María Magdalena. Leonardo Da Vinci |
María Magdalena
Los datos que aparecen en los evangelios (libros sagrados
del cristianismo exclusivamente) sobre María Magdalena
son muy pocos. Se la nombra como curada por Jesús, al parecer
este había expulsado nada menos que siete demonios que la pobre mujer tenía.
También como quien alojó y proveyó materialmente al predicador y sus discípulos
cuando estuvieron en Galilea. Se dice que presenció la crucifixión y la sepultura y fue quien
luego hallara el sepulcro vacío. Un solo relator dice que Jesús resucitado se
le apareció a ella. Aunque no son datos
históricos, de esto al menos tenemos estas referencias escritas.
Simbólicamente que hubiera sido ella y no un discípulo varón
quien encontrara la tumba vacía y que luego el resucitado se le apareciera a
ella, es muy significativo.
También es llamativo que se reconociera como un afecto
especial de Jesús y que le fuera encomendada la predicación.
A partir de ahí se
desarrollaron distintas historias, se dice que María Magdalena también fue la
mujer adúltera que Jesús salva de la lapidación, la mujer que unge con perfumes
los pies de Jesús y los seca con sus cabellos antes de su llegada a Jerusalén,
también en la disputa entre las hermanas Marta y María. Lo escaso y lo diluido del texto favoreció a
que la imaginación elaborara distintas historias, todas ellas incomprobables
pero que con el paso del tiempo y la reiteración fueron adquiriendo estabilidad
y perdieran el carácter fantasioso al punto que es difícil hablar de María
Magdalena, como de otros personajes, y reconocer que bien pueden ser ficción.
También circula otra historia, tan poco probable como la
primera, que dice que en realidad Jesús y María Magdalena eran marido y mujer y
que al menos tuvieron un hijo. Recuerdo haber leído hace muchos años un libro,
el Santo Grial, que en ese momento me
impresionó mucho y que contaba estos hechos y los cruzaba con otro, en este
caso histórico, la historia de los templarios y su extraño final. El libro y la
película “El Código Da Vinci” también lo retoma. Incluso aquel libro decía que en realidad
Jesús no murió en la cruz, que fue retirado vivo y se le ayudó a escapar junto
con su esposa hacia lo que actualmente es Francia. Evidentemente estas
historias no son inocentes, además de entretener, buscan poner el dedo en la
llaga, señalar lo más difícil de sostener e imposible de probar de la religión
cristiana como es la resurrección de Jesús. El mismo apóstol Pablo se dio
cuenta, por eso decía que si Jesús no hubiera resucitado la fe en él sería
inútil. Los humanos para creer necesitamos dioses, personajes más allá de lo
cotidiano, nacidos de vírgenes, incluso anunciados con cometas y estrellas,
muertos de manera escandalosa y resucitados. Este último detalle es lo que los
consagra, lo que los coloca en el terreno de lo ajeno a la simple humanidad. Si
no hubiera muerto y resucitado sería una persona muy especial, quizá una figura
política de su tiempo, un innovador, pero no un dios.
Una página de internet católica refiere otra historia:
“Otra tradición -que prevalece en Occidente- cuenta que los
tres "hermanos" (Marta, María "Magdalena" y Lázaro)
viajaron a Marsella (en un barco sin velas y sin timón). Allí, en la Provenza,
los tres convirtieron a una multitud; luego Magdalena se retiró por treinta
años a una gruta (del "Santo Bálsamo") a hacer penitencia. Magdalena
muere en Aix-en-Provence, adonde los ángeles la habían llevado para su última
comunión, que le da San Máximo.” *
Este mismo sitio web aclara:
“Estas leyendas, naturalmente, no tienen ningún fundamento
histórico y, como otras tantas, fueron forjadas en la Edad Media para explicar
y autentificar la presencia, en una iglesia del lugar, de las supuestas
reliquias de Magdalena, meta de innumerables peregrinajes.”
Lo que no dice que el peregrinaje fue y es sumamente
importante antes que por motivos religiosos, por factores económicos, por la
riqueza que aporta al centro de peregrinación.
A todo esto debemos agregar los datos aportados por algunos
de los evangelios apócrifos, aquellos
que no son aceptados por la iglesia católica. En estos Magdalena tiene una
centralidad importantísima lo que habría despertado la oposición de Pedro y un
conflicto de poderes que se desarrollará en el tiempo.
