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Garganta Profunda
Un buen
mago es aquel que nos hace olvidar del truco y creer que lo visto es verdadero.
Es la magia del arte, la capacidad de llevarnos a un mundo lindante con los
sueños, donde la realidad y la fantasía se mezclan de tal manera que por unos
momentos es difícil separarlas.
Las
películas nos llevan a ciudades, países, épocas diferentes y aún desconocidas y
permiten ponernos en la piel de distintos hombres y mujeres, hasta en animales,
en las películas animadas. Lloramos, reímos, simpatizamos con quienes aparecen
en la pantalla. Vemos reflejada nuestra situación, muchas veces aprendemos cómo
resolver algún problema similar al del protagonista, dejamos caer en ese
cuadrado luminoso nuestros miedos y deseos.
Se
encienden las luces, se apaga el proyector y volvemos a nuestra realidad,
sabemos que lo que hemos visto es un cuento, una historia con imágenes
gigantescas.
Las
películas pornográficas tienen mucho de común con lo expresado. También son
filmadas de acuerdo a ciertas reglas y son ficciones. La gran dificultad
estriba en esto precisamente. En las películas convencionales vemos matar a una
persona, o caer desde un décimo piso, y al mismo tiempo que nos posesionamos de
la situación sabemos que es falsa, que es una actuación, un truco. En la
pornografía encontramos todos los elementos de cualquier filmación: luces,
cámara, ambientación, decorado, actuaciones, a veces un libreto, hay cortes,
ediciones del material. La diferencia es que lo que se ve es real, las
penetraciones son verdaderas. Esto de algún modo rompe la magia, la realidad
irrumpe en la ficción y la descompone.
¿es
ficción? ¿es realidad? ¿hay actuaciones?
Nuestra
fantasía completa el cuadro, imaginamos vidas plenas de satisfacción sexual de
los “actores y actrices”, totalmente libres y desinhibidos, deseados, con fama
y fortuna. Fácilmente se olvida que todo es ficción, todo es una escena
preparada para atraer nuestro deseo. Nos parece haber estado espiando por la
ventana la sexualidad de nuestros vecinos, no queremos aceptar que estuvimos
viendo actos de prostitución, porque lo presenciado es sexo a cambio de dinero,
sin deseo ni pasión, solamente por dinero.
Nos cuesta
entender que las películas pornográficas forman parte del sórdido mundo de las
personas sometidas, de la sexualidad convertida en simple rutina, en una
máquina para obtener dinero.
En esto
vale lo que para el resto del mundo prostituyente: las personas convertidas en
objetos, cosas para ser usadas, los abusos, las drogas y el alcohol.
Esta
introducción nos lleva a nuestro tema de hoy, la película “Garganta Profunda”.
La historia
de la película “Garganta profunda” y sobre todo la vida de su protagonista
femenina, Linda Lovelace, nos hablan de todo esto, de lo que no aparece en las
pantallas ni en las revistas o programas especializados, lo que se esconde bajo
la alfombra.
El 12 de junio de 1972 es estrenada una película
estadounidense pornográfica llamada Garganta profunda (Deep throat) la que fue
escrita y dirigida por Jerry Gerard, cuyo verdadero nombre era Gerard Damiano
Estaba protagonizada por Linda Lovelace y Harry Reems.
Fue exhibida en todo tipo de salas cinematográficas, no
solamente en los cines condicionados, y su éxito fue rotundo, las colas para
asistir a su exhibición llegaron a ser de varias cuadras, pudiendo por ello se
considerada como la película pornográfica más exitosa e influyente de todos los
tiempos. Incluso llegó a ocupar la portada de la revista Times.
Su producción demandó bajo presupuesto, 47.000 dólares,
llegando a recaudar unos 50 millones, convirtiéndola en una de las películas que más ganancia produjo.
Este filme durante el
gobierno de Richard Nixon en los Estados Unidos despertó las iras de los
sectores conservadores.
Harry Reems |
Tras los múltiples intentos fallidos para prohibir la cinta
y de procesar al director y a los productores finalmente lograron condenar al
actor principal Harry Reems a cinco años de cárcel.
Algunos periódicos, personajes famosos y estrellas del cine,
como Jack Nicholson, Gregory Peck y Warren Beatty, veían en la sentencia un
ataque contra la libertad de expresión y
participaron en una campaña a
favor de Harry Reems en la que también colaboró Linda Lovelace. La sentencia
fue confirmada por Jimmy Carter.
Toda esta campaña en contra y el juicio le dieron mayor
popularidad a la película, siendo uno de los motivos que provocó la curiosidad
del público que no quiso dejar de verla, llenando las salas donde era exhibida
y convirtiendo a Lovelace en un personaje público muy popular.
El argumento de la película se corresponde con el nombre y
si no fuera por las escenas podría ser considerado una comedia de absurdo. Se
trata de una mujer que no logra obtener un orgasmo. Con la finalidad de
lograrlo comienza un periplo por orgías varias sin resultado positivo. Una amiga
le recomienda un médico, y este descubre su rareza anatómica, la mujer tiene el
clítoris en su garganta, a la altura de la faringe.
A partir de ese momento la película hace gala de su nombre y
el personaje obtiene por fin los orgasmos deseados que son representado por
fuegos artificiales, campanadas y despegues de transbordadores espaciales.
En varios estados fue prohibida, lo mismo que sucedió en
países como Inglaterra, donde “Garganta Profunda” no pudo ser exhibida hasta 10
años después de su estreno. En el resto de los países circularon copias de mano
en mano para ser vista de manera hogareña.
Esta película es famosa por haber proporcionado las claves
en la iniciación sexual de muchos padres y abuelos, y convirtió a Lovelace en
la estrella del cine porno por antonomasia.
Linda Lovelace
El nombre real de la protagonista Linda Lovelace fue Linda Susan Boreman, nacida en Nueva
York, en el Bronx el 10 de enero de 1949,
y a causa de un accidente automovilístico, luego de 19 días en coma, muere en Los Ángeles el 22
de abril de 2002, cuando tenía 53 años.
Alrededor de ella y de su vida se tejieron muchas leyendas y hasta fue considerada estandarte de la liberación sexual en Estados
Unidos en los años 70.
Pese a la enorme ganancia obtenida por la película, los
actores recibieron un magro pago y nunca
pudieron superar el estigma. Aún con todo el éxito de público y recaudación y la
trascendencia del filme y el embanderamiento con la liberación sexual, el
estigma los acompañó durante toda su vida.
Lovelace dijo que no cobró por participar en Garganta
profunda, solamente su esposo recibió 1.250 dólares por realizar tareas de
producción.
Linda Lovelace tenía 21 años y una película pornográfica en
su trayectoria cuando protagonizó Garganta Profunda, persiguiendo su sueño de
convertirse en una estrella de cine convencional.
Gran parte de su vida aparece marcada por la violencia y el
dolor.
Dice en su autobiografía que tuvo un hijo cuando tenía 20
años y su madre la convenció para que diera al niño en acogida hasta que
estuviera preparada para cuidar de él. Más tarde descubrió que su madre había
dado al niño en adopción y nunca más volvería a verlo.
Luego, conoció a Charles “Chuck” Traynor (1937-2002), quien era un hombre manipulador y violento que se
transformó en su marido, manager y
proxeneta; fue quien la sometió a la
prostitución en Nueva York. Este muchas veces la obligaba apuntándole con un
arma a filmar algunas escenas.
Sometida a la prostitución, al mismo tiempo inicia su
carrera en la pornografía como actriz en filmes cortos, clandestinos, de bajo
presupuesto y calidad en formato de ocho milímetros.
Aunque ella lo negara hasta la aparición del original de la
película, participó en una de zoofilia
con un perro llamado Dog Fucker (1971).
Continuó actuando en películas pornográficas intrascendentes
(Deep Throat II, 1974, Sexual Ecstasy of the Macumba 1975), y protagonizó una en el cine no pornográfico
titulada “Linda Lovelace for president”, 1975, que resultó un fracaso.
Esta vida le trajo graves problemas de salud, por ejemplo
tumores debidos a las inyecciones de siliconas, e importantes trastornos
emocionales y psicológicos.
Linda Lovelace se divorció en 1973 y denunció a su marido
Charles Traynor por haberla forzado a
ejercer la prostitución y la pornografía y de ser culpable del cáncer de mama
que padecía pues él la había convencido de aumentar sus pechos mediante
inyecciones de siliconas, en épocas en que todavía los implantes no eran
comunes. También aseguraba que contrajo hepatitis durante esa operación debido
a una transfusión de sangre, por lo que su salud se desmejoró y debió recibir un transplante de hígado en 1987.
Comenzó a participar en el
feminismo radical y a ser una activista antiporno.
Fue llamada a declarar ante la Comisión del Congreso de los
Estados Unidos que investigaba el mundo de la pornografía por orden de Ronald
Reagan.
Fue allí
donde expresó:
“When
you see the movie Deep Throat, you are watching me being raped. It is a crime
that movie is still showing; there was a gun to my head the entire time.”
"Cuando ven la
película Garganta profunda, están viéndome siendo violada. Es un crimen que la
película se continúe mostrando; había una pistola apuntando a mi cabeza todo el
tiempo".
En 1974 se casó con Larry Marchiano, padre de sus dos hijos
y de quien se divorció en 1996, porque, según ella, Marchiano bebía en exceso,
insultaba a sus hijos y era violento con ella.
En 1980 publicó Ordeal (Ordalía *), un libro autobiográfico en el que narra los hechos tortuosos por los
que debió atravesar en su vida real y donde advierte a los jóvenes acerca de
los peligros de la pornografía.
* ordalía (Del b. lat. Ordalia) f. Prueba ritual usada en la antigüedad para
establecer la certeza, principalmente con fines jurídicos, y una de cuyas
formas es el juicio de Dios. Diccionario RAE
Las fotografías han sido obtenidas en internet.
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