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La serpiente cristiana
Ambrose Bierce fue un escritor y periodista norteamericano
famoso por su humor negro, satírico, y su visión despiadada de la realidad.
Se sabe que un día de 1912, ya publicadas sus obras, decidió
partir supuestamente a México, que estaba en guerra. No se supo más nada de él.
En 1899 publicó
Fábulas Fantásticas, libro del que extraigo la siguiente
La serpiente cristiana
Una Víbora de Cascabel regresó a su casa, donde estaban sus
crías y dijo:
-Hijos míos, reúnanse para recibir la última bendición de su
padre, y ver cómo muere un cristiano.
-¿Qué ocurre padre? Preguntaron las viboritas,
-Me ha mordido el editor de un pasquín partidario – fue la
respuesta, seguida por el ominoso cascabeleo de la muerte.
Excelente texto, corto y concreto, no deja lugar a dudas.
Pensemos que la publicó un año antes de comenzar el siglo 20, o sea que ya
tiene más de cien años y sin embargo es perfectamente actual, la moraleja
podría ser la siguiente: hasta las serpientes de cascabel sucumben ante el veneno
partidario. Primero mueren los hechos, con ellos la verdad, y en su caída
arrastran a la solidaridad y la paz. Para lograr estos resultados existe toda
una confabulación en la que hay que distinguir a algunos supuestos periodistas que por un módico
precio están dispuestos a convencernos con todo tipo de argumentos y
estadísticas preparadas convenientemente para la explicación, que la culpa
siempre es del anterior, del otro, que la tierra es cuadrada, que lo que vemos
no lo vemos y que si pensamos otra cosa es porque tenemos serios problemas de
entendimiento o somos parte de un
enemigo siempre difuso pero sumamente peligroso.
Ya a finales del siglo 19 Ambrose Bierce todo esto lo tenía
muy claro porque estas triquiñuelas ya existían,
lo que demuestra que en todo este tiempo de cultura “democrática” poco hemos
aprendido y seguimos cayendo en las mismas trampas y levantando como dogmas
verdades de cartón e ídolos maquillados para la escena.
Ambrose Bierce |
Tomemos como ejemplo, uno
de tantos, pero que proviniendo de Barack Obama y del país que se dice
inventor de la democracia, resulta más llamativo.
En agosto del 2014 el presidente de Estados Unidos admitió que oficiales estadounidenses han "torturado a alguna gente"
luego de los ataques del 11 de septiembre de 2001, y pidió no juzgarlos
demasiado duramente.
"Hicimos muchas
cosas correctas, pero torturamos a alguna gente. Hicimos cosas contrarias a
nuestros valores"*
Al parecer al público estadounidense estas mea culpas
públicas, estos actos de arrepentimiento, los conmueven y siempre están
dispuestos a perdonar y seguir adelante, quizá porque no fueron ellos los
torturados y también porque se les dice que esas cosas “incorrectas” fueron
ejecutadas por su seguridad.
El presidente aclaró:
"Es importante
que no seamos demasiado moralizantes retrospectivamente sobre el duro trabajo
que estas personas tuvieron. Y muchas de estas personas estaban trabajando
mucho y bajo una presión enorme, y son verdaderos patriotas"
El respeto al valor de la vida humana, a la integridad del
otro, no importando quien este fuere, es para este presidente ser
“moralizante”. Esto me recuerda al comentario pretendidamente denigratorio y
descalificante que se nos hace a los abolicionistas de la prostitución, cuando se
nos acusa de tener una postura “moral”.
Esto habla más de quién lo dice al
colocarse a sí mismo en el lugar de lo inmoral o amoral. Personalmente me
reconozco y acepto como hombre que tiene una moral, una ética y esto no me
avergüenza ni creo que me inhabilite para hacer algún comentario sobre un
problema social. Sucede que en estos tiempos posmodernos y neoliberales todo
aquello que no sea redituable, que ponga un límite al mercado, a la oferta y
demanda, debe ser anulado. La moral, la ética que están basadas en la dignidad
humana, en el valor de la persona, molestan, para los mercaderes son límites
inaceptables, como dice Obama, es ser “demasiado moralizantes”. Es que ellos
pretenden un mundo donde se puedan hacer ensayos de laboratorio con personas
pobres, en que los bosques, las aguas, las
tierras, el aire, puedan ser arrasados, en que la minería contaminante, el glifosato,
las alteraciones transgénicas no tengan límite para su ganancia, en que las
personas puedan ser sometidas como cosas o animales ya sea en el trabajo
esclavo como en la prostitución, en que los vientres se puedan alquilar cómo
cámaras productoras de bebés y los ricos puedan comprar los órganos de los
pobres. Este es el mundo sin moral ni ética que ellos proponen, así la tortura,
los daños colaterales de las guerras, las guerras mismas, podrán ser simples incorrecciones de conducta, nada más.
