jueves, 8 de mayo de 2014

102 - ¿Cuidan el planeta?

102
¿Cuidan el planeta?

En una noticia se comentaba que en Estados Unidos una empresa que posee un sitio en internet, con motivo del día del árbol, propuso que por cada cien videos que fueran vistos en su portal, donaba un árbol para ser plantado en regiones deforestadas.
No se trata de cualquier video, sino de los que se encuadran en la siguiente categoría que esa empresa determina así: “…categoría de "prominentes, gigantes, o enormes aparatos reproductores masculinos"...”  Claro, se trata de  videos pornográficos.

Esta noticia impacta y hasta puede parecer simpática. Para  algunas personas puede resultar positivo que empresas tan alejadas del tema ambiental de pronto presten atención a este y hagan actividades en su favor, eso parece loable.
Más allá de esta primera impresión, si miramos más de cerca descubrimos que, en definitiva, se trata de la venta de pornografía disimulada con motivos de cuidado del planeta. La guerra empresaria por obtener ganancias agudiza su inteligencia para obtener publicidad que permita incrementar sus ventas.



No me cabe duda que algún “progre” o “mente abierta”  estará contento con estas iniciativas, que le parecerá muy de izquierda unir la sexualidad “desprejuiciada” y “libre” con la posibilidad de ayudar a mejorar la situación planetaria.  Puedo creer que muchos de manera inocente, o sea sin tomarse el trabajo de pensar, puedan sostener esta actividad.  Obviamente la cuestión que estoy proponiendo no pasa por la conveniencia o no de  plantar árboles sino por el tema de la pornografía que no es otro que el de la prostitución. A nadie escapa que la pornografía comercial –en esto la diferencio de la amateur- es realizar acciones sexuales a cambio de dinero.

Nuevamente nos encontramos ante la actividad sexual pervertida, convertida en mascarada que repite ademanes y actos de manera desintegrada del resto de la personalidad en la que el deseo no pasa por la atracción sexual, por la búsqueda de placer. El deseo en la pornografía paga como en la prostitución no está presente, es más, habrá que cuidar que no aparezca, no debe estar porque con su presencia y urgencia de satisfacción rompería con el argumento, con las posturas necesarias para que la cámara enfoque la penetración, con los cortes y repeticiones.
Ya en otra de nuestras charlas expuse los daños físicos, psíquicos y sociales que provoca la prostitución. Ya dije que el promedio de vida de las personas en esta situación disminuye notoriamente al de la media poblacional, que es típico el síndrome de estrés postraumático, la disociación patológica, la anorgasmia, severas alteraciones del carácter, síndrome de indefensión adquirida, síndrome de Estocolmo, ulceraciones, dolores corporales no solamente en la zona genital, embarazos no queridos, estigma por el rechazo social, estos son solo algunos de ellos.








¿Cómo encajar  el cuidado del planeta con el descuido a los humanos?

No puedo creer a quienes dicen buscar salvar al planeta plantando árboles cuando al mismo tiempo por obtener dinero se permiten dañar a sus congéneres hasta el punto de exigirles realizar acciones sexuales pagas y muchas veces sin profiláctico.
Sabemos de organizaciones supuestamente altruistas que reciben financiamiento de quienes son depredadores del medio ambiente y de los otros seres humanos. Este es un signo de nuestra época en que la venta es lo prioritario, el ingreso es lo fundamental, y no importa el color del dinero. Y todo esto aparece  con un barniz brillante de novedad.  Es que los “progre” pareciera que tienen una imperiosa necesidad de cubrir con lindas frases, algunas  de gran inocencia y otras de tinte revolucionario, las viejas prácticas conservadoras. No tienen cuidado en contradecirse a sí mismos al afirmar que esto “siempre ha existido “ al mismo tiempo que dicen que es “progre”, “revolucionario”  aceptar y hasta alentar su existencia.  O sea que más que “progre” son netamente retro, retrógrados en grado sumo.

Ya conocíamos que al amparo de lo que llaman libertad hasta se propuso la existencia de un partido político de pederastas y hay quienes bregan porque no sea criminalizado el sexo entre un adulto y un niño o niña. El ecologismo pornográfico o pornografía ecológica, no sé cómo llamarla, es otra cara de lo mismo, es el avance del individualismo egoísta que no registra al otro, a su padecimiento. No habrá árbol capaz de tapar el dolor ni flor que oculte el odio.




Para quienes sostienen que es válida la igualación de pornografía y siembra de árboles esto es beneficioso,  de este modo ellos mismos se dan una pátina de “bien”, de mejores personas,  pues cada vez que se exciten viendo imágenes de sexo pago ya no será un placer individual, un acto de consumismo caníbal sino que será   ¡activismo ecológico!

