lunes, 30 de noviembre de 2015

183 - El Perú de Fujimori

183
El Perú de Fujimori
 Esterilización forzada

Hay hechos que como termómetros van señalándonos el estado de humanidad al que hemos llegado.
Entiendo que tomados como si fueran un todo resultan engañosos porque son una generalidad que solamente es indicativa, nunca definitoria, pues también podríamos evaluarnos en base a otros hechos, aquellos que podríamos llamar opuestos a estos que reseñaré.
Si me detengo en estos es simplemente por una cuestión personal, porque creo que denunciándolos estoy  señalando el camino que se debe seguir, aquello que debemos evitar para ir creando un mundo respetuoso, cada día más igualitario.
Uso con total conciencia la palabra “debe” porque estoy convencido de que no es opcional el respeto a la dignidad, el cuidado de la integridad de cada persona y con ella de la vida, lo que implica también el único medio en el cual podemos existir, al menos por ahora,  la tierra.

Esta noticia está tomada de varias fuentes y no es la primera vez que se publica en los medios, sobre todo los alternativos.
Son muy pocos años los que nos separan de los eventos siendo a nivel histórico irrelevantes, sucedieron en la década de los 90 por lo que puedo decir que son actuales y además la realidad nos lo pone de frente en este momento. El sistema de pensamiento discriminatorio que atenta contra la condición humana se halla plenamente vigente y  lo podemos ver en acción en la xenofobia que recrudece en Europa y que tiene como sostén los atentados  sufridos, sin hablar de la muerte de afrodescendientes en Estados Unidos o la discriminación hacia los latinos, y en nuestro país la situación atentatoria contra la vida misma de los pueblos originarios.

No alcanza con hablar de Derechos Humanos o hacer actos de reconocimiento. El respeto a ellos es una práctica diaria y responsable que nos cuestiona y nos va marcando en cada momento en qué lugar estamos y desde dónde miramos a los demás y por ellos, al universo.



Hoy vamos a Perú, en los años 1.990 durante el gobierno de Alberto Fujimori (1.990-2.000). Una vez más el objetivo fueron las personas de mínimos recursos lo que implica su alto grado de vulnerabilidad, y de ellas las mujeres. Se calcula que fueron alrededor de 300.000 mujeres indígenas y campesinas quechua hablantes, las que fueron esterilizadas compulsivamente en el marco de una política de control demográfico.
El 28 de julio de 1.995 Fujimori presenta el "Plan de salud pública", cuando nos fijamos en el financiamiento que tiene la sorpresa es mayor, quienes lo solventaron económicamente fueron la Agencia de Cooperación Internacional Estadounidense con 36 millones de dólares y, con una cantidad mucho menor, por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA). En febrero de 1996 la OMS felicita a Fujimori por su plan de control demográfico.

Esto nos muestra una vez más que los genocidios, que los delitos de lesa humanidad no se hacen de manera solapada, desconocida por los grandes poderes del mundo, por el contrario, son tolerados cuando no aceptados o como en este caso, financiados. Lo perverso es que una vez más la organización internacional que debiera velar por el estricto cumplimiento de los Derechos Humanos, la ONU,  es la que los viola. Un ejemplo actual es que mientras la ONU saca declaraciones contra la trata de personas, la violencia contra la mujer, Onusida, tras la figura de la lucha contra el HIV  sostiene a la prostitución y la reivindica como trabajo, aportando enormes sumas de dinero a las personas y organizaciones que buscan sostenerla y que se autocalifican como “trabajadoras sexuales”. Recordemos que fue esta misma organización internacional laque emitió un documento del Derechos Humanos en el que dice expresamente que la prostitución y la trata de personas “son incompatibles con la dignidad  y el valor de la persona humana y ponen en peligro el bienestar del  individuo, de la familia y de la comunidad..” (Convenio para la represión de la trata de personas  y de la explotación de la prostitución ajena.). No es casual el descrédito cada día mayor de estos organismos.

En estos casos de peruanos las mujeres no fueron consultadas, los médicos presionados desde el gobierno operaron.
Para obtener que las mujeres concurrieran a la cirugía, ellas y sus familias fueron presuntamente amenazadas con el pago de multas, penas de prisión o la retirada de ayuda alimentaria si no se sometían a la operación.  Obviamente el plan tenía como objetivo disminuir el número de nacimientos en los sectores más desvalidos de la sociedad peruana: indígenas de las zonas más abandonadas.
A raíz de estos eventos en julio de 2.002 es presentado un informe solicitado por el Ministro de Salud peruano que muestra que entre 1.995 y el 2.000, 331.600 mujeres fueron esterilizadas, mientras que 25.590 hombres sufrieron una vasectomía.

Existirían pruebas de que el presidente Fujimori estaba informado del número de intervenciones realizadas por los servicios de sus ex-ministros de salud: Eduardo Yong Motta (1994-96), Marino Costa Bauer (1996-1999) y Alejandro Aguinaga (1999-2000).