Según Obama debemos tener en cuenta, a favor de los
torturadores, “el duro trabajo que estas
personas tuvieron”. Quizá hasta debiéramos compadecerlos y por qué no,
darles un premio porque como dice el presidente “son verdaderos patriotas". Aquellos humillados de Abu Ghraib,
los presos sin juicio de Guantánamo, los torturados y asesinados, son material
descartable, quizá para los dueños del mundo ni siquiera sean humanos.
“verdaderos
patriotas" cuando escucho la palabra “patria” no dejo de alertarme
pues con esta excusa se han convalidado y realizado las peores atrocidades
contra las personas. ¿Recuerdan aquello de “haga patria, mate un….”? Las
“patrias” dividen, sectorizan, establecen supuestas diferencias y a partir de
esa falsedad excluyen, nos dividen en nosotros y ellos, discriminan.
Mientras me crea parte o poseído por una “patria” no podré
saberme ciudadano del mundo, un integrante de la comunidad humana, de esa que
no tiene fronteras ni colores. Mientras crea en las patrias no lograré entender
que ese otro que está del otro lado de la línea blanca es mi prójimo, esa línea
será un límite para mi solidaridad y ya yo será posible fraternidad alguna.
Aquellos principios que orientaron el avance democrático: Libertad, Igualdad, Fraternidad no han
sido alcanzados, y lo que es aún peor, gracias al sistema capitalista estamos
cada día más lejos de ellos. El neoliberalismo, al atacarlos, esta declarándose
antihumano, y desde este punto de vista, no tiene redención posible.
Los torturados. Oswaldo Guayasamín |
Ahora nos alejamos del dolor, la tortura, el poder para acercarnos a lo que pone sonrisas en el
alma a través de la poesía Gente imprescindible de Hamlet Lima Quintana
Gente necesaria
Hay
gente que con solo decir una palabra
enciende
la ilusión y los rosales,
que
con sólo sonreír entre los ojos
nos
invita a viajar por otras zonas,
nos
hace recorrer toda la magia.
Hay
gente,que con solo dar la mano
rompe
la soledad, pone la mesa,
sirve
el puchero, coloca las guirnaldas.
Que
con solo empuñar una guitarra
hace
una sinfonía de entrecasa.
Hay
gente que con solo abrir la boca
llega
hasta todos los límites del alma,
alimenta
una flor, inventa sueños,
hace
cantar el vino en las tinajas
y
se queda después, como si nada.
Y
uno se va de novio con la vida
desterrando
una muerte solitaria,
pues
sabe, que a la vuelta de la esquina,
hay
gente que es así, tan necesaria.
En cada momento de vida, aunque
no nos demos cuenta, aunque dejemos que el automatismo nos lleve por dónde él
quiere, estamos eligiendo entre una opción que nos abre a la vida y otra que
nos sume en la muerte. No necesitamos toda la filosofía del mundo ni guías
espirituales porque todo se juega en ese momento en que decido no encender un
cigarrillo, en que busco y pongo la música que me gusta, en que renuncio a eso
que quiero porque mayor que eso es mi vida.
Sepamos encontrar a esta gente
necesaria, a los que destierran a la muerte solitaria, desalojan a los
patriotas que torturan y asesinan por el bien de la humanidad.
Hay muchos caminos por hacer, todos
dispuestos para nuestro desarrollo. No dejemos que los partidarios, los
creyentes, los dueños de todas las verdades, los que dicen ser quienes nos representan, los patriotas, nos dibujen nuevas fronteras
en el alma, en la mente, y nos encierren.
Hay muchos caminos por hacer,
Todos
dispuestos para nuestro desarrollo.
* https://es.noticias.yahoo.com/obama-despu%C3%A9s-del-11-septiembre-hemos-torturado-gente-210928215.html
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