No creo que se mejore mucho el planeta y menos la convivencia entre los humanos si dedicamos tanta energía a engañarnos a nosotros  y a los demás.


Indudablemente el sexo mediatizado vende, y vende porque es comprado, y es comprado porque estamos en una sociedad represora.  Es probable que en nuestro momento histórico sea aquel en que más se habla y escribe acerca de la sexualidad; esta dejó los púlpitos o las academias de medicina para convertirse en un lugar común de charla, de artículos en diarios y revistas.  A simple vista pareciera que nunca hubo tanta libertad sexual como en esta época.
Del mismo modo que la fiebre o la aparición de granos nos indican que algo no esta funcionando del todo bien en nuestro cuerpo, la existencia de tanta palabrería, de la prostitución y de la  trata de personas nos señala  que la represión sexual aún está presente y actuando.





¿Es posible ser ecologista y capitalista al mismo tiempo?


Es probable que muchos contesten afirmativamente, que digan que es posible depurar lo negativo de este sistema, son los que hablan de un “capitalismo con rostro humano”, son los que proponen redistribuir la riqueza.
El capitalismo nació y se desarrolló cortando árboles, contaminando aguas y aires, destruyendo montañas, modificando la atmósfera, y aún ahora que ya el cambio climático dejó de ser teoría y aparece de manera evidente, se empecina en seguir este camino, todo esto al mismo tiempo que también destrozaba vidas humanas, sacaba sus propiedades a la mayoría sin poder y luego los sometía a cruentas horas de trabajo en sus fábricas o minas o los condenaba al hambre.

Luego, cuando las voces se levantaban alertando sobre las pruebas atómicas, no las escucharon, Chernovil también sucedió, los cultivos transgénicos dañan pero eso parece no importarles, el petróleo contamina y el afán de poseerlo lleva a guerras, pero todo vale si produce dinero. El rostro humano del capitalismo no existe ni existirá porque para este sistema, este modo de pensar, el humano es solamente un medio, una herramienta para el enriquecimiento de esos pocos.

Resulta casi un mal chiste hablar de redistribución de la riqueza porque es evidente que si hay alguna modificación es en beneficio de  los pocos que ya tienen riqueza de sobra. Seguir sosteniendo todo esto es no querer mirar la realidad que desmiente paso a paso los dichos fantasiosos.

No me resulta posible unir capitalismo, ecología y humanismo. Por esto descreo que quienes hacen pornografía comercial y ponen como condición para donar un árbol que el público vea cien de sus videos. Y aunque sea verdad que plantan ese árbol, o miles de árboles, también es muy cierto que no toman en cuenta la vida de las personas que aparecen en sus videos.





Similar pero también diferente es la postura de la ong  Fuck For Forest, la que también produce pornografía, pero en este caso amaterur, para salvar bosques desde Perú a Eslovaquia. Han asociado  cerca de 4.000 personas, recaudando unos  250.000 euros con sus fotos y vídeos.
Si bien se dedica a hacer filmes pornográficos no busca rédito económico, quienes participan en las filmaciones son personas comunes, amateurs, y no cobran ni buscan dinero, tampoco la organización les dice qué hacer ni como, por eso si bien se le llama pornografía porque muestra sexo explícito, no podría encajar en lo que llamamos prostitución porque aquí no hay pago, no hay “actores/actrices”,  no hay imposición de parejas sexuales, cada persona elige con quién y cómo filmarse. Por este motivo la coloco en un aparte.
Fue creada en el 2.004 y se define como “erótico ecológico”.   Dicen:
“Una de las ideas de FFF es no ser demasiado profesional, nos preocupa más pasarlo bien que hacer un producto perfecto. Muchos de nuestros activistas nunca querrían aparecer en una web porno convencional”

“Documentamos relaciones sexuales reales y no decimos a la gente cómo se tiene que comportar o qué tiene que hacer. Grabamos por placer y por salvar la naturaleza y no sacamos ningún beneficio económico. Como los activistas eróticos no cobran, la energía que se ve entre ellos es muy diferente a la que hay en la pornografía comercial”







La mayoría de las IMAGENES han sido tomadas desde la web, si algún autor no está de acuerdo en que aparezcan por favor enviar un correo a  alberto.b.ilieff@gmail.com y serán retiradas inmediatamente. Muchas gracias por la comprensión.


 Se puede disponer de las notas publicadas siempre y cuando se cite al autor/a y la fuente.

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