7
Todo Cambia
Cambia también lo profundo
Cambia el modo de pensar
Cambia todo en este mundo
Si hay algo que se mantiene constante desde el surgimiento
del universo mismo es el cambio. Jugando con las palabras podríamos decir que
lo único que no cambia, lo único constante, es el cambio.
Por momentos rápido, fugaz como la vida de una mariposa que
en horas nace, crece y muere, o como en la vida de una flor; o lento,
imperceptible como la variación de una montaña o el envejecimiento de nuestro
sol.
Ya sabemos que el universo, que el sol, que nuestro planeta
un día surgieron de una gran explosión, del big bang y que en su desarrollos un
día también llegarán a su fin, porque precisamente, todo, todo absolutamente
cambia.
Cambia el clima con los años
Cambia el pastor su rebaño
Y así como todo cambia
Que yo cambie no es extraño
¿Acaso nosotros no somos el claro y más cercano ejemplo de
esto que estoy diciendo?
Un día fuimos
engendrados y a partir de ahí siguió nuestro recorrido. Nuestro cuerpo-mente
cambió. Los sueños de cuando éramos pequeños se transformaron en otros, quizá
tan inocentes o imposibles como aquellos, pero ahora son de adultos. Nuestras
angustias también, ya no tememos –quizá- al cuco, pero sí a la inflación, sí a
perder nuestro trabajo, sí a los robos, y a muchas otras cosas más. Mi cuerpo
chiquito creció, buscó otros seres, encaneció y arrugó, y ya va mostrando el
camino a la siguiente etapa. Todo, todo cambia.
Y qué hablar de lo que nos rodea, nuestros seres cercanos,
hasta alguno de ellos probablemente haya muerto, la casa en que vivimos, las
modas, nuestro barrio.
Cambia lo superficial
Cambia también lo profundo
¿Hay diferencia entre lo superficial y lo profundo?
No lo creo, más bien parecen dos modos de mirar, un simple
cambio de óptica, la misma cara de una moneda vista desde otro ángulo.
No puedo decirte que te amo en lo profundo, en el fondo, si
en mis actos más simples no aparece este amor.
Si te agredo, si te castigo, si te pego, si te amenazo, si
ejerzo algún tipo de violencia, puedo tratar de engañarte, de ilusionarte, de
decirte que es por tal o cual razón o hasta que es por amor. Todo esta muy
claro, si te violentan en lo superficial es porque en lo profundo esta la misma
violencia.
Nos hicieron creer en profundidades, en pensamientos
profundos, en ideas, en mil otras cosas, para sacarnos del medio, para hacernos
sentir tontos y tontas, pera que no nos acerquemos e indaguemos.
Lo que no está más acá no está tampoco más allá. Como es
adentro es afuera.
Metamorfosis . Gustavo del Río |
Y estas superficiesprofundas de mis sentimientos, mis ideas,
esperanzas, temores, ansiedades, también están sometidas a este no detenerse
nunca del tiempo, ellas también naces, crecen, envejece. Te amo, pero distinto
a ayer, también diferente a mañana.
Aún esto, cambia.
Esta es la gran esperanza, todo cambia por lo tanto no
tenemos nada fijo, no tenemos derecho a decir que no puedo modificar tal o cual
conducta, que si he creído debo seguir creyendo, que si me he sometido,
agachado la cabeza, tengo que seguir haciéndolo.
Cambia el rumbo el caminante
Aúnque esto le cause daño
No, todo cambia y yo
puedo dirigir mis cambios, puedo ayudarlos porque no hay nada fijo, ni siquiera
mi rostro.
Cambia el sol en su carrera
Cuando la noche subsiste
Cambia la planta y se viste
De verde en la primavera
Cambia el pelaje la fiera
Cambia el cabello el anciano
Y así como todo cambia
Que yo cambie no es extraño
La gran enseñanza es que no hay nada fijo, no hay sustancia,
no hay una base que me determina, sino que somos, vuelvo a Shakespeare, de la
misma tela que los sueños. Somos seres sutiles, transformables, tanto que la Biblia misma dice que somos
superiores a los ángeles. Sí, escuchó bien, somos aun más importantes y capaces
que los ángeles. Y también tenemos alas que son
nuestras ilusiones, nuestros sueños, la alegría y la tenacidad por cambiar algo en este
mundo. Tengo alas y son superior a un ángel cuando salgo de mis cuatro paredes mentales, que
también pueden ser mi cocina o mi oficina, y miro hacia afuera y no me quedo
quieto sino que hago algo, que puede ser quizá solamente una sonrisa o una
revolución, no importa, todo cambia.
Los poderosos saben esto y lo guardan celosamente. Por eso
nos buscan de muy pequeños para “educarnos” y luego nos meten sus principios,
el acatamiento a los que mandan, nos llegan de impotencia y nos ponen en la
cabeza fantasías erráticas de otros mundos de cielos, infiernos, premios y castigos o el
celular, la netbook, el 0 km , el viaja a Tailandia o el matrimonio o tener
hijos, o como modo de ser felices para siempre.
Cuidado cuando les prometan la felicidad para siempre, o lo
que sea para siempre, porque nada, absolutamente nada es para siempre. A veces
como mucho llega a ser para un ratito, no más.
Cambia todo en este mundo
Todo es todo, objetos, cuerpos, mentes, sentimientos. Nada está
para quedarse hasta el momento mismo de
nuestra partida final, hasta el día en que dejemos de funcionar.
Los chinos decían –nuevamente tomo la metáfora china,
aclarándoles que no estoy muy seguro que lo hayan dicho los chinos- vuelvo, los
chinos decían que el sabio es aquel que sabe ver el cambio y que se mantiene
impasible, alejado de los extremos, y se sabe adecuar, ir cambiando él mismo
con las variaciones de los tiempos.
Amigos, amigas, decir cambio es decir historia, es decir que
nada hay escrito definitivamente. Por eso en las columnas anteriores hablamos
de las palabras, de esas palabras que parecen mágicas y llenas de sentido como
pueden ser la palabra “bien” “mal” “inocencia” “sexualidad” “dioses” . Parecen
mágicas porque carecen de historia, si no aclaro cuando digo “bien o mal” a qué momento de la
historia me estoy refiriendo y qué significado tuvo para ese momento, no estoy
diciendo nada, estoy negando el cambio. Niego que antes significaban otra cosa
y que ahora también, aunque las palabras sean las mismas.
Porque en este juego de los cambios, nosotros, Uds, yo,
somos seres históricos, o sea que estamos también hechos por el momento en que
estamos viviendo. Nuestros miedos, ilusiones y sentimientos están ligados a
esta época. Por eso nuestros padres o abuelos,
son, pensaron y sintieron diferente que nosotros. Muchos de nuestros
enojos con ellos provienen de esto, de esta incomprensión de que siendo tan
cercanos estamos muy lejos porque las épocas cambiaron.
Lo que cambió ayer
Tendrá que cambiar mañana
Así como cambio yo
En esta tierra lejana
Cambia, todo cambia.
La mayoría de las IMAGENES han sido
tomadas desde la web, si algún autor no está de acuerdo en que aparezcan por
favor enviar un correo a
alberto.b.ilieff@gmail.com y serán retiradas inmediatamente. Muchas
gracias por la comprensión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario