miércoles, 1 de enero de 2014

82 - María

82
María

Una amiga me mandó una noticia muy interesante que nos puede servir para pensar acerca de lo que nos enseñaron, de los mitos de nuestra sociedad y en definitiva del lugar en el que nos quieren poner.
Esta nota se refiere a la que conocemos como la Virgen María, la madre de Jesús,  y aclara que estudios demostrarían que  los textos originales en hebreo no hablan de ella resaltando su virginidad sino como “joven mujer” o “soltera”. O sea que el evangelista quiso decir de María que se trataba de una joven soltera sin 
hacer ninguna referencia a su virginidad. Al traducir el texto al griego se confundió la palabra y es ahí cuando aparece aquello de “virgen”.




La noticia textualmente dice:
“En el cristianismo, se cree que la madre de Jesús le ha concebido sin tener relaciones sexuales. En la teología cristiana tradicional, se cree que la relación sexual sea el medio por el cual el pecado original de Adán se transmite de persona a persona - por lo tanto, la concepción sin sexo, significa la existencia sin pecado.
El ideal de la virginidad era importante durante el desarrollo del cristianismo clásico, como se ve en la institución de los monasterios en la Edad Media. En el protestantismo, sin embargo, hay mucho menos énfasis tanto en la virginidad, en general, y de María en particular.
La tradición de que Jesús nació de una virgen se remonta a una supuesta profecía de Isaías:
Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel. (Isaías 07:14)
Por desgracia, todo esto es un malentendido. El término "virgen" aparece en la traducción griega (la Septuaginta), pero eso no es correcto. La palabra original en hebreo, ha-almah, en realidad sólo significa "mujer joven". La palabra no tiene un significado más allá de lo que encontramos en Inglés con "joven" o "criada", pero fue traducida al griego con la palabra parthenos , lo que significa virgen.” *


Es muy probable que esto sea así, también sería mi deseo que lo fuera porque implicaría un cambio de óptica muy importante.


Pienso en muchas de las frases que aparecen en los evangelios y la apelación a personajes comunes, sacados de la cotidianeidad como mujeres simples, como los apóstoles. De estos, de unos pocos se  saben sus ocupaciones que eran la de pescadores o recaudador de impuestos, del resto se supone que eran también hombres comunes. Jesús mismo no provenía de una familia especial sino que era hijo de un ama de casa y de un carpintero, como él mismo también lo fue.


Es por esto que creo que  los evangelistas quisieron decir "mujer joven"  antes que "virgen"  porque precisamente buscaban mostrar que  María era una chica más, una de tantas, una parte del pueblo, que no tenía nada especial ni espectacular, lo que por un lado resaltaba  la elección divina como gratuidad pura y por el otro también lo popular.

De este modo la elección divina no estaría condicionada ni por los méritos de ella ni por su himen intacto. Esto pone de relieve lo totalmente gratuito del don y refuerza aquello dicho a otra mujer: "sos perdonada porque has amado mucho". La elección no requiere una "virgen", no espera la pureza, no pretende lo inmaculado, ni siquiera  lo libre de “pecado”, sino precisamente recae en lo común y vulgar, en aquella piedra que sería desechada por el constructor. Nada dice que María haya sido más o menos buena que el resto de las jóvenes de su pueblo, ni siquiera habla de su mayor o menor belleza, tampoco era rica. 

Definitivamente, lo que la historia quiere resaltar es que precisamente, nada resaltaba.
Podríamos ir un paso más adelante y pensar entonces que la elección no es de una individua, no es a María hija de..., o inmaculada, o libre de todo pecado, sino que se elige a una más del pueblo, o como podríamos decir hoy, a una de entre toda la gente. Esto rompe con la idea individualista, personalista, la elección en base a méritos o sacrificios o santidades que alguien podría hacer y de ese modo voltear a su favor la voluntad divina.

María no haría referencia a una persona en particular, aunque ella hubiera existido, sino a un colectivo, al pueblo.

Del mismo modo su embarazo también podría ser interpretado simbólicamente como su aceptación de lo trascendente, de lo que está más allá de lo rutinario y aburrido de todos los días, del materialismo egoísta. Si fuera así quizá podríamos sacar de todo esto una pequeña conclusión para nuestro beneficio que es la siguiente, si cualquiera de nosotros es capaz de aceptar el riesgo de romper con la rutina, con lo ordenado y prescripto, si somos capaces de embarazarnos de una idea, de un camino propio, de tomar un destino con nuestras  manos, seremos capaces de generar nuestra salvación, nuestra redención. Lograríamos lo de aquellos versos de Antonio Machado:
“caminante no hay camino,
Se hace camino al andar”

Aunque no es un origen reconocido por los estudiosos, podemos jugar y acercarnos al nombre indio Maia o Maya que casualmente es el de la madre del Siddartha Gautama el Buda. Este nombre significa la ilusión que nos hace tomar lo irreal como verdadero. Representa a todas las cosas y seres en contraposición a dios. Una vez más sería lo común, lo de todos y todas, aquello que no es excepcional.
Es de la unión de lo común, del pueblo, de lo no especial con lo trascendente lo que origina la transformación profunda, la salvación. El resultado será Jesús quien contiene una naturaleza humana junto a la divina.

