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Jóvenes supernumerarios
Comparto extractos de
un interesante texto escrito por Eduardo Rosenzvaig titulado: Argentina:
Un supermercado lleno de vacíos y de jóvenes *
¿Qué propone el capitalismo a los jóvenes? En primer lugar
más capitalismo. En segundo lugar llenarlos de vacíos. Tercero el éxito si uno
logró llenarse de capitalismo y de vacíos. Ahora, de no alcanzar el éxito, le
propone a uno la cuarta medida, el autismo. Todo en una marcha hacia adelante
dejando la Tierra atrás, el Hombre atrás, la Sociedad muy atrás. La educación
del capitalismo debe servir –aunque no se diga– para las cuatro requisitorias:
más capitalismo, más vacíos, más éxitos, más autismo, con menos Tierra, menos
Hombre y menos Sociedad.
Diego Rivera |
Todo lo que se hace en las ciudades de marchar contra la
inseguridad es un absurdo. Primero porque las “manchas de aceite”, esa forma de
crecimiento de las megalópolis impuesta por el capital inmobiliario y los
combustibles fósiles baratos, las hacen irrecuperables, imposibles de vivir con
dignidad. Segundo porque la inseguridad es el propio corazón del capitalismo,
desde la flexibilización laboral a la cajera del súper trabajando sin el sueño
peligroso de un embarazo, pero también la inestabilidad de las bolsas, del
salario, del arrastre en las crisis, o los vaivenes del rating como certificado
de “calidad” de la cultura.
El capitalismo odia hoy a los jóvenes porque no los
necesita. Los odia porque necesita unos pocos y no sabe qué hacer con el resto.
Transformado en un prototipo único y totalitario, requiere de unos pocos jóvenes
sabiendo que el resto se volverá violento contra él, percibiendo su exclusión,
el vacío en medio de los chistes de los Tinelli[1] que los siguen convocando a
bailar como un mono por un sueño que no llega y no llegará. Tinelli, Mirtha[2]
y Susana[3] gritan sobre la “inseguridad”. Parece una broma de una compañía de
farsantes. Humor callejero. Pero no, es algo mucho más serio. Son parte del
modelo que dejó a millones de jóvenes sin nada en los últimos años, sin
trabajo, sin algo más allá de la furia, y ahora los tres gritan que si no se
hace algo contra los jóvenes no se podrá seguir viviendo en un lugar como éste.
Los llenaron de vacíos que ahora los chicos cubren con ira. El propio modelo
les vende la violencia de diez mil formas, entonces políticos y famosos y ricos
exigen que se baje la imputabilidad de los menores, apalearlos, matarlos para
que aprendan.….
La noche de los pobres. Diego Rivera |
…¿Por qué unos chicos alimentados durante todos sus pocos
años con la violencia de la calle, la violencia
política sistémica, la
violencia de desigualdad acompañada por la violencia mediática y la violencia
de no ser nada entre seres que lo mastican todo, no van a matar por una
cartera? Denme una razón. Una sola. Están suicidados. Lo intuyen. Lo saben.
Privados de estímulos sociales, privados de estímulos
políticos, privados de estímulos estéticos y de justicia, sometidos a los
estímulos del mercado casi exclusivamente, los jóvenes se parecen a aquel
experimento del que hablaba Eric Fromm: individuos encerrados en celdas
aisladas, con temperatura e iluminación constantes, a los que se hacía llegar
comida pero, privados absolutamente de estímulos, se observaba a los pocos días
rasgos patológicos, a menudo de carácter esquizofrénico. Se quitan a los
jóvenes los estímulos de la naturaleza y la propia construcción humana o
social, para luego exigirles que no sean psicóticos. De hecho seres como
Tinelli, Mirtha, Susana son esquizofrénicos cuando actúan en nombre de la
seguridad luego de generar cultura carente de otros estímulos que no sean las
caras, los culos y el dinero para millones que no tienen nada.
…El hombre se distingue del mono en la autoconciencia. La
tarea de la educación hoy, me parece, es la de crear grandes mecanismos
formadores de autoconciencia. A los jóvenes se los quiere deshominizar en el
sentido de la autoconciencia y hominizar en el sentido del mirar, ni siquiera
ya del consumir. Cuando los medios o su producción simbólica, es decir la
producción simbólica de los poderosos hablan de inseguridad están hablando de
otra cosa. Hablan sin decirlo de los inseguros. Es el nuevo terrorismo. Los
inseguros son los jóvenes. Fuentealba[5] era un joven. Los jóvenes son
terroristas. Hace unos cinco años la cadena CBN hizo una encuesta a los
norteamericanos sobre si aceptaban o no torturar a un terrorista para quitarle
información. El 45% estuvo de acuerdo. Los medios trabajan sobre la población
angustiada y desmoralizada creando el peligro del inseguro, el joven, un
terrorista. “¿Y si lo torturamos para que declare?” Fuentealba era un inseguro
porque ocupaba rutas “donde yo debía conducir mi automóvil con tranquilidad,
que para ello pagué el peaje. ¿Y si lo torturamos? No mejor lo matamos y verán
cómo las rutas no se insegurizan más”. Resulta que un inseguro, resultado de la
inseguridad congénita del capitalismo, ahora es el culpable de la médula del
capitalismo. Un inseguro es como un judío para los nazis, un terrorista para
Bush, un indio para los Reyes Católicos. Nació un nuevo verbo: insegurizar.
