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Reiteraciones
Quienes me siguen en estas notas ya habrán descubierto que
me repito, que en el fondo la misma temática aparece una y otra vez. La mayoría de las veces sucede desde mi
interior, sin premeditación, otras, como esta, surge de manera claramente
conciente.
El tema para estas columnas puedo decir que aparece, no es
pensado, porque soy coherente entre lo que aquí les digo y como van surgiendo
estas charlas. Ellas no son producto de un programa o un pensamiento acerca de
la conveniencia o de la situación, sino del momento, cuando de pronto me digo,
quiero hablar de esto, y al irlo desarrollando también aparece entonces la
música.
En lo que digo que me repito es de las distintas formas de
la violencia, es de eso de lo que hablo desde distintos ángulos, desde la
social hasta la individual, incluso aquella que está dentro de nuestra cabeza
como puede ser la culpa. Pero no me
repito, permítanme rectificarme, no me repito es la sociedad la que cada día da
nuevos motivos y ejemplos.
Además, creo realmente que es necesario hablar una y mil
veces de todo esto hasta que se nos haga claro, hasta que veamos a nuestra
propia violencia en juego, esa que no creíamos tener, hasta que entendamos que
es necesario ponerle realmente un tope construyendo en lugar de destruir,
poniendo solidaridad, comprensión, aceptación donde ahora hay rechazo y
violencia.
Hace muy poco leí una noticia proveniente de Estados Unidos que dice que para
incentivar la venta de armas para practicar tiro al blanco, las empresas están
repartiendo gratuitamente armas y municiones a jóvenes y solicitando a los
estados que levanten las prohibiciones que no permiten la caza deportiva a los
niños. Para esto entregan un rifle estilo militar a los que llaman “tiradores
juniors”. La propuesta abarca financiar, como de costumbre, a ongs para hacer
este trabajo. Las empresas no podrían hacer su tarea de promoción por sí mismas porque quedarían
en evidencia, para eso están ongs
siempre listas mientras reciban dinero.
Estas empresas también preparan videojuegos de tiro al
blanco o de caza, la idea es que los niños se entretengan disparando a lo que
sea, que le pierdan temor a las armas y en su mente quede fijada la muerte como
parte de la diversión. Si prestamos atención a muchos de los juegos en video para
niños nos sorprenderemos de la violencia, la desmesura de sangre que salpica la
pantalla, partes corporales diseminadas, y todo para pasar un buen momento.
Ahora otra noticia del mismo país, Estados Unidos, que el periódico tituló como “El plan de dos
niños de 10 y 11 años para matar a siete compañeros de clase en Washington”.
Ambos niños planearon matar a una compañera de clase porque
era “grosera y molesta” según dijeron.
“Sí, sólo quiero verla muerta”, dijo uno de los chicos a las
autoridades.
El menor había tenido “una breve relación de noviazgo” con
la chica, dijo a las autoridades “es grosera y siempre se burló de mí y de mis
amigos”.
El plan consistía en que el de 11 años apuñalaría a la joven
fuera de la escuela, mientras que el de 10 años ahuyentaría a quienes
intentaran evitarlo disparándoles con un arma de fuego semi automática calibre
45.
Los dos niños dijeron también que también iban a matar a
seis estudiantes más y para esto iban a
atraerlos lejos de la escuela de
a uno.
Tenían una pistola semi-automática robada, un cargador y un
cuchillo para cometer los crímenes.
Es increíble que siendo tan pequeños hayan podido tramar
esto y casi llevarlo a cabo. Lo que también es increíble es que la noticia este
redactada como si fueran adultos concientes de lo que hacen, incluso habla del
“breve noviazgo” del niño de 10 años con la niña. Se deja totalmente de lado
que son pequeños de 10 y 11 años y me
parece que esto es intencional porque, claro, es fácil y deja tranquilo cuando
se encuentra un culpable.