Esta guerra silenciosa se realizó de manera ordenada, sistemática, y con el objetivo claro de eliminar parte de la población y desde el gobierno.

Los llamados delitos de lesa humanidad se hallan internacionalmente reglamentados por el Estatuto de Roma el que entró en vigor el 1ro de julio de 2.002
Se denominan de ese modo porque se entiende que estas conductas lesionan a la humanidad como un todo.
Ellos  aparecen en el art. 7 de ese documento, el que a continuación copio:


“Artículo 7
Crímenes de lesa humanidad
1. A los efectos del presente Estatuto, se entenderá por “crimen de lesa humanidad” cualquiera de los actos siguientes cuando se cometa como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque:
a) Asesinato;
b) Exterminio;
c) Esclavitud;
d) Deportación o traslado forzoso de población;
e) Encarcelación u otra privación grave de la libertad física en violación de normas fundamentales de derecho internacional;
f) Tortura;
g) Violación, esclavitud sexual, prostitución forzada, embarazo forzado, esterilización forzada o cualquier otra forma de violencia sexual de gravedad comparable;
h) Persecución de un grupo o colectividad con identidad propia fundada en motivos políticos, raciales, nacionales, étnicos, culturales, religiosos, de género definido en el párrafo 3, u otros motivos universalmente reconocidos como inaceptables con arreglo al derecho internacional, en conexión con cualquier acto mencionado en el presente párrafo o con cualquier crimen de la competencia de la Corte;
i) Desaparición forzada de personas;
j) El crimen de apartheid;
k) Otros actos inhumanos de carácter similar que causen intencionalmente grandes sufrimientos o atenten gravemente contra la integridad física o la salud mental o física.”



Los crímenes contra la humanidad tienen la especial característica de ser imprescriptibles, es decir que pueden ser perseguidos en todo tiempo.
La esterilización forzada aparece consignada en el inciso g).

Nunca podré saber si es que el poder corrompe o es que quienes ya están corrompidos llegan a manejar el mayor poder,  lo más probable es que sea una combinación de ambos factores. Lo cierto es que se requiere haber adquirido un grado de desensibilización importante, una violencia capaz de ser autojustificada  para poder convertir al prójimo en algo pasible de ser manipulado, hambreado, sometido,  dañado en su cuerpo-psique sin que ello traiga mayores remordimientos o al menos algún tipo de cuestionamiento personal.

Seguramente se creen niños jugando al ajedrez, usando a los peones y la caballería con la finalidad de capturar,  asesinar, al rey opuesto. Los humanos nos convertimos en piezas para ser llevadas o traídas, para que produzcamos hijos peones para las fábricas, o que seamos comidos por la exclusión cuando ya no somos necesarios.

Algo está muy podrido en esta forma de vivir, en este sistema que hemos elaborado y que termina destruyéndonos. Si logramos darnos cuenta de esto habremos avanzado, sabremos qué es lo que debemos dejar para orientarnos en una nueva dirección, hacia la plenitud, aunque no lleguemos a alcanzarla, hacia una vida que merezca ser vivida.





Esterilizaciones forzadas: Fiscalía archivó caso y no denunciará a Alberto Fujimori
Miércoles 27 de julio del 2016 | 21:00
Magistrada Marcelita Gutiérrez Vallejos consideró que no hubo delitos de lesa humanidad ni autoría mediata en el caso.

La fiscal Marcelita Gutiérrez, quien tuvo a cargo las indagaciones sobre las esterilizaciones forzadas ocurridas durante el segundo gobierno de Alberto Fujimori (1995-200), decidió la tarde de este miércoles archivar el caso.
Según argumentó, no hubo delitos de lesa humanidad ni autoría mediata de parte del expresidente y sus ministros involucrados en el caso, en el cual se han registrado más de 300,000 mujeres como víctimas.
[Esterilizaciones forzadas: Otras 1,600 mujeres denuncian haber sido víctimas durante gobierno de Alberto Fujimori]
La decisión de la fiscal llega con tardanza, ya que llegado el día en que debió culminar con las investigaciones, solicitó ampliar dicho plazo para tomar una decisión, lo que motivó diversas protestas en los exteriores de uno de los locales de la Fiscalía por parte de las víctimas y diversas ONG que las defienden.
Cabe señalar que el 22 de enero de 2014, el fiscal Marco Guzmán Baca — de la Segunda Fiscalía Penal Supraprovincial de Lima — exculpó a Fujimori de tener responsabilidad alguna en este caso sobre los delitos cometidos en su contra.
Tras la decisión fiscal, el abogado de las víctimas, Carlos Rivera, indicó – en diálogo con Canal N – que hasta el día de hoy no se les ha notificado de la decisión de la Fiscalía.
“No sabemos las razones por las que emite esa opinión y evita una denuncia. Hasta ayer por la tarde estuve con la fiscal Gutiérrez, no me aseguró pero me dijo que muy probablemente su decisión iba a ser conocida la próxima semana”, dijo.
“Nos causa cierta sorpresa que haya archivado el caso. Es una burla a la justicia de las señoras, a la esperanza que ellas estaban colocando en la fiscal Gutiérrez, después de 15 años de investigaciones presente el caso ante el Poder Judicial”, agregó.
El abogado de IDL indicó que apelarán la medida el martes de la siguiente semana. “El significado de la decisión es un significado que trasluce impunidad”, sentenció.
En tanto, Alejandro Aguinaga, quien fuera ministro de Salud de Fujimori en esa época, sostuvo que “aquí se violó y no se respetaron (las) resoluciones”. Esto debido a las apelaciones que se han presentado anteriormente. “Es un maltrato enorme y sobre todo desconocimiento del tema”, arguyó.

