras cosas, para no tomar como natural o como verdad absoluta algo que nos fue enseñado e impreso en nuestra carne, hoy convoqué a una mujer que siempre me provoca y me sugiere otras ideas y modos de ver las cosas, ella es Beatriz Gimeno. Esta vez va a hablar de la maternidad, o en realidad tendríamos que decir, tal como ella misma lo expresa, de la “anti maternidad”.
Ya sabemos que no existen los instintos, ni los maternales ni los otros, ahora debemos enfrentar a este mandato social que obliga a ser “madre” o “padre”, o sea que nos vuelve a atar a un destino biológico que deja de lado la cultura, la elección.

Beatriz Gimeno









A continuación este interesante artículo:


“El otro día, en la penumbra de una reunión nocturna, hablando 
de esas cosas que no suelen mencionarse a plena luz del día, 
varias amigas terminamos hablando con franqueza absoluta de
la maternidad. Y tras la charla, fuimos varias también las que acabamos coincidiendo en que al feminismo le queda mucho por decir acerca de la maternidad, aun cuando se pudiera pensar que ya lo ha dicho todo; al fin y al cabo, la maternidad es uno de sus temas de siempre. Pudimos constatar que, a pesar de que la maternidad ha sido estudiada, analizada y cuestionada, y que la reivindicación de los derechos reproductivos es una constante dentro del feminismo, no hay propiamente dentro de éste un discurso claramente antimaternal.
Aunque la maternidad aparentemente haya cambiado mucho de aspecto, tenemos derecho a preguntarnos si este cambio ha sido algo más que un simple modernizarse para seguir siendo, en el fondo, un discurso prescriptivo que pretende seguir manteniendo plenamente operativo el eterno binomio mujer-madre, aunque ahora se trate de una mujer moderna y una madre también moderna. El feminismo, en mi opinión, tiende a ignorar la naturaleza compulsiva de la maternidad y a quitar importancia a su papel en la comprensión de la discriminación estructural e ideológica de las mujeres. El tabú que se cierne sobre cualquier discurso antimaternal dentro del feminismo no hace sino evidenciar el carácter conflictivo de una cuestión que no sólo afecta a la configuración de la identidad de las mujeres sino al mantenimiento mismo del orden social en su conjunto.
No puede ser que de una experiencia humana con esa capacidad tan poderosa para cambiar la vida de cualquier mujer no existan apenas discursos negativos, aunque sólo sea por pluralidad
Durante la mayor parte de su historia moderna, el principal objetivo del feminismo ha sido por una parte defender una condición maternal compatible con la vida (en el sentido más literal), o bien, en los países ricos, defender una organización maternal que permita ser madre sin dejar de ser igual. Y siendo estas dos preocupaciones lógicas y justas, eso no quiere decir que se deban sofocar otras posibilidades de pensar la maternidad. En general, salvo excepciones, son pocas las voces que han formulado discursos contrarios a una cuestión que, simplemente, se asume como lo normal, natural, inevitable, incuestionable, etc. Casi todas las posiciones feministas acerca de la maternidad parten, en todo caso, de la posición que da por hecho y no cuestiona, ni política ni vitalmente, que la mayoría de las mujeres del planeta quieren ser madres y que, en todo caso, ser madre es algo bueno.


Madre e hijo. Carlos Alonso Martinez Palomino

No se trata aquí de opinar si la maternidad es buena o mala, sino simplemente de llamar la atención sobre el hecho de que estamos ante una institución tan inscrita en nuestra organización social y en nuestra subjetividad que no admite ni un sólo discurso contrario, aun cuando fuera minoritario. No puede ser que de una experiencia humana con esa capacidad tan poderosa para cambiar la vida de cualquier mujer no existan apenas discursos negativos, aunque sólo sea porque la pluralidad de puntos de vista es lo esperable siempre ante cualquier asunto complejo. Y sin embargo, aquí no hay diferentes puntos de vista o los puntos de vista negativos no se hacen visibles. Lo cierto es que no existe ninguna otra institución social que goce de ese mismo índice de aceptación y ausencia de crítica; y esto tiene que dar que pensar. Es cierto que cuando hablamos del derecho al aborto o de los derechos reproductivos, estamos asumiendo que esto incluye el derecho a no tener ningún hijo, pero se trata de algo que queda implícito, que se supone, pero no es un derecho que se explicite y mucho menos que se visibilice culturalmente no sólo en pie de igualdad, sino siquiera con algún rasgo positivo, como discurso alternativo a los discursos maternales hegemónicos.

Porque la cuestión es: ¿Se puede verdaderamente elegir algo cuando una de las dos opciones es prácticamente un tabú social, científico, político, etc.? Lo cierto es que las mujeres hacen sus elecciones acerca de la maternidad en un contexto coercitivo acerca no sólo de no tener hijos sino especialmente de tener acceso a las ventajas o a la felicidad que puede proporcionar no tenerlos, así como a la ignorancia de los problemas, las desventajas o la infelicidad que puede proporcionar tenerlos. Cualquier posición, política o personal, contraria al discurso maternalista recibe una sanción social, económica o psicológica brutal. Es en este sentido de falta de alternativas en el que el discurso promaternal es totalitario.
No ser madre es una elección personal al alcance de muy pocas mujeres en el mundo y se sigue llevando con discreción y sanciones sociales. Hay otra cuestión aún más prohibida: la de ser madre y arrepentirse
El único discurso negativo sobre la maternidad que se permite es el de la mala madre, la madre perversa, la que no quiere a sus hijos/as, la que los maltrata. Y el discurso sobre la mala madre no sirve sino para potenciar y prescribir un tipo de maternidad, precisamente la contraria, la que ejerce la buena madre. Porque la mala madre es la peor imagen que cualquier cultura reserva para algunas mujeres, las peores; nadie quiere ocupar ese lugar. Una puede asumir desde el feminismo, e incluso defender transgresoramente, que es una mala esposa, mala compañera, mala hija, mala amante, mala trabajadora, mala mujer, mala en general (Las mujeres buenas van al cielo, pero las malas van a todas partes), pero… ¿mala madre? Que la idea nos resulte tan personalmente devastadora es síntoma de lo absolutamente férreo que es el control sobre la maternidad y, por ende, sobre las mujeres. Ser mala madre es casi lo peor que una mujer puede ser.

Foto señora Milton


No ser madre es una elección personal al alcance de muy pocas mujeres en el mundo y se sigue llevando con discreción, casi en soledad, y sobre la que siguen recayendo sanciones sociales. La no-madre se pasará la vida contestando a preguntas que dan por hecho que lo normal es elegir ser madre. Pero aun cuando ese margen de elección sea muy estrecho, hay otra cuestión aún más prohibida: la de ser madre y arrepentirse. Existen múltiples barreras psicológicas y sociales para poder expresar algo como eso, para poder expresárselo incluso a una misma. La madre que lo es y se arrepiente de esa elección jamás lo confesará. Reconocerse arrepentida de la maternidad es lo mismo que reconocer que no se quiere a los hijos, o que no se les quiere lo bastante y ahí, de nuevo se entra en la categoría de mala madre. Y sin embargo, la maternidad es una experiencia tan determinante en la vida de cualquier mujer que, por supuesto, cabe la posibilidad de arrepentirse o de pensar que de haber conocido lo que verdaderamente significaba ser madre, se hubiera escogido no serlo. Y esto puede pensarse aún incluso queriendo a los propios hijos, o queriéndoles mucho, no es contradictorio.
El amor maternal se supone siempre y en todo caso incondicional; el amor paternal ni existe como categoría
Porque, además, ¿es obligatorio querer a los hijos? ¿Hay una medida de amor mínimo obligatorio? La maternidad exige que se les quiera siempre por encima de todo: por encima de una misma sobre todo; el amor maternal se supone siempre y en todo caso incondicional, esa es una de sus principales características. En realidad, eso es lo que define la maternidad. Sin embargo, el amor del padre se supone mucho menos incondicional; de hecho, no existe el amor paternal como categoría. Los padres suelen querer a sus hijos, sí, pero sin que este amor esté categorizado como absoluto, como extremadamente generoso o incondicional. Más bien parece que cada padre quiere a sus hijos/as como puede o como quiere. El amor maternal, en cambio, no admite matices.
Y podemos incluso ir más allá: puede no quererse a los propios hijos y no ser un monstruo. Los hijos se tienen en la completa ignorancia; nadie sabe cómo será cuando lleguen e invadan la vida para siempre, aun cuando todo esté lleno de imágenes positivas, casi celestiales, del estado maternal. Y aun así, la desilusión, o el encontrarse con sentimientos que no son los esperados no es tan infrecuente como se podría suponer: las depresiones que sufren las madres en mayor medida que otras mujeres y que los hombres pueden entenderse como un síntoma de algo inexpresado e inexpresable. Es conocido que, en contra de lo que el mito de la maternidad expande, hay muchas madres que necesitan tiempo para querer a sus bebés y para adecuarse a una nueva vida para la que nadie nos ha preparado. Por otras razones es perfectamente posible que una se separe emocionalmente de sus hijos/as cuando estos se hacen adultos. A los hijos no se les quiere por instinto, tal cosa no existe. A los hijos se les suele querer, sí, pero a veces no tan rápido como nos dicen; a veces no tanto como se nos supone; a veces también el amor cambia y se debilita con el tiempo y, finalmente, a veces, aun queriéndoles mucho, es posible pensar en que la vida hubiera sido mejor si hubiéramos tomado la decisión de no tenerlos; si alguien nos hubiera explicado de verdad lo que significan, si hubiésemos tenido acceso a una pluralidad de discursos y no a uno sólo. Y todos estos sentimientos, perfectamente humanos y tan normales como los opuestos, no convierten a estas mujeres en malas personas, ni en subhumanas. Pero no encontraremos ningún discurso, ningún personaje, ninguna historia, que ofrezca no ya imágenes positivas, sino siquiera neutras de ninguna mujer así.
Por el contrario, ya sabemos que existen múltiples discursos y condicionamientos que conducen a ensalzar la maternidad y sabemos que esos discursos promaternales se dan desde todos los espacios ideológicos, no sólo desde los espacios conservadores. Además de los discursos promaternales propios del sexismo, lo cierto es que periódicamente y desde espacios ideológicos feministas aparecen discursos promaternales que ofrecen, supuestamente, nuevas visiones de la maternidad que terminan siendo la de siempre: visiones místicas y voluntaristas en las que se pretende despojar a la maternidad de sus antiguos significados simplemente porque se desea. De hecho, es posible que el discurso mayoritario en este momento dentro del feminismo sea el de una neomaternidad romantizada que en realidad no ha existido nunca antes, pero que se presenta como una recuperación de lo antiguo y de lo más natural. Muchas feministas descubren ahora el placer de la maternidad y lo hacen como si fuese algo novedoso, como si no lleváramos cientos de miles de años siendo madres. Todo se vende con el frescor y el aroma de lo nuevo: el parto natural, la lactancia y los placeres de la maternidad intensiva reaparecen en todos los ambientes y lo hacen con la fuerza de la conversión. Además, se presentan nuevas situaciones como las maternidades lesbianas o las maternidades mediante técnicas de inseminación como actos de rebelión contra el patriarcado, dejando a un lado lo que tienen de empeño consumista de adscripción capitalista, además de confirmar más que disentir, del rol maternal tradicional.




Cualquier discurso oculto tiene algo que merece la pena llevar a la luz; en este caso entender por qué no se (re)presenta la no maternidad como una alternativa igual de enriquecedora que la otra. Por eso creo que debemos reflexionar más sobre una institución maternal inscrita ahora en el consumo de masas y en el esencialismo naturalista; debemos reclamar, como poco, un espacio de reflexión sobre la antimaternidad. Y más aún porque nos encontramos en un momento en el que el discurso dominante se está reforzando al redefinir la maternidad a través de discursos que parecen menos patriarcales pero que no ponen en cuestión lo fundamental: que el hecho de que la mujer pueda tener hijos no explica ni justifica que quiera tenerlos; ni tampoco que tenerlos sea bueno, mejor o siquiera apetecible.”

 Beatriz Gimeno: Activista lesbiana y feminista, escritora (de novela, ensayo y poesía) y bloguera

Fuente: Pikara Magazine
http://www.soniasantoro.com/index.php?option=com_zoo&task=item&item_id=219&Itemid=233








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martes, 4 de marzo de 2014

94 - Philomenas

94
Philomenas

Acabo de ver la película Philomena, realizada al mejor estilo inglés, con la distancia casi carente de demostraciones de afectos que los caracteriza. Confieso que mi parte latina quedó un poco desilusionada como con esas comidas sabrosas pero a las que sin embargo les falta algo, un poco de algún condimento que habría hecho la gran diferencia.


En ella se muestra sin dramatismos la apropiación de niños con fines de “adopción” realizada por parte de la iglesia católica en Irlanda.

Esto no podemos dejarlo reducido a ese momento y país, pues es el mismo procedimiento usado en las “colonias” con los hijos de las “salvajes idólatras” o en nuestras tierras. Son incontables las historias  en el norte argentino, aunque supongo que en el resto del país y de nuestra América se repiten.