¿qué lugar ocuparía en todo este relato la virginidad?

¿para qué fue puesta y impuesta a través de los siglos?

Es un lugar común decir que la virginidad fue necesaria para que los poderosos estuvieran seguros de que los nacidos de sus esposas eran hijos suyos y de ese modo trasmitir la herencia. Esto no es fácil de sostener porque aún en esas épocas se sabía que eso no lo garantizaba.

Un  hecho llamativo  es que la misma iglesia que dice defender la familia a rajatabla nos habla de una madre que concibió sin perder su virginidad, y que luego de parto siguió siendo virgen y que además, no tuvo ningún otro hijo y es de suponer que nunca relaciones sexuales con José, por otro lado el supuesto padre que acepta socialmente a un hijo que no es propio y que desiste de tener relaciones con su esposa, y por último un hijo de padre divino, madre virgen. ¿Le habrán dicho a Jesús la verdad de su filiación? ¿sabría que ese hombre, José, no era su padre?

Surge otra pregunta: ¿por qué esa necesidad obsesiva de negarle a María el acceso a su vida sexual?
De algún modo quisieron convertirla en alguien fuera de serie, en una mujer que se diferencia del resto, ella misma nacida sin pecado original, con una concepción pura, sin intervención de un hombre, virgen antes y después, ascendida al cielo. La joven María seguramente esta muy lejos de esto que nos venden, seguramente sus ropas no eran capas bordadas en oro, ni andaba por Belén con una corona sobre su cabeza. Lo más probable es que su ropa estuviera gastada y sucia del trabajo diario, que sus manos tuvieran callos, y además que por las noches su adolescente cabeza se llenara de fantasías.

La María que nos venden es el ejemplo de lo irracional, rompe definitivamente con el orden por todos conocidos y nos lleva a otro más cercano al delirio, donde las relaciones humanas no tienen cabida, sino que es un entrelazamiento entre especiales, entre dioses y elegidas que engendran nuevos dioses. Será por eso que José siempre queda afuera, su único papel es el de aceptar y callarse la boca. El rechazo de la sexualidad estaría marcando esta ruptura. Es en este orden donde las empresas religiosas se instalan, sus gerentes, sus líderes, nos dicen que participan de este otro mundo y por eso están por encima de los simples mortales que el resto somos. Ellos tienen sus manos bendecidas, pueden alcanzarnos la felicidad del paraíso o condenarnos a sufrimientos eternos, , cuando no mandarnos a la hoguera en este mundo terrenal, ellos portan el perdón divino. Ellos son “pastores” o sea también han sido elegidos para dirigir, porque ellos saben, ellos conocen, mientras que nosotros, el pueblo, somos ovejas que necesitamos de un director, quizá porque seamos demasiado tontas.

Claro, no es casual que los emperadores romanos se hayan autotitulado dioses, lo mismo que los faraones egipcios, o nuestros reyes occidentales que lo eran y son por derecho divino. ¿Será por esto que nuestros políticos profesionales no pueden dejar los cargos, especie de cielo terreno? ¿será por esto que se diferencian llamándose “clase política”? se suponen ellos también especiales y elegidos ¿será por eso su fobia al trabajo?


 

Ellos allá arriba, formando parte de ese mundo extraño a nuestro devenir tumultuoso por estos caminos polvorientos en que el tiempo deja su marca imborrable. Es el universo del milagro, de la felicidad eterna, del arrobamiento edulcorado, donde no tienen cabida las privaciones. Los profesionales religiosos como también los políticos se meten en este mundo, como visagra, como intermediarios entre los dioses del suprauniverso y los humanos, o como representantes de los votantes.






Por todo esto interesa y mucho que María sea virgen y no una chica común, interesa que Jesús tenga el corazón fuera del cuerpo y las manos de alguien que jamás trabajó y  llenas de crema humectante, debe quedar claro que no son parte del pueblo, que no son parte de nosotros, que hay una clara e irrompible separación, que por nuestro pecado o incapacidad o estupidez jamás podremos superar. Debe quedar claro nuestro lugar. Es más, debemos estar agradecidos y pagar con diezmos e impuestos que ellos nos acepten, que se dignen prestarnos atención.






Tengamos reconocimiento por los religiosos y los políticos profesionales, seguramente su tarea es muy dura al poner sobre sus espaldas nuestros problemas e impurezas. Ellos que podrían vivir tranquilamente ahora se afanan por solucionar las cuestiones que nosotros no podemos. Merecen vivir con  tranquilidad, en  countrys o casonas o pisos en Puerto Madero, y viajar en coches blindados o mucho mejor en helicópteros para poder pensar más equilibradamente en nuestro bien.










No hay comentarios:

Publicar un comentario