viernes, 6 de febrero de 2015

148 - Jóvenes supernumerarios

148
Jóvenes supernumerarios

Comparto  extractos de un interesante texto escrito por Eduardo Rosenzvaig  titulado: Argentina: Un supermercado lleno de vacíos y de jóvenes *

¿Qué propone el capitalismo a los jóvenes? En primer lugar más capitalismo. En segundo lugar llenarlos de vacíos. Tercero el éxito si uno logró llenarse de capitalismo y de vacíos. Ahora, de no alcanzar el éxito, le propone a uno la cuarta medida, el autismo. Todo en una marcha hacia adelante dejando la Tierra atrás, el Hombre atrás, la Sociedad muy atrás. La educación del capitalismo debe servir –aunque no se diga– para las cuatro requisitorias: más capitalismo, más vacíos, más éxitos, más autismo, con menos Tierra, menos Hombre y menos Sociedad.

Diego Rivera

Todo lo que se hace en las ciudades de marchar contra la inseguridad es un absurdo. Primero porque las “manchas de aceite”, esa forma de crecimiento de las megalópolis impuesta por el capital inmobiliario y los combustibles fósiles baratos, las hacen irrecuperables, imposibles de vivir con dignidad. Segundo porque la inseguridad es el propio corazón del capitalismo, desde la flexibilización laboral a la cajera del súper trabajando sin el sueño peligroso de un embarazo, pero también la inestabilidad de las bolsas, del salario, del arrastre en las crisis, o los vaivenes del rating como certificado de “calidad” de la cultura.
El capitalismo odia hoy a los jóvenes porque no los necesita. Los odia porque necesita unos pocos y no sabe qué hacer con el resto. Transformado en un prototipo único y totalitario, requiere de unos pocos jóvenes sabiendo que el resto se volverá violento contra él, percibiendo su exclusión, el vacío en medio de los chistes de los Tinelli[1] que los siguen convocando a bailar como un mono por un sueño que no llega y no llegará. Tinelli, Mirtha[2] y Susana[3] gritan sobre la “inseguridad”. Parece una broma de una compañía de farsantes. Humor callejero. Pero no, es algo mucho más serio. Son parte del modelo que dejó a millones de jóvenes sin nada en los últimos años, sin trabajo, sin algo más allá de la furia, y ahora los tres gritan que si no se hace algo contra los jóvenes no se podrá seguir viviendo en un lugar como éste. Los llenaron de vacíos que ahora los chicos cubren con ira. El propio modelo les vende la violencia de diez mil formas, entonces políticos y famosos y ricos exigen que se baje la imputabilidad de los menores, apalearlos, matarlos para que aprendan.….
La noche de los pobres. Diego Rivera







…¿Por qué unos chicos alimentados durante todos sus pocos 
años con la violencia de la calle, la violencia
política sistémica, la violencia de desigualdad acompañada por la violencia mediática y la violencia de no ser nada entre seres que lo mastican todo, no van a matar por una cartera? Denme una razón. Una sola. Están suicidados. Lo intuyen. Lo saben.
Privados de estímulos sociales, privados de estímulos políticos, privados de estímulos estéticos y de justicia, sometidos a los estímulos del mercado casi exclusivamente, los jóvenes se parecen a aquel experimento del que hablaba Eric Fromm: individuos encerrados en celdas aisladas, con temperatura e iluminación constantes, a los que se hacía llegar comida pero, privados absolutamente de estímulos, se observaba a los pocos días rasgos patológicos, a menudo de carácter esquizofrénico. Se quitan a los jóvenes los estímulos de la naturaleza y la propia construcción humana o social, para luego exigirles que no sean psicóticos. De hecho seres como Tinelli, Mirtha, Susana son esquizofrénicos cuando actúan en nombre de la seguridad luego de generar cultura carente de otros estímulos que no sean las caras, los culos y el dinero para millones que no tienen nada.

…El hombre se distingue del mono en la autoconciencia. La tarea de la educación hoy, me parece, es la de crear grandes mecanismos formadores de autoconciencia. A los jóvenes se los quiere deshominizar en el sentido de la autoconciencia y hominizar en el sentido del mirar, ni siquiera ya del consumir. Cuando los medios o su producción simbólica, es decir la producción simbólica de los poderosos hablan de inseguridad están hablando de otra cosa. Hablan sin decirlo de los inseguros. Es el nuevo terrorismo. Los inseguros son los jóvenes. Fuentealba[5] era un joven. Los jóvenes son terroristas. Hace unos cinco años la cadena CBN hizo una encuesta a los norteamericanos sobre si aceptaban o no torturar a un terrorista para quitarle información. El 45% estuvo de acuerdo. Los medios trabajan sobre la población angustiada y desmoralizada creando el peligro del inseguro, el joven, un terrorista. “¿Y si lo torturamos para que declare?” Fuentealba era un inseguro porque ocupaba rutas “donde yo debía conducir mi automóvil con tranquilidad, que para ello pagué el peaje. ¿Y si lo torturamos? No mejor lo matamos y verán cómo las rutas no se insegurizan más”. Resulta que un inseguro, resultado de la inseguridad congénita del capitalismo, ahora es el culpable de la médula del capitalismo. Un inseguro es como un judío para los nazis, un terrorista para Bush, un indio para los Reyes Católicos. Nació un nuevo verbo: insegurizar.
 
La sopa de los pobres. Reinaldo Giudici. 1884
La minoría se reservó lo mejor para sí misma y dejó a los jóvenes el sobrante. Ahora, cuando hay algo que vale la pena quitarle al otro aparece la categoría de Guerra. Y cuando se organiza el Estado y las relaciones sociales para legitimar ese quite al otro, la guerra se torna la primera institución social. La guerra es el cuarto poder del capitalismo.

Con el paso de la revolución industrial a la cibernética floreció una tecnología productiva capaz de provocar la absoluta abundancia. Pero se creó la abundancia superflua, se contaminó la Tierra, y la abundancia liberadora quedó postergada y enterrada más hondo. La cibernética condujo a la guerra masiva sobre los jóvenes dejados sin nada. También guerra entre ellos. A veces no más que un celular para enviar un SMS a Bailando por un sueño y participar. La nueva forma social de participar. Los jóvenes no pueden con tantas necesidades inyectadas en sus cerebros. Los deseos de los jóvenes casi no provienen de ellos mismos sino de las empresas que financian a Tinelli, Susana y Mirtha quienes, a su vez, exigen castigo a los jóvenes con deseos creados por esas empresas. Aún ni los jóvenes a los que les va bien pueden acceder a toda la oferta que creen ya necesitar…

…Los jóvenes pobres son los primeros que fracasan. Fracasa la educación que intenta enseñarles que dos celulares más dos celulares con cuatro, porque el sistema les dice de mil formas que dos celulares más otros dos son; si no tenés plata es un arma para conseguirlos. O una humillación para mirarlos.

Para que este modelo sea creíble necesita que se crea en él. El problema empieza cuando se deja de creer en él. Este sistema tiene una prueba de verdad que es la adhesión, el voto, su afirmación. No reside en la coherencia interna de sus ideales, no, el aplauso es lo que le confiere verdad. De allí que la categoría resistencia sea la más subversiva para el funcionamiento normal de aquella “verdad”. Manifestarse en contra, oponerse, disentir, protestar, rebelarse, construir modelos alternativos de sociabilidad, debates del ser por el ser mismo, desmoronan aquella verdad. La escuela puede constituir resistencia, o bien domesticación e indiferencia. El capitalismo asegura que quiere lo mejor para la sociedad. Demuestra a los jóvenes cómo el socialismo fue lo peor para la sociedad y por ello cayó. Pero esconde bajo una alfombra de hormigón armado que la crisis del capitalismo actual, una crisis civilizatoria, está poniendo en riesgo la vida humana sobre el planeta.

De manera que otro modelo construido sobre las ruinas que él va dejando, no sólo es posible sino que parece la única alternativa. Ahora todo depende de nosotros y sobre todo y, fundamentalmente, de los jóvenes, los desheredados y humillados y ofrecidos como trampas de ratones por su belleza desde la propia televisión que enseña cómo deshacerse de ellos

Ni siquiera los jóvenes creados por la desigualdad del capitalismo y muertos por el capitalismo están a salvo. La chispa de esperanza estriba en saber esto, en reconocerlo, que no están a salvo ni los jóvenes muertos, ni los niños muertos, ni los recién nacidos muertos por pobreza, ni los fetos muertos por las leyes inquisitoriales contra el aborto. No estamos a salvo. Por eso la Escuela debe preparar a los hombres para que entiendan que no hay nada más seguro a la Tierra, al Hombre y a la Sociedad que los jóvenes. La vida de un solo joven es el triunfo del cosmos.

Joven mendigo. Murillo. 1650


*Intervención en un Encuentro de docentes realizado en el mes de noviembre de 2009 en Neuquén, Argentina. Fue enviado por el autor para su publicación en Herramienta.

Fuente dónde se puede leer el texto completo

http://www.herramienta.com.ar/herramienta-web-4/argentina-un-supermercado-lleno-de-vacios-y-de-jovenes




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