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Patriarcado 2
Recordemos que en la última charla comenzamos a ver cómo
actúa un sistema global que también es ideológico: el patriarcado.
Dijimos que es un sistema de dominación masculina sobre las
mujeres y de producción y reproducción de la especie humana. Pasa por el
sometimiento de las mujeres, la represión de la sexualidad femenina y la
apropiación de la fuerza del trabajo del grupo dominado.
El varón es el signo por antonomasia, es lo sobresaliente,
lo que hegemoniza y nombra, en contraposición, la mujer queda relegada al
segundo lugar, a lo oscuro, pasivo, emocional,
menos inteligente, incapaz de pensamiento racional y de tomar
decisiones.
La autora australiana Carol Pateman habló de un “contrato
sexual” que sería aquel realizado entre los hombres por el cual establecen la
propiedad sobre las mujeres. De modo tal que aunque en una sociedad
estratificada jerárquicamente como la nuestra haya hombres que tienen más poder
que otros, genéricamente, todos tienen más poder que las mujeres. Es un pacto
implícito esencial para entender el patriarcado, el género, la subordinación
social de las mujeres en cualquier época histórica de predominio masculino.
El contrato sexual es anterior al contrato social que
originó la desigualdad en las relaciones de producción determinantes de las
clases. Por ello, no importa a qué clase social pertenezca la mujer, siempre se
halla en situación de subordinación respecto del hombre. El contrato sexual
significa para las mujeres una pérdida muy importante de dominio sobre sí
mismas.
Juntamente con la institución del contrato sexual se halla
la institución de la heterosexualidad obligatoria. Ello implica tanto para
hombres como para mujeres la imposición de una limitación a los contenidos de
la sexualidad, quedando para las mujeres
como finalidad la sexualidad reproductiva, modelo que deben conocer, practicar
y desear.
El patriarcado para su permanencia se apoya en las
instituciones sociales y en los hombres, pues todos estos, aún el más pobre,
reciben beneficios económicos, sexuales y psicológicos del sistema
patriarcal.
La dominación económica (la mujer no puede manejar dinero,
no accede a lugares de poder, no puede
ser propietaria , es excluida de la herencia, modificado hace muy poco tiempo),
física basada en la fuerza muscular,
institucional (sistema legales, morales, y religiosos que apuntalaban la
marginación y opresión de la mujer por el hombre) y sexual (virginidad forzosa,
procreación obligatoria, heterosexualidad, monogamia, limitación del placer y
de las prácticas sexuales) aseguran la reproducción de la especie y la herencia
patrilineal al mismo tiempo que el sometimiento de la mujer.
Estructura del patriarcado. Gabriel Alonso. 1998 |
Nuestra identidad femenina o masculina no están determinadas
biológicamente, sino que son una construcción cultural que fuimos incorporando,
aprendiendo desde el momento mismo de nuestro nacimiento o aún antes. Las
diferencias entre el carácter femenino y el masculino son modeladas en base a
estereotipos o códigos de conducta, tienen una base netamente cultural y no
biológica.
Una forma de imponer y sostener la hegemonía es mediante los
estereotipos, estos han sido creado por los varones en función del papel que se
deseaba cumplieran las mujeres y mediante la familia, la escuela, las
religiones y los medios en general fueron grabados en la personalidad de las
mujeres, creando lo que se denominó “eterno femenino” o ser femenina. Amelia
Varcárcel dice esto muy claramente: “Solo quien tiene poder funda sujetos y
relatos. Y esto nos retrotrae al tema de la ablación de la memoria…..Las
mujeres padecemos, con independencia de cada situación individual, la falta de
cualquier memoria colectiva. Lo que nos sobran son hormas y moldes, pero los
referentes que hubieran podido servirnos de modelos en el pasado o no se ha
tolerado que se constituyan o han sido abolidos.” (“Rebeldes” , Madrid, Plaza y
Janes, 2000)
Estos estereotipos se institucionalizan y constituyen
modelos a cumplir. Tanto hombres como mujeres si quieren ser aceptados
socialmente, adaptarse y subsistir deben esforzarse por alcanzar estas normas.
Estos modelos no son cuestionados, son
enseñados como algo “natural” y los aceptamos de ese modo.
Parte de esta estrategia es la división en esfera pública y
privada, la primera reservada a los hombres y la segunda a la mujer con el
consiguiente reparto de roles. Estos roles también son tomados como parte de la
naturaleza, de lo biológico, por lo
tanto, de lo normal.
El feminismo mostró como esferas consideradas “privadas”,
como por ejemplo la familia, la pareja, son centros de dominación patriarcal, las
relaciones de poder también estructuran la familia y la sexualidad. Lo que
ocurre en el orden de lo privado tiene consecuencias en el orden de lo social.
Crearon la consigna: “lo personal es político”.
Este es un ejemplo de cómo el poder no se constituye
únicamente mediante prohibiciones, las relaciones de poder construyen y
determinan realidades no solamente por lo que prohíben sino también por lo que
permiten o norman. Es el patriarcado el que ha determinado lo femenino, la
sexualidad femenina, no olvidemos que la sexualidad humana no es natural sino
que esta controlada socialmente por su institucionalización histórica.
En la historia de las mujeres la imposición del rol de objeto sexual junto con el de “esposa
y madre”, el sometimiento al varón, el papel sumiso, se han convertido en
“destino” que ha implicado discriminación, dependencia e insatisfacción. Al contrario, en la vida de los varones se da
prioridad a la autonomía y realización personal.
una actitud y una conducta
mientras que el patriarcado es toda la estructura social en la que muy
diversos factores se entrelazan y refuerzan mutuamente.
No hay que olvidar que el patriarcado tiene aspectos y
consecuencias negativas para los
varones. Para ellos también rigen estereotipos, modelos a los que ajustarse
para ser considerados por los demás y ellos mismos sentirse “viriles”.
Al estar inscripto el patriarcado en nuestra subjetividad de
varones, aún aquellos que se definan no sexistas, se ven atrapados, muchas veces
de manera inconciente, por esta matriz.
Del mismo modo ella condiciona la conducta de las mujeres que sin darse cuenta
reproducen y educan en este sistema, proveyendo así a su sostenimiento.
Aún cuando los varones también son afectados, la diferencia es que resultan beneficiados
global y personalmente en el balance de poder.
Hoy hasta acá con este tema, recordemos que queda muchísimo
por decir, habría que agregar por ejemplo, la familia como institución cerrada
y jerárquica, el amor romántico y las modas como otras tantas formas de
condicionamiento.
Esta temática habrá servido si nos sirve para pensar sobre
nuestra vida y nosotros mismos viendo como los sistemas sociales, como las
ideologías son algo más que ideas, son estrategias que tienen consecuencias y
que se actualizan en la vida de todos los días. Por eso, una vez más, repito la
consigna feminista
“Lo personal es político”
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gracias por la comprensión.
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