La minoría se reservó lo mejor para sí misma y dejó a los
jóvenes el sobrante. Ahora, cuando hay algo que vale la pena quitarle al otro
aparece la categoría de Guerra. Y cuando se organiza el Estado y las relaciones
sociales para legitimar ese quite al otro, la guerra se torna la primera
institución social. La guerra es el cuarto poder del capitalismo.
Con el paso de la revolución industrial a la cibernética
floreció una tecnología productiva capaz de provocar la absoluta abundancia.
Pero se creó la abundancia superflua, se contaminó la Tierra, y la abundancia
liberadora quedó postergada y enterrada más hondo. La cibernética condujo a la
guerra masiva sobre los jóvenes dejados sin nada. También guerra entre ellos. A
veces no más que un celular para enviar un SMS a Bailando por un sueño y
participar. La nueva forma social de participar. Los jóvenes no pueden con
tantas necesidades inyectadas en sus cerebros. Los deseos de los jóvenes casi
no provienen de ellos mismos sino de las empresas que financian a Tinelli,
Susana y Mirtha quienes, a su vez, exigen castigo a los jóvenes con deseos
creados por esas empresas. Aún ni los jóvenes a los que les va bien pueden
acceder a toda la oferta que creen ya necesitar…
…Los jóvenes pobres son los primeros que fracasan. Fracasa
la educación que intenta enseñarles que dos celulares más dos celulares con
cuatro, porque el sistema les dice de mil formas que dos celulares más otros
dos son; si no tenés plata es un arma para conseguirlos. O una humillación para
mirarlos.
Para que este modelo sea creíble necesita que se crea en él.
El problema empieza cuando se deja de creer en él. Este sistema tiene una
prueba de verdad que es la adhesión, el voto, su afirmación. No reside en la
coherencia interna de sus ideales, no, el aplauso es lo que le confiere verdad.
De allí que la categoría resistencia sea la más subversiva para el
funcionamiento normal de aquella “verdad”. Manifestarse en contra, oponerse,
disentir, protestar, rebelarse, construir modelos alternativos de sociabilidad,
debates del ser por el ser mismo, desmoronan aquella verdad. La escuela puede
constituir resistencia, o bien domesticación e indiferencia. El capitalismo
asegura que quiere lo mejor para la sociedad. Demuestra a los jóvenes cómo el
socialismo fue lo peor para la sociedad y por ello cayó. Pero esconde bajo una
alfombra de hormigón armado que la crisis del capitalismo actual, una crisis
civilizatoria, está poniendo en riesgo la vida humana sobre el planeta.
De manera que otro modelo construido sobre las ruinas que él
va dejando, no sólo es posible sino que parece la única alternativa. Ahora todo
depende de nosotros y sobre todo y, fundamentalmente, de los jóvenes, los
desheredados y humillados y ofrecidos como trampas de ratones por su belleza
desde la propia televisión que enseña cómo deshacerse de ellos
Ni siquiera los jóvenes creados por la desigualdad del
capitalismo y muertos por el capitalismo están a salvo. La chispa de esperanza
estriba en saber esto, en reconocerlo, que no están a salvo ni los jóvenes
muertos, ni los niños muertos, ni los recién nacidos muertos por pobreza, ni
los fetos muertos por las leyes inquisitoriales contra el aborto. No estamos a
salvo. Por eso la Escuela debe preparar a los hombres para que entiendan que no
hay nada más seguro a la Tierra, al Hombre y a la Sociedad que los jóvenes. La
vida de un solo joven es el triunfo del cosmos.
Joven mendigo. Murillo. 1650 |
*Intervención en un Encuentro de docentes realizado en el
mes de noviembre de 2009 en Neuquén, Argentina. Fue enviado por el autor para
su publicación en Herramienta.
Fuente dónde se puede leer el texto completo
http://www.herramienta.com.ar/herramienta-web-4/argentina-un-supermercado-lleno-de-vacios-y-de-jovenes
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