Hoy charlaremos de un tema que siempre esta presente en estas columnas, algunas veces de manera directa y otras cubierto por otros tópicos.
Es urgente
prestar atención a esta cuestión porque de ella se habla y escribe mucho pero
muy poco se hace. Me refiero a la situación de la mujer.
En este muy
rápido sumario quedarán afuera muchísimos aspectos desde los cuales también se
puede llegar a esta temática. Cuando se trata de una problemática social es
útil y esclarecedor poder verla desde distintos puntos de vista para entender
como todos suman y van llevando al resultado final, de esto se trata encarar un
tema desde la complejidad.
Desde distintos
organismos internacionales surgen las alertas sobre el incremento de la violencia
en el mundo. No estoy hablando de guerras, invasiones, grupos en lucha, sino de
la que también se vive en aquellos países y ciudades en que no hay conflictos
armados. No solamente el aumento es en cantidad sino en calidad, pareciera que
ya no alcanza con robar, es necesario también matar.
La violencia
que proviene desde los propios gobiernos se suma y complica mucho más el
panorama.
Todo esto actúa
directamente sobre la vida de las mujeres. La violencia directa (p/e
feminicidios) e indirecta (jefas de hogar, mayor cantidad de desempleadas)
hacia ellas ha aumentado notoriamente.
Según ONU Mujeres
en 2013, a
nivel global un 35% de mujeres ha sufrido violencia física y/o sexual en las
relaciones de pareja o violencia sexual fuera de relaciones de pareja.
Algunos estudios nacionales indican que un 70% de
mujeres sufre este tipo de violencia a lo largo de su vida, a manos de una
pareja. En Australia, Canadá, Israel, Sudáfrica y Estados Unidos, entre el 40 y
el 70 por ciento de los asesinatos de mujeres corresponde a violencia en que el
agresor es la pareja de la víctima. Alrededor de 13 millones de mujeres en
Europa han sufrido violencia de género y
3,5 millones han sufrido acoso sexual.
Más de 64
millones de niñas en todo el mundo están casadas; el 46 % entre 20 y 24 años de
edad en Asia sudoriental, y el 41 % en África Oriental y Central, señalan que
se casaron antes de cumplir 18 años. Según la Organización Mundial de la Salud
cada día se producen 39.000 matrimonios infantiles en el mundo y se calcula que
140 millones de niñas serán casadas a la fuerza entre los años 2011 y 2020.
El matrimonio infantil provoca embarazos prematuros
y no deseados, por lo que pone en peligro la vida de las adolescentes, las
complicaciones asociadas son la principal causa de muerte entre niñas y
adolescentes de 15 a 19 años de edad.
En el
mundo, aproximadamente 140 millones de niñas y mujeres han sufrido la
mutilación/ablación genital femenina.
Las
mujeres y niñas representan el 55 % de víctimas del trabajo forzoso y el 98 %
de las personas que son explotadas sexualmente mediante trata de personas.
La
violación ha sido una táctica generalizada en las guerras modernas. Según
estimaciones conservadoras, entre 20.000 y 50.000 mujeres habrían sido violadas
durante la guerra de Bosnia y Herzegovina en el periodo 1992–1995, cifra que se
disparó hasta las 250.000-500.000 durante el genocidio que vivió Rwanda en
1994.
En los
países de la Unión Europea, entre un 40 y un 50 % de las mujeres sufren
insinuaciones sexuales no deseadas, contacto físico u otras formas de acoso
sexual en el trabajo.
En Estados Unidos, un 83 % de las niñas de 12 a 16 años ha experimentado
alguna forma de acoso sexual en las escuelas públicas.
-La
probabilidad de que las mujeres resulten infectadas por el VIH durante sus
relaciones sexuales es entre dos y cuatro veces superior a la de los hombres.
La violación o las relaciones sexuales forzadas incrementan este riesgo al
limitar el uso del preservativo y provocar lesiones físicas
-En Nigeria el grupo Boko Haram secuestró a más de 200 niñas.
Aunque dicha por una mujer, la diputada israelí Ayelet Shacked, la frase vale como indicativa de odio hacia
las mujeres: "matar a todas las madres de Palestina para que no nazcan más
terroristas"
Se incrementa en el mundo el fenómeno conocido como “feminización de la
pobreza” que implica que en el mundo las mujeres ganan casi un 50% menos que
los hombres.
Las mujeres
jefas de familia constituyen un
grupo social y económico en ascenso, representan a un tercio del total de los hogares.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en su
informe 2013/14 sobre la situación latinoamericana, casi todos los países
evaluados en la región registraron un aumento de la violencia en el hogar, las
violaciones y los asesinatos de mujeres.
De acuerdo a
cifras estimativas durante el año 2013 se produjeron en la Argentina alrededor de 295 feminicidios, aproximadamente uno
cada 30 horas. Los autores fueron esposos,
parejas, novios o amantes (38 %) y ex parejas o ex novios (25 %.)
Este rápida
reseña de situaciones busca dejar en
claro que la violencia contra la mujer está presente en todo el mundo, no hay
país o región libre de ella y que pese a todos los esfuerzos realizados
fundamentalmente desde el feminismo, si bien se han obtenido modificaciones en
unos aspectos, en otros pareciera haberse reforzado y agravado.
En la Argentina la ley 26.485 de Protección Integral de las Mujeres en los Ámbitos
en que se Desarrollan sus Relaciones Interpersonales, de marzo del 2009, inspirada en la Convención de Belém do Pará, el tratado
regional de protección de la violencia hacia las mujeres aprobado por la Organización
de Estados Americanos en 1994, define a la
violencia contra la mujer como
"toda conducta, acción u omisión, que de manera directa
o indirecta, tanto en el ámbito público como en el privado, basada en una
relación desigual de poder, afecte su vida, libertad, dignidad, integridad
física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, como así también su
seguridad personal…… Se considera violencia indirecta, a los efectos de la
presente ley, toda conducta, acción u omisión, disposición, criterio o práctica
discriminatoria que ponga a la mujer en desventaja con respecto al varón".
Resalto de
esta definición unos pocos puntos: vale en los ámbitos públicos y privados, el acto debe afectar la integridad física, psicológica y sexual, y
la dignidad. El resultado obtenido
mediante la violencia es que la mujer termina en desventaja ante el varón.
Estamos hablando de la desigualdad de poder, desigualdad de género.
La desigualdad de género ha sido motivadora de
muchos trabajos en diferentes niveles: filosóficos, económicos, sociales,
salud. Del mismo modo se han ido
aprobando distintas leyes que tienden a la protección de las mujeres, y de las
personas con identidades de género y opciones sexuales diversas. La violencia
hacia la mujer como hecho es innegable, aun los más tradicionalistas la aceptan
aunque luego le den una interpretación propia.
Nuestra sociedad más allá de los discursos oportunistas, está basada y sostenida en la desigualdad, diariamente oímos hablar de la acumulación del capital, de la acumulación de la riqueza, la tendencia de los que más tienen a tener aún más en detrimento de los que menos oportunidades tienen, la división y separación clasista de acentúa y cada vez son más los excluidos. La desigualdad de género también está en la base de nuestro sistema social, son necesarias amas de casa gratuitas, cuidadoras sin paga, o trabajadoras en negro o con menor sueldo. Dentro del sistema desigual, la mujer lleva la peor parte, esto es violencia.
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