Documento publicado por la periodista María Elena Castillo a través de su cuenta de Twitter

Fuente:
http://peru21.pe/politica/esterilizaciones-forzadas-fiscalia-archivo-caso-y-no-denunciara-alberto-fujimori-2253132



27 de Julio de 2016 | 18:23 h
Denuncia de esterilizaciones forzadas fue archivada por la fiscalía
La fiscalía decidió archivar la denuncia de las esterilizaciones forzadas contra el expresidente Alberto Fujimori y sus ministros de salud, entre ellos el actual congresista Alejandro Aguinaga.



Una de las víctimas. Foto: La República


La resolución, emitida por la fiscal de la Segunda Fiscalía Supraprovincial de Lima,Marcelita Gutiérrez, establece que, de acuerdo con la jurisprudencia del Tribunal Constitucional y el derecho internacional, las esterilizaciones durante el régimen fujimorista respondieron a una política de Estado, pero no estuvieron destinadas a violar derechos humanos.

PUEDES VER: Historias clínicas prueban que shipibas fueron esterilizadas sin su consentimiento
Sin embargo, se señala que sí se han encontrados casos aislados de violaciones de derechos humanos en el desarrollo del programa de esterilizaciones, pues se practicaron operaciones sin el consentimiento previo e informado de las víctimas.
La fiscalía procederá a denunciar a los médicos y especialistas de salud directamente comprometidos en esos casos. La resolución se está notificando a los abogados de las víctimas y de los investigados.

Fuente
http://larepublica.pe/sociedad/789156-denuncia-de-esterilizaciones-forzadas-fue-archivada-por-la-fiscalia



Se puede disponer de las notas publicadas siempre y cuando se cite al autor/a y la fuente.








miércoles, 25 de noviembre de 2015

182 - EZLN 32 años

182
EZLN  32 años

Mientras que somos bombardeados por la propaganda que busca implantar en nuestros cerebros que  ningún cambio real es posible, que el socialismo y la autonomía son unas ilusiones perdidas para siempre, que debemos resignarnos a este sistema neoliberal asesino, este movimiento nacido en plenos años 90 es un ejemplo sostenido.
Se nos crea un mundo sin esperanzas, sumido en este eterno presente donde todo debe ser inmediato, donde no existe proyección hacia el futuro.
Se nos ha querido romper la mirada abarcadora, capaz de abrazar al mundo todo, y poner en su lugar el individualismo sin salida que a lo sumo, más allá de mi casa, de la puerta de entrada, quizá, en un acto de generosidad altruista, puede llegar a la cuadra en que vivo. Pensar en el “otro” como el humano, que no importa de qué color, sexo sea o dónde este, que es mi semejante, cada vez es más impensable.
Esos “indios” de esa región olvidada de México, esos pueblos aplastados por el coloso del norte, ejercieron el derecho a la imaginación, a la posibilidad, y se atrevieron a ejercerlo ya hace 32 años.
Por esto coincido con que  Celebrar al EZLN es celebrar la esperanza que germinó en la oscuridad de la montaña y apareció con rostro encapuchado aquel amanecer de 1994. Es celebrar el no rendirse, el no venderse, el no desistir, el saber reconstruirse y no encallar contra los muros del inmobilismo y el dogma.”

                   Por esto, junto con ellos quiero decir:
!La autonomía es la vida , la sumisión es la muerte!







Al EZLN
A las Juntas de Buen Gobierno
A las bases de apoyo zapatistas
A la Sexta
Al CNI
A quienes resisten y construyen autonomía

Hace 32 años que la rebeldía empezó a caminar en las profundidades de la Selva Lacandona. No eran unos primeros pasos, si no la continuación de un caminar de 500 años. La resistencia indígena que tomó tantas formas y nombres desde que la noche de la colonización y la conquista cayera sobre los pueblos originarios, tomaba ahora el de aquella persona que gritó frente a los hacendados y terratenientes aquel sonoro !Tierra y Libertad!. Nacía hace 32 años el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

Y celebrar su 32 aniversario es celebrar muchas cosas. Es alegrarse de que la llama de la rebeldía encontrase en las y los indígenas chiapanecos quien la alimentase y la hiciese crecer. El zapatismo se empapa del pensamiento tan único y digno de los pueblos mayas y crea formas de lucha y expresión que inspiraron y siguen inspirando a quienes pensaron que el siglo que empezaba estaría plagado de derrotas. Celebrar al EZLN es celebrar la esperanza que germinó en la oscuridad de la montaña y apareció con rostro encapuchado aquel amanecer de 1994. Es celebrar el no rendirse, el no venderse, el no desistir, el saber reconstruirse y no encallar contra los muros del inmovilismo y el dogma.

