38 - Ideologías 2

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Ideologías 2

 

Recordemos lo básico que compartimos en la charla anterior, entonces decíamos que una ideología es un conjunto de ideas sobre la realidad, sobre la sociedad y sus instituciones. Son una representación que proporciona un punto de vista particular sobre la realidad, vista desde un determinado ángulo, determinadas creencias y  a partir del cual se analiza y valora a la sociedad independientemente de las circunstancias reales.
También dijimos que están constituidas fundamentalmente por lemas y consignas, con escaso espíritu crítico. Como toda interpretación de la realidad es bastante parcial, los datos son organizados, algunos acentuados y otros eliminados para hacerlos encajar, pudiendo llegar a ser ideas totalmente falsas o erróneas.
Como en todos los órdenes, en una misma sociedad coexisten varias ideologías, las que muchas veces entran en colisión. Se supone que en una democracia las distintas corrientes de ideas pueden convivir  siendo permitido algún grado de conflictividad, dependiendo este de cada sociedad. Cuando una de ellas trata de imponerse y volverse hegemónica, o sea cuando una visión de la realidad busca anular las otras y quedar como la única verdadera, hablamos de un pensamiento totalitario.
Solamente como un ejemplo muy escueto porque si pensamos encontraremos muchísimas palabras más, hice un listado con algunas de ellas que evidentemente se hallan cargadas ideológicamente, basta con nombrarlas para que peguen en algún dispositivo ideológico y cada uno de nosotros inmediatamente le dará un significado que va mucho más allá del que el diccionario indica:
capital, obrero, trabajador, clase, burguesía, dependencia, gorila, proletariado, líder, popular,  virgen, dios, hombre, mujer, aborto, patria, madre, nacional, libertad, oligarca, familia, cerdo, pecado, riqueza.

Como verán aparecen algunas que no tienen sentido netamente político, sino religioso, propias del patriarcado o hasta familiar, es así porque también se hallan cargadas afectivamente, hacen a la identidad y pertenencia a un grupo y también son palabras disparadores o fuertes en el sentido que llevan directamente a un sistema ideológico.
Algo actual y que se hizo muy evidente en el siglo pasado. Entonces algunos autores dijeron que las ideologías habían llegado a su final, a la muerte o fin de ellas, en un intento de buscar borrar todo lo que tuviera que ver con las ideas y pensamientos para dejar al hombre convertido únicamente en una especie de animal o máquina de consumir, ante lo cual la única realidad social valedera es el mercado. Esto, aunque sea negado, también es una ideología.

Un pensador actual de origen esloveno Slavoj Zizek, al hablar de nuestras sociedades actuales, distingue cuatro tipos de ideologías, veamos primero estas dos: la cínico-permisiva, y la fascisto-populista.

El cínico-permisivo finge seguir una discusión y comprender y estar de acuerdo con la necesidad del cambio pero ….pero concluye que actualmente las condiciones no lo permiten: “yo sé, yo entiendo eso, pero actualmente es imposible…” o “esto es lo máximo a lo que podemos llegar en este momento” , lo que nos lleva irremediablemente al mantenimiento del statu quo.

El fascista-populista busca siempre un responsable de la situación inconveniente, dejando para sí  mismo todo lo positivo, de este modo evita un análisis profundo en el que se pudiese hablar de la repartición de la riqueza, el sistema capitalista, la brecha entre ricos y pobres, etc. Recordemos las historias recientes en que el responsable fue el “judío”, o el comunismo, o los ateos, la clase media, o como actualmente en Europa los responsables son los emigrantes especialmente árabes.

Estos extremos ideológicos escapan, son resistentes a todo cuestionamiento crítico, a toda discusión racional, y mientras apelan a razones políticas, en la práctica rechazan lo político y se aferran al statu quo por eso son ideologías conservadoras.

Zizek también habla de otras dos ideologías actuales, la neoliberal y la crítica ideológica, en las que sí ve una evolución, en la primera porque está en pleno centro del capitalismo y no puede evitar irse adaptando, en la segunda porque busca entender la realidad mediante la crítica racional.

En síntesis, están las que buscan mantener las cosas como están, son las llamadas conservadoras, las que buscan un cambio de manera paulatina son las reformistas,  las que  quieren un cambio radical, son las revolucionarias, y por último las que buscan volver a un sistema anterior,  las reaccionarias.

A través de esto podemos ver la importancia no solamente personal sino política que tienen estas ideas y como son capaces de fomentar el cambio o de frenarlo. Esto significa que si bien todas son ideas y todas de alguna manera se manifiestan en la acción, el resultado de este actuar puede ser muy diferente.

Recordemos que para legitimar muchas acciones políticas que causaron dolor y muerte se buscó y creo en muchos casos a propósito, un marco ideológico.

El concepto de raza fue introducido y avalado científicamente con estos objetivos. La división de la humanidad permitió luego establecer una visión jerárquica, en el punto superior estaría la raza blanca. La supuesta inferioridad de los negros, de los distintos pueblos originarios del mundo, fueron el pretexto que permitió su genocidio, o su sometimiento y esclavitud. Recordemos que para el nazismo lo que no fuera ario era inferior, pernicioso, contaminante, ideas estas que habilitaron la “solución final”, el holocausto.

También haciendo uso de la ciencia a las orientaciones sexuales diversas a la heterosexualidad se las llamó pecados, vicios, enfermedad, desviaciones, degeneraciones, lo que permitió en algunos casos su reclusión hospitalaria para estudios, en otros casos la cárcel y en otros la muerte, a los campos de concentración nazis también eran llevadas las personas no heterosexuales.

La ciencia forma parte de este marco ideológico. Tiende a ser objetiva, pero como cualquier otra actividad humana no puede llegar a serlo, por eso mismo no puede desprenderse de las ideas imperantes en su momento y mucho menos de aquellas que son impuestas desde el poder y sobre todo del económico. No es extraño que laboratorios u otro tipo de empresas aporten dinero para investigación científica no como contribución a la humanidad sino como forma de justificar la comercialización de algún producto o la no distribución si eso no conviene. Me acuerdo en este momento de una película muy interesante que les recomiendo ver. Muestra claramente esto que venimos charlando, narra lo sucedido en torno al descubrimiento del HIV/sida, “Y la banda siguió tocando”.  

Las ideologías son campos de poder, son palabras, discursos, relatos,  que determinan y justifican acciones. Atraviesan toda la sociedad.

Nos simplifican la vida al darnos respuestas, soluciones a problemas, un sentido a la vida social y es este el mayor peligro, nos vuelve receptivos y autómatas. En lugar de promover la búsqueda propia, el pensamiento independiente, promueven la adhesión al poder. Para evitar esto es necesario que cada uno retome esas ideas y las valore según su propia experiencia y principios, y luego incorpore lo que le parece y tire a la basura el resto. 

Para qué nos interesa saber todo esto?

En primer lugar para poder comenzar a tomar distancia de lo que es habitual y corriente en todos nosotros, eso que creemos natural y propio. Empezar a reconocer que como es afuera también es adentro y que por eso, así como en nuestras casas cada tanto abrimos el placard y sacamos lo que no sirve, debemos hacer limpieza de nuestro interior.

También para comenzar a preguntarnos si las cosas son así tal como las pensamos o nos enseñaron o nos presionan para que aceptemos o nos venden como soluciones o panaceas.

Las ideologías son una forma que nos tiene que servir para actuar y modificar situaciones, no para atarnos a ella, para esclavizarnos a las ideas de otros.

Saber que cuando algo no encaja no tenemos que pelearnos, y si la ideología no nos es útil, poder tener la capacidad de dejarla a un lado.

Y sobre todo, no creer en que las respuestas me pueden ser dadas por alguien, sino buscar las mías, quizá pequeñas, con dudas, con miedos, provisorias, dispuestas a ser cambiadas por otras que me parezcan mejores, pero en definitiva mías.

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