viernes, 23 de noviembre de 2012

11 - Resistencia social



11
Resistencia social

Hoy una vez más vamos a variar el punto de vista y para eso nos acompaña Violeta Parra, con su canto y su música. Es maravilloso cuando alguien puede tomar un tema social, fuerte, violento y con eso hacer arte, hacer algo bello sin que el mensaje pierda su fuerza.

Y ya que estamos hablando de música, supongo que habrán notado que en estos micros no nos atamos a un ritmo o estilo, todo lo que nos gusta es bueno, también en esto aparece el cambio, la diversidad y prodigalidad.



Violeta dice:
“…cayó preso mi hermano y  sin lástima con grillos por las calles lo arrastraron….el motivo… haber apoyado el paro que ya se había resuelto”

Vieja costumbre esta. Esta práctica no es nueva, se originó a fines del siglo 18 contra la libertad de asociación de los trabajadores, o sea contra la creación de sindicatos. Un caso memorable son las condenas a muerte en  Estados Unidos de los llamados Mártires de Chicago: ellos fueron  Sacco y Vanzetti. De paso, les recomiendo una excelente película que se llama precisamente  Sacco y Vanzetti  del año 1971, dirigida por Giuliano Montaldo. Las  ejecuciones  de estos mártires ya nos adelantan que esta práctica no es liviana en absoluto.

Sacco y Banzetti

A partir de la promulgación en nuestro país de la llamada ley antiterrorista y aún antes, escuchamos hablar de la  criminalización de la protesta social, veamos un poco qué significa esto.
La criminalización de la protesta social o criminalización del activismo social es lisa y llanamente la aplicación del código penal, o sea convertir en delito  a modalidades del activismo y de la protesta social con el fin de debilitarla o desorganizarla.


Es una estrategia de algunos gobiernos que implica la modificación y el uso de las leyes para detener y condenar a los llamados activistas sociales.
Esta política implica una gradación que va desde fichar al supuesto delincuente –¿recuerdan el  Proyecto  X del Ministerio de Seguridad  de la Nación?- , les decía, va desde este fichaje, unas horas en detención policial hasta hostigar, perseguir, encarcelar, torturar y asesinar a quienes actúan motivados por ideas diferentes a las del gobierno de turno, comparándolos con delincuentes y/o terroristas.

Lo que se busca es  silenciar mediante  la abierta violencia y el miedo que esta ocasiona. Recordemos uno de los lemas de la dictadura militar: “el silencio es salud”. Por eso, en sus manifestaciones más extremas constituye una forma de terrorismo de Estado.

Estoy hablando de los movimientos contra la megaminería en Cafayate, Salta, de Tinogasta y  El Paso, Catamarca, . También estoy hablando de Famatina, de las asambleas el Algarrobo, asi como la de Belén y Tinogasta,  de los pueblos originarios de norte al sur de Argentina y Chile, de las madres del dolor, y de  todos los luchadores a favor de los derechos humanos



“Me viene a decir la carta que en mi patria no hay justicia, los hambrientos piden pan los molesta la milicia”


Las protestas sociales son prácticas de resistencia, es la acción de  un grupo de personas en protesta contra algo que impide su mejor calidad de vida.
Es a través de estas prácticas que se le da significado político a lo que hasta ese momento era considerado privado. Tomemos como ejemplo los movimientos contra la trata de personas y la prostitución, a favor de la igualdad de género, los que buscan la despenalización del aborto, hasta los que reclaman cloacas, alumbrado público, seguridad, etc. Ellos rompen los límites de lo establecido como “político”, asumiendo que «todo es político» y se alejan de los canales que desde el poder se les imponen. Su modalidad no es la súplica o la espera paciente.
La resistencia implica la desigualdad de poder, la existencia de dominadores y dominados,  y básicamente la sordera de los gobernantes.

Organizaciones sociales de todo tipo y de Derechos Humanos se alertaron y marcharon ante esta ley antiterrorista, no es para menos. Si tienes un huevo de serpiente, es inútil pensar que de él saldrá un cisne o una garza blanca, no, claro que no, lo que saldrá es una serpiente.
Una ley es un acto de poder que está indicando algo, es ya un acto de violencia, de los llamados “legítimos” porque se supone que los gobiernos pueden ejercer violencia y los ciudadanos no. En este caso es la violencia propia de la ley y la que su contenido indica, convertir en delito el reclamo social.



Estoy hablando de mil organizaciones vocacionales y honestas que luchan por el cambio, a favor de la vida: contra los transgénicos, contra los agrotóxicos, a favor de los bosques, de los hielos, del agua, del aire, por la educación para todos, por la salud pública, por un sueldo que permita vivir, porque no se sometan más niñas, mujeres y travestis en la prostitución; de los poetas y artistas que marcharon contra la megaminería en Chubut, del movimiento social por la Región de Aysén en Chile cuyo lema es “tu problema es mi problema”



La resistencia es  una forma activa, creativa, que al intentar un cambio social también nos cambia a nosotros mismos. Porque cuando dejamos de ser espectadores o quejosos  sometidos, y empezamos a tomar en nuestras manos nuestras vidas, algo cambia en nosotros, nos hace diferentes, y ya después es muy difícil volver atrás.

Ver a nuestros conciudadanos en las calles o en internet o donde fuere,  nos obliga, nos exige no quedarnos al margen como puros espectadores sino que debemos tomar partido y participar en la producción del cambio.  La producción de ese cambio y su intensidad también dependerá de nuestra participación o de nuestro silencio.

Estoy hablando de los indignados de Grecia, de Italia, de Barcelona y Madrid en España, de Estados Unidos, de  los estudiantes en  Chile, de los que elevaron su voz en Egipto, Siria, y del pueblo palestino. También hablo de las víctimas de Irak, de Afganistan, de los seis dirigentes campesinos presos en Tacumbú, Paraguay, a los que el gobierno Argentino les negó asilo y los envió a ese país,



Mientras que para los gobernantes la protesta social es un grano, para la sociedad es un  mecanismo de protección que pretende una mejor calidad de vida, aporta nuevas energías y vida contra las burocracias del poder que quieren dejar todo quieto porque de esa inmovilidad sacan sus beneficios.

También hablo de quienes hambre y sed de justicia, de los castigados de la tierra, de aquellos sin horizonte porque se lo robaron, de los muertos y dañados por las drogas, de las víctimas del gatillo fácil, del maestro Carlos Fuentealba , de los chicos asesinados en Bariloche y de los 51 muertos en un tren.

También de este lado de la cordillera que se oigan nuestros gritos diciendo


“Tus perdigones no pueden con mi esperanza”








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