El zapatismo es la expresión de la autonomía como forma de vida. Una autonomía cuyo ejemplo estimula los procesos de autogestión y empoderamiento en todo México y el mundo. Los Caracoles Zapatistas simbolizan el caminar lento pero firme en pos de una democracia auténtica y de un anticapitalismo práctico. Es una llamada a defender la tierra y a relacionarnos con ella sin mercantilizarla. Es resistir las embestidas del neoliberalismo de forma colectiva. Celebrar 32 años de EZLN es celebrar, en definitiva, la construcción de un nuevo mundo sin explotadores ni explotados.

Y en el contexto de extrema dureza que vive México el zapatismo es la prueba viva de que la resistencia y la rebeldía son posibles. De que hay formas de articular respuestas a la represión, la prisión política y la contrainsurgencia. A diario México despierta con noticias de ataques a la libertad e integridad de quienes luchan.

Esperamos que las luchas de abajo a la izquierda en México continúen avanzando a pesar del difícil momento que vive el país. La llama de la rebeldía no debe apagarse ni en Chiapas ni en ningún otro lugar.

Confiamos en que en este 32 año de existencia podamos seguir caminando al lado de las y los zapatistas gracias a ese espacio colectivo  que es la Sexta, y así construir juntos ese futuro mejor que todas deseamos.

!Viva el EZLN!
!Vivan las Juntas de Buen Gobierno!
!Viva el CNI!
!La autonomía es la vida , la sumisión es la muerte!
!La Sexta va!



(Para más información  pueden ver  las entradas 84 y 85 sobre este mismo tema en este blog)





REVOLUCIÓN

Los que no ven, nos dicen ciegos,
pero tú nos has enseñado a ver el color
del tiempo que viene.

Los que no oyen, nos dicen sordos,
pero tú nos has enseñado a escuchar en todas
partes el ágil sonido de la ternura humana.

Los cobardes nos dicen cobardes,
pero contigo nos enfrentamos a las sombras
y les cambiamos el rostro.

Los criminales nos dicen criminales,
pero contigo revivimos la esperanza
le marcamos el alto al crimen, a la
prostitución, al hambre.

Y le ponemos ojos, oídos, alma
al corazón del hombre.

Los racistas nos dicen antihumanos
pero contigo le damos al odio
su tumba mundial en la ciudad de los abrazos.

Nos dicen tantas cosas.

Y los que las pronuncian
olvidan —estúpidos que son—
que sus nietos amarán mañana jubilosamente
la palabra estrellada de tu nombre,
Revolución.

El o la autora de este poema es  joven insurgente que lo ha publicado anónimamente



 


No morirá la flor de la palabra,
podrá morir el rostro oculto de quien la nombra hoy,
pero la palabra que vino desde el fondo de la Historia y la tierra,
ya no podrá ser arrancada por la soberbia del poder.
Nosotros nacimos de la noche, en ella vivimos,
moriremos en ella.
Pero la luz, será mañana para los más,
para todos aquellos que hoy lloran la noche,
para quienes se niega el día,
para quienes es regalo la muerte,
para quienes está prohibida la vida.
Para todos la luz, para todos todo.
Para nosotros la alegre rebeldía, para nosotros nada...


Subcomandante  Marcos









sábado, 21 de noviembre de 2015

181 - Revolucionarios no reformistas

181
Revolucionarios no reformistas


Comparto con Uds. este muy valioso artículo ¿Hemos interiorizado el fin de la historia? escrito por Raúl Zibechi que nos aporta claridad respecto de la situación social actual y sobre todo nos ayuda a diferenciar la izquierda real de aquella otra que no pasa de ser una versión más de mantener las cosas como están. Fue publicado en el Boletín Other news de noviembre del 2.015.






¿Hemos interiorizado el fin de la historia?

Raúl Zibechi* - La Jornada de México
 *Periodista uruguayo,  docente e investigador en la Multiversidad Franciscana de América Latina, y asesor de varios colectivos sociales.

El naufragio siempre es el momento más significativo”, escribió Fernand Braudel en “Historia y ciencias sociales” (Escritos sobre la historia, FCE, 1991). En opinión del historiador, “mucho más significativos aún que las estructuras profundas son sus puntos de ruptura, su brusco y lento deterioro bajo el efecto de presiones contradictorias”.

En los debates de las izquierdas globales, parece haberse esfumado una tensión básica del pensamiento crítico, presente desde los primeros tiempos: la mirada larga en el tiempo, la negativa a jugar todo el movimiento en maniobras tácticas, tener siempre presente el legado a las generaciones futuras.

Durante más de un siglo el movimiento revolucionario en el mundo estuvo enfrentado en dos tendencias que, de forma un poco simplificada, se podían dividir entre revolucionarios y reformistas. Buena parte de la producción teórica de Marx y de Lenin estuvo dedicada a zanjar diferencias con aquellos que llevaban al movimiento hacia su adaptación en el sistema y rechazaban la necesidad de rupturas. Rosa Luxemburgo llegó a escribir, en Reforma o revolución, que “la teoría del colapso capitalista es la médula del socialismo científico”.

En su polémica con Eduard Bernstein argumentaba que “sin el colapso del capitalismo no se puede expropiar a la clase capitalista”. Toda la vida y la organización de los revolucionarios estaban dedicadas a prepararse para el momento del colapso, aunque no lo llegaran a vivir. Todo lo que hacían en los grises años de calma social consistía en esa preparación anímica y organizativa, espiritual y teórica. Esa larga preparación es lo que le permitió a hombres como el Che o Lenin estar a la altura de las situaciones cuando era necesario actuar de forma decidida.

En las últimas décadas estas tensiones se han perdido. Predomina ahora una mirada de corto plazo, demasiado ligada a la coyuntura y, en particular, a lo electoral. Las diferencias, incluso teóricas, entre reforma y revolución, parecen haberse esfumado. Rosa no rechazaba las reformas, pero decía que eran un medio, no un fin. Los argumentos que dan algunos intelectuales para defender el voto por un candidato progresista hablan por sí solos sobre este enorme retroceso. Hay, por cierto, políticas sociales positivas y necesarias. Pero ese no puede ser el eje de una argumentación que apueste por la transformación revolucionaria de la sociedad.



A mi modo de ver, hay dos razones de fondo que pueden contribuir a explicar el enorme retroceso de las izquierdas, del pensamiento crítico y de las consecuencias de haber “desaprendido lo mismo el odio que la voluntad de sacrificio” (Benjamin, en Tesis sobre la historia).

La primera es que la caída del socialismo real, la derrota de las revoluciones centroamericanas y de los grandes movimientos (obrero, feminista y de las “minorías” étnicas) ha provocado un doble y simultáneo fenómeno: crecimiento del pragmatismo y del posibilismo, y pérdida del horizonte del tiempo largo.

 El pragmatismo desmadeja la ética del compromiso, a favor de la adaptación a lo que existe. No hay compromiso que contenga garantías de ventajas personales concretas. El compromiso con una causa siempre fue un salto al vacío, incierto, en el que cada quien pone el cuerpo sin esperar recompensas ni reconocimiento. Perseguir lo posible supone caer en el oportunismo y renunciar a cambiar las cosas; porque lo posible es, apenas, administrar lo existente.

La segunda se relaciona con los cambios en la cultura, tanto en la hegemónica como en la popular, e incluso en la contracultura. La necesidad de obtener resultados inmediatos, la falta de fibra para nadar contra la corriente, la dificultad para decir las cosas por su nombre por temor al rechazo y la soledad, forman parte del sentido común actual, incluso entre muchos que dicen ser de izquierda.

Un maravilloso relato de Pasolini sobre los “melenudos”, en Escritos corsarios, es una buena muestra de lo que pretendo explicar. La melena fue símbolo de rebeldía o de inconformismo en los años 60, pero terminó siendo adaptada por la moda, al punto que “ya no es defendible porque ya no es libertad”. Rechazaba con vigor, y desesperación, el afán de “amoldarse al orden degradante de la horda”, usando símbolos de rebeldías, absorbidos por la cultura del poder.

Por alguna razón, nada difícil de adivinar, volvemos a redescubrir a Pasolini. Como escribe Franco Berardi, Bifo, “había entendido de antemano que el poder del cambio tecnológico estaba destinado a prevalecer sobre las culturas libertarias e igualitarias”, abriendo un tiempo de barbarie (“La mirada larga”, en comune-info.net).

Estamos inmersos en una cultura en la que desaparecieron las distinciones de clase, en la que “derecha e izquierda se han fundido físicamente”, como apuntaba el italiano. Esa indistinción tiene su correlato en la política. Es posible que hayamos interiorizado el fin de la historia de modo involuntario e inconsciente. Si no hay diferencias culturales, tampoco habrá diferentes opciones políticas y todo se reduce a optar por lo menos malo o lo más atractivo, como en el supermercado.

Es la degradación de la política emancipatoria. El momento del naufragio. Pero hay más. Todavía debe recordarse que el mundo nuevo, el socialismo o como se llame, es fruto del trabajo, del esfuerzo cotidiano, no del reparto de lo que existe. Pero el trabajo tiene sus reglas que la cultura rentista no comprende, ni está dispuesta a aceptar.

En este recodo de la historia, cuando las derechas imperiales y financieras avanzan sin cesar, en el sur y en el norte, aprender del naufragio puede ser el mejor modo de recuperar los horizontes perdidos. El hundimiento del socialismo real no puede llevarnos al lodazal del posibilismo ni de la rendición a la cultura hegemónica. Si el riesgo es la soledad y la intemperie, habrá que afrontarlas. Lo único que no podemos hacer es dejarle a las generaciones futuras un legado de sumisión y pragmatismo sin ética.




A partir de este texto de Raúl Zibechi me permití hacer estas breves reflexiones que les comento a continuación.

La división entre “entre revolucionarios y reformistas” es mucho más profunda que solamente una cuestión de estrategia ante las situaciones que las sociedades nos presentan.
Implica también preguntase acerca de qué es ser revolucionario. Esta cuestión que en los años setenta motivaba y alentaba a avanzar directo hacia las utopías, en la actualidad causa miedo, aleja, suena a disparatado, aún para quienes quieren cambiar este orden por considerarlo injusto.
Seguramente les asusta que se vuelva a los enfrentamientos armados, que se pretenda tomar el poder mediante las armas, que se desestabilice este ordenamiento social, precario, pero ordenamiento al fin. Esta visión es profundamente ideológica, coloca a la violencia en un espacio pasado, ya casi histórico, y en manos exclusivamente de quienes pretendían un cambio profundo. Temor basado en su supuesto reaparecer de esta violencia ante la posibilidad de que se sostengan  las ideas revolucionarias. De este modo se niega la constante violencia actual, tan normal que casi no la registramos, que ya no solamente abarca a los trabajadores, a los excluidos, sino que llega a afectar al planeta mismo.
Se teme a la violencia de una posible revolución mientras las drogas, el gatillo fácil, la exclusión social que es mucho más que no tener trabajo, la explotación en cualquiera de sus  variadas formas, matan todos los días, sino al cuerpo, al alma.

La revolución esta puesta en el espacio de lo imposible y en su lugar son colocadas las reformas.
Las reformas son simplemente eso, cambios superficiales, leves mejoramientos que no modifican porque se agotan en el presente, en lo que favorece a algunas personas pero que no daña al sistema porque de otro modo no se hubiera permitido que fueran llevadas adelante.
Estos procedimientos, más que acercarnos a un real cambio social, aceitan, le dan mayor flexibilidad al capitalismo al apaciguar la conflictividad o diferirla para más adelante en que se aplicará una nueva reforma o se la disciplinará de algún modo.



Raúl Zibechi nos dice: “Predomina ahora una mirada de corto plazo, demasiado ligada a la coyuntura y, en particular, a lo electoral.”…”ha provocado un doble y simultáneo fenómeno: crecimiento del pragmatismo y del posibilismo, y pérdida del horizonte del tiempo largo.”
Sin una mirada a largo plazo es imposible sostener una utopía, ni siquiera un cambio importante porque el tiempo es una de las dimensiones de la realidad que no podemos obviar. El cortoplacismo tiene la modalidad del show bussiness, debe ser impactante, llamativo, debe convencer a la gente con lo que se muestra ahora, no hay tiempo para más adelante porque las elecciones se acercan y hay que renovar y justificar el negocio. Por eso lo pragmático y posible.

 “Perseguir lo posible supone caer en el oportunismo y renunciar a cambiar las cosas; porque lo posible es, apenas, administrar lo existente.”…” y todo se reduce a optar por lo menos malo o lo más atractivo, como en el supermercado”

En esa dimensión del tiempo conjugada en futuro quizá no estemos nosotros, pero sí nuestros hijos o nietos. El corto plazo, lo posible, los niega al no tomarlos en cuenta, quizá porque ya no interesan como seres sensibles sino como votantes o consumidores y estos dos hechos se dan en este presente, ¿qué pasará en el futuro? eso interesa muy poco.
Esta sociedad nos enajena aún de lo que amamos.

La encerrona del presente inmediato, de lo posible, de “es lo que hay”, es la del sometimiento, de la negación de la imaginación que nos lleva a un escalón más debajo de la mediocridad. Es la pérdida de los sueños y las metas a cambio de un celular.

“Lo único que no podemos hacer es dejarle a las generaciones futuras un legado de sumisión y pragmatismo sin ética.”





Las imágenes han sido agregadas por mí, no aparecen en el texto original.

La mayoría han sido tomadas desde la web, si algún autor no está de acuerdo en que aparezcan por favor enviar un correo a  alberto.b.ilieff@gmail.com y serán retiradas inmediatamente. Muchas gracias por la comprensión.







domingo, 1 de noviembre de 2015

180 - Inmoralidad capitalista y ordoliberalismo

180
Inmoralidad capitalista y ordoliberalismo

Fue en el 2.010 que Le Monde Diplomatique publicó un artículo escrito por el filósofo francés Yvon Quiniou llamado “La impostura del capitalismo moral” que me parece interesante de compartir en estos momentos en que se habla de un “capitalismo con rostro humano”, de limitar sus “excesos”, de centrar el interés no en la renta sino en las personas, de tener en cuenta el “bien común”, en definitiva,  de su moralización.
Se dice todo esto al mismo tiempo que por todos los medios, incluso los discursos oficiales, se habla del consumo, de incentivarlo, se mide el progreso por la cantidad de compras que las personas hacemos y se tiene como positiva la acción de la minería contaminante, la extracción petrolera no convencional, los agrotóxicos y transgénicos.  Y si esto no alcanzara, se busca ampliar el mercado incorporando  todo aquello que pueda dar ganancias económicas sin importar el costo humano ni social, me estoy refiriendo a legalizar la venta de drogas e incluso fomentar y reglamentar la prostitución.
Se habla de todo esto en una continuidad perversa en que pareciera que es posible limitar al capitalismo  y al mismo tiempo favorecerlo sin tener en cuenta a los humanos ni las consecuencias de esta actitud.



El filósofo se pregunta: ¿No sería tiempo de moralizar el capitalismo?, y reconoce que esta pregunta ya implica que el capitalismo es inmoral. Cita a autores liberales para quienes la moral solamente es aplicable para los humanos pues solamente los humanos podemos realizar acciones que caen dentro de la esfera moral, no los sistemas como el capitalismo o conocimientos técnicos-científicos en los que cabe la economía.
Este es un principio muy querido por el liberalismo, no solamente relativiza la moral volviéndola una cuestión netamente individual, la quita del ámbito político y social. También de este modo crea la ilusión de que los sistemas sociales, en este caso el económico, son una especie de mecanismos, de ruedas y resortes que escapan al designio de las personas, que adquieren vida propia con una conducta un tanto azarosa, equiparándolos de este modo a la naturaleza. Quiniou dice que considerarlos así es tomarlos como si fueran “una realidad objetiva y absoluta, decretada independiente de los hombres (cuando son ellos los que la hacen) y sometida a leyes implacables, análogas a las de la naturaleza y que, por supuesto, no habría que juzgar: no se critica la ley de la gravedad… incluso cuando ocasionalmente pueda hacer mal.”
La moral no sería aplicable entonces, no se puede juzgar a un sistema con los criterios que se usan para los humanos, de este modo, según confirma Yvon Quiniou “La moral aparece entonces en una posición de exterioridad, ya que el capitalismo se sitúa fuera del campo: ni moral ni inmoral, sino amoral.”. Esto es conclusivo, cierra toda posibilidad de evaluarlo y de este modo también se borra de un plumazo la idea de justicia social. ¿Desde dónde decir que la distribución de la riqueza es injusta? Podemos decir que esta distribución es  injusta  así como la naturaleza cuando distribuye el talento entre los hombres, pero eso, para el liberalismo,  no implica que sea inmoral.

Prestemos atención que esta ideología es la que se impone y naturaliza cuando escuchamos hablar del mercado, de oferta y demanda, de niveles de inflación, de rentabilidad, de eficiencia, de productividad, etc. No se habla de personas sino de mecanismos o leyes que en sí mismos no son buenos ni malos, solamente son eso, resortes y engranajes, ante los cuales solamente podemos precavernos para que seamos favorecidos o no dañados.

Yvon Quiniou  recordando a Marx  dice que  al contrario de la opinión liberal “la economía está constituida por prácticas por las que algunos (los capitalistas) se comportan de una determinada manera con respecto a otros (los obreros y asalariados en general) explotándolos, sometiéndolos a ritmos infernales, despidiéndolos so pretexto de competitividad, u oponiéndolos los unos contra los otros mediante una cultura de resultados o nuevas reglas de management, que hoy se sabe hasta qué punto generan un sufrimiento laboral verdaderamente insoportable.”

Esto significa que todos los sistemas sociales son creaciones humanas, son prácticas, modos de relación, y que por lo tanto, en cuanto conductas pueden y deben ser evaluados en términos morales. Al mismo tiempo, y vale precisar esto, al haber sido instituidos por las personas  no son parte de la naturaleza ni tienen “leyes” en el mismo sentido que aquella, y lo que es más importante, los humanos no estamos sometidos a ellos y ni debemos acatarlos, sino que está en nuestras posibilidades cambiar estos sistemas, incluso eliminarlos para poner otros en su lugar. Debemos romper con la idea de que solamente los individuos podemos ser considerarnos bajo el aspecto moral y ampliar la mirada sobre todas nuestras acciones aún las que aparecen como alejadas, por lo tanto, los sistemas, en cuanto creaciones humanas, deben ser también puestos bajo la óptica moral en cuanto favorecen o dañan a la personas.




Otro filósofo, Immanuel Kant  estableció que el criterio de lo universal ordena respetar al otro y no instrumentalizarlo, y exige promover su autonomía.  Esto implica suprimir toda dominación, opresión y explotación en cuanto  rompen con este respeto y vuelven a las personas instrumentos, objetos para beneficio de algunos,  al tiempo que limitan su autonomía  e impiden su desarrollo personal.
Si analizamos al capitalismo desde esta perspectiva y sobre todo en vista a las consecuencias prácticas que ha tenido y sigue ejerciendo sobre las comunidades, como fomenta la creación y sostenimiento de la pobreza, de la exclusión, de los conflictos sociales, de la destrucción del planeta y por lo tanto, de la humanidad en cuanto especie,  iremos viendo su verdadera cara.