Los derechos humanos, los derechos de los niños siempre resultan ser muy inferiores a la misión de la iglesia de salvar almas y proporcionar a los niños “buenos hogares católicos”. Hay que salvar a esas almas inocentes de padres que los pervertirán con creencias falsas o que los sumirán en la pobreza que los conducirá al mal camino, alejarlos de esas madres con sus ejemplos de incontinencia, de libertinaje pecaminoso, de promiscuidad. Es deber de la Santa Madre Iglesia cobijarlos y protegerlos, y si es necesario mentir, violar la ley, privar del derecho a la identidad, será necesario hacerlo y sostenerlo, y borrar todos los archivos probatorios y cerrar las bocas para siempre. Al fin y al cabo nada de esto es grave, nada que una buena confesión no perdonará y que seguramente Dios entenderá.











¿Un hecho casual?

Allí donde la iglesia católica impuso su poder esta práctica se cumplió, por lo que no cabe pensar que fue algo de unas pocas monjas, sino bien organizado y sostenido en el tiempo.

Recordemos también al papa Pío 12 quien puso bajo su cuidado a niños judíos, a los que, pasada la guerra, no quiso restituir a sus padres naturales. En la segunda guerra mundial, durante el Holocausto, miles de niños judíos encontraron refugio en monasterios, conventos y escuelas católicas. Niños provenientes de familias de religión judía fueron escondidos para ser protegidos de los alemanes con el visto bueno de Pío 12, de ese modo lograron ser salvados de una muerte segura. Ya terminada la guerra los familiares sobrevivientes comenzaron su búsqueda, pero en esto el papa fue inflexible, los niños, que ya habían sido bautizados y por lo tanto reconocidos como católicos,  no deberían ser devueltos a sus familias de origen salvo que ellas también aceptaran el bautismo y se comprometieran a darle educación cristiana.

Pío 12

Del lado nazi también jugaban sus negras cartas. En un discurso Himmler, comandante en jefe de las SS y luego ministro del interior, en 1943, en uno de los tres discursos que anuncian la “solución final” dijo:
 “Un SS debe tener fundamentalmente presente esto: con nadie que no sea de nuestra misma sangre hemos de ser honrados, decentes, leales y amigos. Me es completamente indiferente cómo les pueda ir a los rusos o a los checos. Todo lo que haya de buena sangre nuestra en otros nos lo llevaremos, robándoles los niños, si fuera necesario, para educarlos entre nosotros”.
Un querido amigo, Osvaldo Cucagna escribió un artículo al que llamó  “ Actualización de 'Cuestiones sobre la Historia del robo-desaparición de niños'” del que saqué algunos párrafos:


Juventudes nazis

En 1985, con motivo del 40º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial, con la colaboración de todos los países europeos se hizo un documental sobre qué fue lo que pasó con los niños robados-desaparecidos. Allí aparecían madres que, cuarenta años después, reclamaban por sus hijos, y se daban datos que iban de los doscientos mil a ochocientos mil niños robados, sobre todo en Polonia, Yugoslavia, el resto de los países del Este y la Unión Soviética…..

“Gitta Sereny, periodista e historiadora húngara, trabajó con estos niños robados tratando de conseguir la devolución a sus verdaderos padres, como funcionaria encargada del bienestar infantil en la UNRRA (United Nation Relief and Rehabilitation Administration), en la zona norteamericana de Alemania, en 1945, estando a cargo del equipo de Rastreo de Niños durante un semestre. De entrada logró rescatar a unos cuarenta y cinco niños, de tres a ocho años, a los que, con doscientos de otras regiones, llevó a Polonia en la primavera de 1946.

Ese Programa de Rastreo de Niños se abandonó poco después, cuando sólo se había descubierto una fracción del presunto total de 250.000 (teniendo en cuenta esto sólo para el área de control de Estados Unidos en Alemania). Centenares de niños a los que se había ubicado y miles que restaban ser hallados fueron sometidos al máximo dolor de no ser devueltos a sus verdaderas familias. Dice Gitta Sereny: 
“En una de las decisiones más arbitrarias jamás adoptadas por la burocracia, los gobiernos británico y norteamericano, ahora inmersos en la guerra fría con los Soviets, decretaron que no debían devolverse los niños para que fueran educados en el comunismo. En una carta de respuesta a mis protestas, el Departamento de Estado norteamericano dijo que estaba actuando totalmente en beneficio de los niños, porque no se debía permitir que los sometieran al adoctrinamiento que sin duda soportarían y cuya seguridad física no podía garantizarse si volvían a la Unión Soviética... fueron enviados al exterior: Estados Unidos, Australia y Canadá, para vivir en otro país extraño, con una lengua desconocida, nuevamente adoptados o prohijados por extranjeros”.
 
