viernes, 6 de marzo de 2015

152 - Palabras sueltas 3

152
Palabras sueltas 3

 



El eclipse  cuento de Augusto Monterroso



Cuando fray Bartolomé Arrazola se sintió perdido aceptó que ya nada podría salvarlo. La selva poderosa de Guatemala lo había apresado, implacable y definitiva. Ante su ignorancia topográfica se sentó con tranquilidad a esperar la muerte. Quiso morir allí, sin ninguna esperanza, aislado, con el pensamiento fijo en la España distante, particularmente en el convento de los Abrojos, donde Carlos Quinto condescendiera una vez a bajar de su eminencia para decirle que confiaba en el celo religioso de su labor redentora.

Al despertar se encontró rodeado por un grupo de indígenas de rostro impasible que se disponían a sacrificarlo ante un altar, un altar que a Bartolomé le pareció como el lecho en que descansaría, al fin, de sus temores, de su destino, de sí mismo.

Tres años en el país le habían conferido un mediano dominio de las lenguas nativas. Intentó algo. Dijo algunas palabras que fueron comprendidas.

Entonces floreció en él una idea que tuvo por digna de su talento y de su cultura universal y de su arduo conocimiento de Aristóteles. Recordó que para ese día se esperaba un eclipse total de sol. Y dispuso, en lo más íntimo, valerse de aquel conocimiento para engañar a sus opresores y salvar la vida.

-Si me matáis -les dijo- puedo hacer que el sol se oscurezca en su altura.

Los indígenas lo miraron fijamente y Bartolomé sorprendió la incredulidad en sus ojos. Vio que se produjo un pequeño consejo, y esperó confiado, no sin cierto desdén.

Dos horas después el corazón de fray Bartolomé Arrazola chorreaba su sangre vehemente sobre la piedra de los sacrificios (brillante bajo la opaca luz de un sol eclipsado), mientras uno de los indígenas recitaba sin ninguna inflexión de voz, sin prisa, una por una, las infinitas fechas en que se producirían eclipses solares y lunares, que los astrónomos de la comunidad maya habían previsto y anotado en sus códices sin la valiosa ayuda de Aristóteles.




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Día de la Biblia

En agosto del 2.014 una noticia (*) nos dice que en Mendoza fue presentado un proyecto de ley para instituir oficialmente el “día Provincial de la Biblia” seguramente impulsado por el nombramiento de Bergoglio como papa. No sé qué ha pasado con ese intento, me contento con esta noticia.
Lo paradógico es que la Constitución de esa provincia es laica.
Ese proyecto estipula, además, que la impresión, distribución y venta de ejemplares de la Biblia queden eximidas de toda carga impositiva y también dispone la construcción de un Monumento a la Biblia en un lugar destacado de Mendoza.

El periodista nos dice cuáles son los fundamentos esgrimidos:
- “La Biblia es completa y contiene verdades contundentes”. Es un error grave y muy peligroso considerar que algo esta completo y además confundir una creencia, una profesión de fe, con una “verdad”

-“Los grandes pensadores han destacado a la Biblia en una categoría especial, reconociendo su carácter sobrenatural”. Transcribo parte de lo que el periodista dice porque es muy claro, se pregunta:
“¿Todos los grandes pensadores o solamente algunos? ¿Qué hay de Aristóteles, Platón, Séneca, Cicerón, Voltaire, Holbach, Feuerbach, Nietzsche, Marx, Sartre, Camus y tantísimos otros pensadores que, por diferentes motivos o circunstancias, no quisieron o no tuvieron oportunidad de creer…?”

- “La Biblia ha sobrevivido a la mayoría de las grandes culturas y civilizaciones humanas”. Que algo haya sobrevivido no le da título de “verdad” ni tampoco lo legitima o le confiere una autoridad especial. En todo caso, si tiene cierta calidad, podría convertirse en una pieza de museo. La violencia patriarcal hacia la mujer también ha sobrevivido a culturas y civilizaciones  y no por eso le vamos a levantar un monumento y declararla una verdad.

- “La sociedad une a través de ella, a católicos, evangélicos y a todas las religiones que se referencian con este libro sagrado”. Vista la lucha y el derramamiento de sangre entre los cristianos mismos, y entre estos y judíos y musulmanes, no estaría tan seguro de esta supuesta unidad, es más, tendería a decir que provoca lo contrario.

Un legislador se opuso a este proyecto y buscó como alternativa superadora decretar el Día Provincial de las Sagradas Escrituras, pretendiendo con ello incluir todos los textos que sean considerados sagrados por alguna religión pensando que de este modo amplio da cabida a una idea democrática no excluyente. Sea como fuere, es el estado que debe ser laico, o sea no implicado en cuestiones de fe, que es entrometido en algo que le debe ser ajeno. Además, para ser verdaderamente amplio, debería también decretar el día de los agnósticos, de los ateos, de los indefinidos religiosos, de los indiferentes. Más difícil es ver en este caso cómo sería el monumento para representarlos.


*“Argentina, Mendoza: ¿Un “Día de la Biblia” en una provincia laica?” Federico Mare (MDZOL)


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Geoff Ault












Pequeñas lecciones de erotismo
 Gioconda Belli



I
 Recorrer un cuerpo en su extensión de vela
es dar la vuelta al mundo
Atravesar sin brújula la rosa de los vientos
islas golfos penínsulas diques de aguas embravecidas
no es tarea fácil -si placentera-
No creas hacerlo en un día o noche
de sábanas explayadas.
Hay secretos en los poros para llenar muchas lunas

II

El cuerpo es carta astral en lenguaje cifrado.
Encuentras un astro y quizá deberás empezar
a corregir el rumbo cuando nube huracán
o aullido profundo
te pongan estremecimientos.
Cuenco de la mano que no sospechaste

III

Repasa muchas veces una extensión
Encuentra el lago de los nenúfares
Acaricia con tu ancla el centro del lirio
Sumérgete ahógate distiéndete
No te niegues el olor la sal el azúcar
Los vientos profundos
cúmulos nimbus de los pulmones
niebla en el cerebro
temblor de las piernas
maremoto adormecido de los besos

IV

Instálate en el humus sin miedo
al desgaste sin prisa
No quieras alcanzar la cima
Retrasa la puerta del paraíso
Acuna tu ángel caído
revuélvele la espesa cabellera
con la espada de fuego usurpada
Muerde la manzana
 
Kitagawa Utamara
V

Huele
Duele
Intercambia miradas saliva impregnante
Da vueltas imprime sollozos piel que se escurre
Pie hallazgo al final de la pierna
Persíguelo busca secreto del paso forma del talón
Arco del andar bahías formando arqueado caminar
Gústalos

VI

Escucha caracola del oído
como gime la humedad
Lóbulo que se acerca al labio sonido de la respiración
Poros que se alzan formando diminutas montañas
Sensación estremecida de piel insurrecta al tacto
Suave puente nuca desciende al mar pecho
Marea del corazón susúrrale
Encuentra la gruta del agua

VII

Traspasa la tierra del fuego la buena esperanza
Navega loco en la juntura de los océanos
Cruza las algas ármate de corales ulula gime
Emerge con la rama de olivo
Llora socavando ternuras ocultas
Desnuda miradas de asombro
Despeña el sextante desde lo alto de la pestaña
Arquea las cejas abre ventanas de la nariz

VIII

Aspira suspira
Muérete un poco
Dulce lentamente muérete
Agoniza contra la pupila extiende el goce
Dobla el mástil hincha las velas
Navega dobla hacia Venus
estrella de la mañana
-el mar como un vasto cristal azogado-
Duérmete náufrago.
 
Esteve Walker


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