Cito el párrafo con que Ivon Quiniou cierra su artículo:
“En verdad la moralización del capitalismo se revela rigurosamente imposible, ya que este es en sí mismo inmoral, se pone al servicio de una minoría afortunada, instrumentalizando a los trabajadores y negando su autonomía. En realidad, exigir su moralización debería llevar a exigir su supresión, cualquiera fuese la dificultad de la tarea.”





Incluyo aquí el artículo: El “Ordoliberalismo” de José María Mella Marques* que fue publicado en octubre del 2.015 por Other News y que muestra el posicionamiento que hace de sí mismo el capitalismo y su pretención de estar más allá de lo moral e incluso de las leyes y la democracia misma. (*Catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid.)

“Un estudiante me preguntó recientemente cómo era posible que el acuerdo económico impuesto a Grecia por la troika fuese en contra de las decisiones democráticas del pueblo griego. La respuesta me permitió explicarle las bases doctrinales de la UE actual.

La UE se asienta fundamentalmente sobre las bases del llamado “ordoliberalismo”- pensamiento económico dominante en Alemania-, que tiene su origen en la Escuela de Friburgo nacida en los años 30 del pasado siglo.

El “ordoliberalismo”, doctrina incuestionable para la clase dirigente alemana, se basa en normas jurídicas dotadas de un rango superior a la soberanía política. Son normas inmutables, no sometidas al voto democrático. El soporte último de la ley no es el Parlamento alemán, sino el Tribunal Constitucional.

No son las mayorías políticas o los resultados de un referéndum los que determinan el orden jurídico. Al contrario, las normas jurídicas son las que determinan las relaciones del Estado con la economía. Y, además, para evitar un uso arbitrario de la acción de gobierno, la intervención en la economía debe hacerse por instituciones “independientes”.

Una institución “independiente” es el Banco Central Europeo (BCE), hecho a la medida del Bundesbank, el banco central alemán. El objetivo fundamental del BCE es la estabilidad de precios; objetivo que forma parte de las normas jurídicas y, por tanto, es ajeno al debate político.

Esta es una diferencia importante con los bancos centrales de los países anglosajones (Reserva Federal de Estados Unidos, el Banco de Inglaterra), donde el pleno empleo y el crecimiento económico son objetivos principales y sus políticas son objeto de controversia pública.

En el caso del Bundesbank y del BCE, el objetivo de estabilidad monetaria exige el control de la evolución de la cantidad de dinero y de la inflación como prioridades absolutas. Cualquier exceso de demanda sobre oferta que pueda poner en peligro el objetivo de precios debe ser controlado de inmediato. De ahí que el comportamiento de los agentes sociales (trabajadores, empresarios y gobiernos), en materia de salarios, precios y políticas económicas, deban atenerse a los mandatos del BCE.

El objetivo de estabilidad monetaria determinó en 1999 el llamado “Pacto de Estabilidad” por el cual los Estados miembros de la Eurozona están obligados a tener presupuestos equilibrados y no incurrir en déficits públicos excesivos (superiores al 3% del PIB). Por si fuera poco con dicho Pacto, recuerden los lectores que el gobierno español tuvo que modificar la Constitución en 2011 -artículo 135- en apenas semanas, por exigencia de la troika, para garantizar los preceptos europeos de déficit estructural (diferencia entre ingresos y gastos públicos de carácter permanente, sin tener en cuenta los efectos del ciclo económico).

En 2013, entró en vigor el “Pacto Fiscal Europeo”, para incrementar la disciplina fiscal de la eurozona, que introduce la llamada “regla de oro presupuestaria” que limita el déficit estructural al 0,5% del PIB, aunque la ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera de España de 2012 ha sido aún más estricta marcando como objetivo el 0%. Otro día hablaremos de los propósitos y de las realidades.

El “ordoliberalismo” significa que estos preceptos no pueden, insisto, verse contrariados por el ejercicio de la democracia, porque forman parte de “la economía y sus reglas”. Son los componentes de la “jaula de hierro” de la Escuela de Friburgo a los que, como dijo un periodista de Le Monde Diplomatique recientemente, la economía y los políticos deben someterse.

Pues bien, el “ordoliberalismo” sostiene sin matices que en Grecia hay que controlar el déficit y la deuda pública, sea como sea. Así se entiende que Juncker, el presidente de la Comisión Europea, declare “No puede haber elección democrática en contra de los tratados europeos” o que Schäuble, el ministro de finanzas alemán, sentencie que “No se puede dejar que unas elecciones cambien cualquier cosa”.

Así se entiende un poco más, creo yo, lo que pasó con el acuerdo del trece de julio pasado entre Grecia y la Eurozona.”