En el catolicismo primitivo la mujer tenía un papel
importante, fue a través de la consolidación del poder que los varones van
corriendo a las mujeres hasta convertirlas en figuras de servicio. En esta puja
por el poder cae también María Magdalena la que en el año 591 es convertida por
el Papa Gregorio I en prostituta. El
dice:
«Ella, la cual Lucas
llama la mujer pecadora, la cual José llama María [de Betania], nosotros
creemos que es María, de quien siete demonios fueron expulsados, según Marcos».
Este enunciado no es casual, de este modo se erradica una
figura peligrosa para el poder del varón y al mismo tiempo se vuelve a
desempolvar el mito de la mujer pecadora e impura a través del sexo. El mito de
Eva, la que tentó al inocente de Adán y por la que se perdió el paraíso.
Fue el Papa Paulo VI quien modifica esta postura y le quita
el sayo de pecadora en 1969.
Hay varios puntos que me hacen reflexionar en relación a
estos cuentos.
En primer lugar la fragilidad de todo aquello que conocemos
acerca de los personajes religiosos. El tema de por sí acoge favorablemente todo
lo que tenga que ver con la fantasía: milagros varios, curaciones increíbles,
demonios, espíritus, ángeles, caminar sobre el agua, resucitar, etc. etc. No
solamente esto, los protagonistas, aún en el mejor de los casos en que
verdaderamente hayan existido, son adornados y el cuento de su vida manipulado
para que encaje en lo que debe ser y sirva para aleccionar a quienes lo leen o
escuchan.
Aquello que conocemos como historia y le adjudicamos valor
científico también forma parte de este juego. Las pirámides están, son un hecho
que no se puede negar, y como estas,
otro tipo de documentos, pero a partir de ellos lo que se elabora, las
conclusiones y teorías son interpretaciones realizadas desde el poder
científico y en el marco de una ideología determinada y con un fin, reconocido
o no, dentro de este marco. Algo que nos puede servir por cercano, la unión del
espermatozoide y el óvulo es un hecho, en adelante el momento en que debe ser
considerado vida humana y se la puede manipular, abortar, descartar, es materia
de interpretación y esta de poder.
María Magdalena. Francesco Furrini |
La historia escrita, la
contada, son un relato, que más habla del tiempo presente y sus
intereses que del pasado.
El relato acerca de María Magdalena muestra las vicisitudes
del paso del tiempo y de los intereses.
En el trato que se le dio no se jugaba quien ella había
sido, eso poco importaba, ni siquiera se buscaba probar si verdaderamente había
existido, lo que sí se buscaba era acotar el poder de la mujer, someterla,
resaltar su parte afectiva pero sumisa al hombre. Era necesario convertirla en
gran pecadora para alejarla de la figura de Jesús y de María, los incorruptos.
María, la madre, no es peligrosa, fue convertida en un ser extrahumano, elegida
por el mismo dios, embarazada por el Espíritu Santo, siempre virgen aún cuando
fue madre, llevada al cielo en su muerte con su propio cuerpo. Ninguna mujer de
carne y hueso puede comparársele.
Magdalena sí representaba el peligro porque era una común, de un pueblo,
una más a la que no se le podía tolerar que fuera elegida por Jesús y puesta
por encima de los discípulos varones y de este modo pusiera en cuestión a todo
el patriarcado.
Otra cuestión también importante, fue un hombre, Jesús, el
que la eligió, otro hombre Gregorio I el que la nombró prostituta, y un tercero
Paulo VI el que le quita este apelativo. Son los varones los que de acuerdo a
sus intereses crean famas, elevan o tiran los nombres y las historias de las
personas. Es el juego que desde el poder se realiza, es el que dispone de héroes, patriotas, víctimas y
victimarios, santos y demonios. Es desde el poder y sus intereses que se ponen
nombre a las calles, las escuelas, los puentes. Nombres que señalan hacia un
lugar vacío, simples máscaras carentes de toda virtud y salvo el poder de engañar y confundir.
María Magdalena, fervorosa discípula, esposa, madre,
prostituta, penitente, apóstol, todo y nada, simple juguete en manos del únicos
dioses sobre la tierra, los señores del poder.
Ante ellos y sus triquiñuelas desarrollemos el antídoto del
pensamiento, de la duda, de la no creencia.
http://y-jesus.org/spanish/more/jmm-jesus-y-maria-magdalena-tenian-ellos-un-matrimonio-secreto/
*http://es.catholic.net/op/articulos/34670/mara-magdalena-santa.html
María Magdalena. Tiziano |
No hay comentarios:
Publicar un comentario