No, no es cuestión de culpar a los niños, o a sus padres, o
pensar que esto sucede allá lejos, todos estos son modos de esconder la
cabeza. La cuestión pasa por entender
qué sucede y buscar una solución, porque ellos de algún lado sacaron el arma,
porque en algún lado aprendieron cómo usarla, la estrategia para llevar a las
víctimas tuvo algún modelo. De alguien, en algún lado, aprendieron que lo que
molesta puede ser eliminado.
Freud, el creador del psicoanálisis, contemplando las atrocidades de la guerra y queriendo encontrar una explicación a tanta crueldad, y no solamente a la de las batallas sino a la de cada uno de nosotros, dijo que al lado del instinto de vida que nos impulsa a crecer, desarrollarnos, buscar relaciones, unirnos, amar, existe el instinto de muerte que es el que nos impulsa a la destrucción y autodestrucción. A Freud le costaba ver el papel principal de lo social. La ceguera, la ignorancia, la incapacidad de establecer relaciones creativas, de poder entender el sentimiento de los otros, la indiferencia hacia el dolor ajeno, el uso de las personas como instrumentos, y la violencia convertida en arma, en odio, en enemigos, no son naturales, no son parte de nuestros genes, no es un instinto el que nos lleva a eso, no nacimos odiando al diferente, o al que el poder de turno quiere que odiemos y busquemos destruir, a todo esto somos llevados.
Escucho las palabras de un amigo que me dice que estoy
exculpando, que siempre existe una responsabilidad personal, que nunca se es tan ciego como para no ver.
Le doy la razón, para eso está nuestra voluntad para pensar por nosotros
mismos, para alejarnos de los mandatos y hacer algo distinto con nuestras
vidas. La sociedad y yo somos un continuo en el que es casi imposible trazar
una línea de separación, pero también es cierto que yo tengo una existencia
propia, tengo mis capacidades personales para preguntarme y buscar respuestas,
para no contentarme con lo que me dan, y mi integridad para orientarme en una
dirección, para hacer mi camino. Si somos llevados hacia la violencia, hacia el
no pensar, es porque lo aceptamos. No hay poderes sobrenaturales, dioses o
instintos o sociedades o virus o falta de neuronas o lo que queramos poner como
excusa, los responsables somos nosotros.
Si existen esos videos para niños es porque hay adultos que
los hacen y hay padres que se los permiten porque es más fácil que los chicos
estén entretenidos, si somos incitados a la violencia haciéndonos creer que tal
o cual es un enemigo que busca nuestra destrucción, también somos responsables
de no parar y observar, pensar. Luego de esto puedo llegar a la conclusión que
sí, que tal es un enemigo, o que no lo es, o que no lo sé y entonces puedo
mantenerme distante de la pelea y si quiero buscar más datos. Con esto lo que
obtuve fue recuperar mi vida, mi poder de decisión, recordemos siempre que si
otros tienen poder es porque nosotros se lo dimos. Si alguien, esposa, esposo,
jefe, iglesia, partido, inseguridad,
culpa, sociedad, nos maneja es porque nosotros se lo permitimos.
Retomemos nuestra capacidad de pensar, no aceptemos estos
mandatos que nos quieren convertir en menos que infantes, en seres
irracionales, ovejas que van en fila al matadero, en seres cuyo mejor recurso
es la violencia y la eliminación de los enemigos que otros construyeron.
Si hay algo que nos daña es esta violencia que nos metieron
en cada una de nuestras células y nos está endureciendo cada vez más los
sentimientos, que nos impide tomar contacto con nuestra mejor parte, con
aquello que nos mantiene vivos, con nuestra capacidad de amor, de construcción,
de darnos la mano.
La mayoría de las IMAGENES han sido
tomadas desde la web, si algún autor no está de acuerdo en que aparezcan por
favor enviar un correo a
alberto.b.ilieff@gmail.com y serán retiradas inmediatamente. Muchas
gracias por la comprensión.
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