Niños en campo de exterminio nazi cerca de 1945. Foto World History Archive Cordon Press
En el delito de trata de personas se contempla la explotación sexual, la laboral, la extracción de órganos pero no la explotación afectiva a la que es sometido un niño, una niña, cuando se la apropia, se lo aísla de sus verdaderos cariños, de quienes ama y por quienes es amado, y se lo conduce seductoramente a tomar afecto a sus tenedores. Al menos en los otros casos no existe tal perversión, tal grado de manipulación.

Nunca fue más clara esa frase que dice que el camino al infierno esta pavimentado de buenas intenciones. En este caso la iglesia y los apropiadores tranquilamente se sienten felices consigo mismos, con su conciencia libre de culpas, pues han hecho una “buena acción”, han librado a ese pequeño, a esa niña, de un destino tan atroz, seguramente en la peor pobreza material o espiritual y les han dado “una vida mejor”.
Claro que seguramente no todo es tan santo, que las familias elegidas han sido aquellas con cierta capacidad económica, buenas contribuyentes económicas a la santa causa.

Al final de la película se habla del perdón. Este es un tema harto remanido en el norte, en el protestantismo. Para el católico el perdón lo da el cura, en secreto, para algunas creencias no católicas el perdón lo da dios previo a la confesión pública la que es vista como una clara señal de arrepentimiento. Recordemos el asunto sexual del expresidente de Estados Unidos Bill Clinton con Mónica Lewinsky que se apaciguó cuando este reconoció y pidió perdón público, o también cuando el Papa Juan Pablo 2do pidió perdón por los abusos de la Inquisición.







León Ferrari




Pedir perdón cuando no hay un cambio notorio en la conducta, cuando no se busca reparar efectivamente el daño hecho, cuando no se trata de volver atrás, es una simple palabra que se lleva el viento, es otra forma del engaño y un nuevo acto de violencia hacia la víctima.

Ahora, cuando ni siquiera el culpable quiere pedirlo siempre se puede apelar a la llamada  “reconciliación” que no es otra cosa que el perdón dado a quien no lo ha solicitado y ni siquiera cree que deba hacerlo. Esto parece un mal chiste. Ni el pedido de perdón ni la supuesta reconciliación borran los hechos, no anulan las consecuencias, no hacen desaparecer el dolor y la injusticia causadas, solamente apuntan a cerrar el libro y ponerlo en algún estante muy alto donde ya no sea visto. El reclamo de justicia abierto molesta, señala, y no permite al culpable caminar con cara inocente al sol. Perdón y reconciliación solamente permiten que el perverso, el depredador, el apropiador puedan caminar por la calle con tranquilidad porque han sido exculpados.
Reconozco que hay actos de perdón que muestran la nobleza de quien los otorga, pero no en este caso porque un padre no puede perdonar el daño que se ha causado a un niño, a una niña, a esos que son sus hijos. No puede ni debe, porque será tarea de ellos enfrentar la realidad.

Ni olvido ni perdón dice la oración activista, pero cuidado, que no es una súplica, no se está implorando sino exigiendo, se está apuntando a la cabeza con esas palabras, señalando directamente al alma, si es que poéticamente podemos aceptar que exista al menos por un rato.

Ni olvido ni perdón por los jóvenes secuestrados, torturados, asesinados y sus cuerpos desaparecidos, por los niños apropiados por tantas “buenas personas” las que ciertamente les han dado un hogar cristiano y libre de malas ideas. Ni olvido ni perdón para  quienes persisten en no hacer aparecer las listas, en no dejar descansar los cuerpos, en entorpecer los juicios, en negar su colaboracionismo, tampoco para quienes bendijeron picanas y permiten comulgar a torturadores y asesinos.
Philomena habla de todo esto, del pecado que es siempre de los otros, de la orgullosa monja que se cree superior porque tiene el himen intacto, o las ideas o las creencias que corresponden también intactas, de los apropiadores con coches caros y tapados de visón y  de los otros que también se creen mejores porque se llevado-salvado un niño condenado.



Reconciliación……Comenzaré a pensar en perdonar a la iglesia cuando devuelva los tesoros que arrebató a los americanos, cuando pida perdón a los dioses de nuestras tierras, cuando hable de su complicidad con las matanzas dictatoriales; comenzaré a pensar quizá en perdonar a los militares cuando entreguen los cuerpos, cuando presentan las listas, cuando digan dónde están los niños arrebatados,  cuando marchen solos camino a los tribunales; veré que hago cuando los apropiadores sean capaces de reconocer su impiedad y egoísmo.

Me parece que por ahora puedo descansar, falta mucho, creo que demasiado tiempo, para que algo de esto comience. Y si lo hacen dentro de cien o quinientos años ya no me importará, no estaré para perdonar por lo tanto el pedido que hagan será estúpido.








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