domingo, 28 de diciembre de 2014

140 - Solo la emoción...



140
Solo la emoción…

Ignacio G. Barbero escribió un artículo * del que les dejo una pequeña parte, me parece sumamente clara:
“El ser humano contemporáneo nace y crece en un mundo social y político ya construido, ya ordenado, ya legislado. Su influencia en él ha sido anulada sin su consentimiento y los posibles matices e intensidades de su comportamiento y sus actos han sido previamente establecidos y regulados. Su libertad de elección, de la que se siente muy orgulloso, no es nada más que la ignorancia de las múltiples causas que le determinan.”

Es así, el famoso e impuesto “contrato social”, si alguna vez existió, debería ser anulado porque jamás fuimos consultados. Es nulo por el vicio de la representación, porque alguien, en nombre nuestro se supone que lo ha firmado, del mismo modo que Adán y Eva como nuestros representantes pecaron y de ahí en adelante todos debemos pagar esta deuda externa eterna.
Nuestro sistema social, político, se basa en esta fantasía que es una estrategia tapa ojos, que nos hace creer que existe un mundo ordenado, que está escrito y firmado, que la ley es pareja y el trato igualitario, que las normas están hechas para la convivencia y nuestro desarrollo, cuando en realidad solamente se trata de una forma de caos apenas contenido, letras que disimulan la ley de la selva.  El hambre, la desnutrición, las enfermedades evitables, las guerras, las torturas, el narcotráfico, la prostitución-trata de personas, el mundo financiero, nos hablan todo el tiempo de este caos que no es algo por venir sino que estuvo y está presente. Este caos es parte de nuestra vida cotidiana. La vida reglada por horarios, por rutinas, por trabajos que nos desvitalizan, por matrimonios y paternidades y maternidades y doctorados obligatorios, el arrodillarnos ante mitos y la idealización de personalidades perversas con insaciable deseo de poder son parte de esta tendencia a la destrucción.
 
Arquitectura de las emociones. Carlos Paredes Colin
Recuerdo aquella canción que dice: “solamente la emoción me mantiene vivo”
La emoción, el sentimiento, el deseo, son parte del impulso vital, de aquello  que nos enciende el rostro y pone belleza en nuestra mirada, es la mirada que llena unos ojos vacíos.

Si hay algo verdaderamente revolucionario en esta época es conectarnos con nuestros sentimientos y deseos, con los nuestros, de la piel hacia adentro la carne, lejos de los deberías y lo que conviene.

Xu Lizhi, el suicidado poeta chino decía:

“Me han entrenado para ser dócil.
No sé cómo gritar o rebelarme,
quejarme o denunciar.

Sólo sé sufrir en silencio hasta el agotamiento.”

No supo encontrar su propio grito, quizá no supo, quizá se entregó antes, lo cierto es que fue condenado al silencio del trabajo para otro, para sostener este mundo. Fue, fuimos, entrenados para ser dóciles y para eso tuvieron que decirnos que las cosas importantes son esas que se muestran en televisión, que nos convierten en copias de los otros y nos dan sensación de pertenecer. Cosas del afuera, nadie nos señaló hacia adentro y por eso terminamos siendo poseedores desposeídos porque no hay  alguien que sea dueño de todo esto que creemos tener.

Si me hubieran invitado a comer pescado crudo, lo hubiese rechazado, pero como el convite es para saborear sushi, todo cambia.

Lizhi dice:
“Soy como un muerto que abre lentamente la tapa del ataúd
 la juventud se detuvo en las máquinas
murió antes de tiempo”

Todos somos zombis que lentamente caminamos con nuestro ataúd a cuestas. Dormidos por el canto de  los celulares. Vamos casi sonrientes porque hemos tenidos hijos, metido algún que otro cuerno y visto el clásico futbolero.
 
Autor Antonio Canova

 La canción que recordaba es de Alejandro Lerner y se llama Algunas frases

Largo es el camino para ver
largos puentes rotos
entre el hoy y hasta el ayer
varias fotos viejas
y una vaga sensación de antigua felicidad
adolescente.
Busco magia, busco libertad
magia en el silencio, libertad en la soledad
con muchas palabras, es más fácil disfrazar
lo que uno siente
miedo a la verdad, miedo a la muerte.

Luz y sombra un mismo atardecer,
viejos fantasmas, fruto de la inmadurez
voces que se han ido, bajo la misma
canción
sólo la emoción me mantiene vivo…

Busco magia, busco libertad
magia en el silencio, libertad en la
soledad,
con muchas palabras, es más fácil
disfrazar
lo que uno siente
miedo a la verdad, miedo a la muerte.

Voces que se han ido, bajo una misma
canción
sólo la emoción me mantiene vivo.


“Busco magia, busco libertad” , zombis desesperados por consumir creyendo que ahí encontraremos la magia, la libertad, la emoción y el deseo que ya ni siquiera recordamos haberlos alguna vez tenido.
La búsqueda se torna obsesión, pasión, y cuanto más aumentan mayor es la decepción y el vacío. La bruma triste nos envuelve y pretendemos arrancarla de nuestra piel con la violencia que sí nos permiten, con la droga que nos ayuda a olvidar y nos da un sucedáneo pobre del vivir. Porque no nos atrevemos a vivir, aún perdidos somos fieles a la sociedad que nos creó.

Lerner dice: “miedo a la verdad, miedo a la muerte.”
Nos dirán que no hay una verdad y que la muerte es una ilusión. La verdad está en nuestros sentimientos, en nuestros caminos internos que van escribiendo lo que somos cuando nuestro corazón se agita y la mente se ilumina.
La muerte es la calesita en la que parecemos andar kilómetros montados en caballos de madera esperando alguna vez sacar la sortija.

Un poeta dijo
“una rosa es una rosa una rosa”
Nuestros sentimientos, deseos, nuestra sexualidad, las caricias, las miradas amorosas y las palabras llenas son eso, ni buenas ni malas, ni socialmente convenientes o políticamente correctas. Siempre serán revolucionarias porque rompen con el “todos”, con el uniforme y la doctrina que lleva a la obediencia debida del militante orgánico.

Barbero termina su artículo diciendo:
“El ciudadano debe más que asentir a las proclamas que vienen de las más altas instancias, ya que adquieren un valor sagrado en su misma forma de expresión y manifestación. Uno es parte de todo, pero no participa: su papel es asignado, nunca adoptado voluntariamente. Camina y camina para llegar a algún lugar en la vida y sólo acaba cubierto de una piel impuesta, de una aparente protección ante las inclemencias del tiempo, que, en realidad, sólo le protege para moldearle.”*

Porque nuestros deseos, nuestros sentimientos, nuestras emociones son cuerpo, les dejo una poesía de Octavio Paz que se llama precisamente Dos Cuerpos

Dos cuerpos frente a frente

son a veces dos olas
y la noche es océano.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos piedras
y la noche desierto.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces raíces
en la noche enlazadas.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces navajas
y la noche relámpago.
 
Autor Julio Neto
Olas, piedras, raíces, relámpagos, los usurpadores del poder lo saben por eso nos niegan el acceso a nuestros cuerpos y en ellos a los sentimientos y a la vitalidad, porque saben que desatados ellos buscarán el cielo, son hijos del sol y la noche por lo tanto de la eternidad. Nos necesitan pasivos, callados, dóciles a las riendas, a las máquinas a formar filas para pagar.
Solo la emoción me mantiene vivo, esa es la respuesta, esa es la dirección.

Solo la emoción me mantiene vivo.





* http://www.culturamas.es/blog/2014/04/28/el-ser-humano-contemporaneo-ante-la-ley-a-proposito-de-un-relato-de-kafka/





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