lunes, 19 de noviembre de 2012

7 - Todo cambia



7
Todo Cambia




Cambia lo superficial
Cambia también lo profundo
Cambia el modo de pensar
Cambia todo en este mundo

Si hay algo que se mantiene constante desde el surgimiento del universo mismo es el cambio. Jugando con las palabras podríamos decir que lo único que no cambia, lo único constante, es el cambio.
Por momentos rápido, fugaz como la vida de una mariposa que en horas nace, crece y muere, o como en la vida de una flor; o lento, imperceptible como la variación de una montaña o el envejecimiento de nuestro sol.

Ya sabemos que el universo, que el sol, que nuestro planeta un día surgieron de una gran explosión, del big bang y que en su desarrollos un día también llegarán a su fin, porque precisamente, todo, todo absolutamente cambia.

Cambia el clima con los años
Cambia el pastor su rebaño
Y así como todo cambia
Que yo cambie no es extraño

¿Acaso nosotros no somos el claro y más cercano ejemplo de esto que estoy diciendo?
Un día  fuimos engendrados y a partir de ahí siguió nuestro recorrido. Nuestro cuerpo-mente cambió. Los sueños de cuando éramos pequeños se transformaron en otros, quizá tan inocentes o imposibles como aquellos, pero ahora son de adultos. Nuestras angustias también, ya no tememos –quizá- al cuco, pero sí a la inflación, sí a perder nuestro trabajo, sí a los robos, y a muchas otras cosas más. Mi cuerpo chiquito creció, buscó otros seres, encaneció y arrugó, y ya va mostrando el camino a la siguiente etapa. Todo, todo cambia.

Y qué hablar de lo que nos rodea, nuestros seres cercanos, hasta alguno de ellos probablemente haya muerto, la casa en que vivimos, las modas, nuestro barrio.

Cambia lo superficial
Cambia también lo profundo

¿Hay diferencia entre lo superficial y lo profundo?
No lo creo, más bien parecen dos modos de mirar, un simple cambio de óptica, la misma cara de una moneda vista desde otro ángulo.
No puedo decirte que te amo en lo profundo, en el fondo, si en mis actos más simples no aparece este amor.
Si te agredo, si te castigo, si te pego, si te amenazo, si ejerzo algún tipo de violencia, puedo tratar de engañarte, de ilusionarte, de decirte que es por tal o cual razón o hasta que es por amor. Todo esta muy claro, si te violentan en lo superficial es porque en lo profundo esta la misma violencia.

Nos hicieron creer en profundidades, en pensamientos profundos, en ideas, en mil otras cosas, para sacarnos del medio, para hacernos sentir tontos y tontas, pera que no nos acerquemos e indaguemos. 
Lo que no está más acá no está tampoco más allá. Como es adentro es afuera.

Metamorfosis . Gustavo del Río

Y estas superficiesprofundas de mis sentimientos, mis ideas, esperanzas, temores, ansiedades, también están sometidas a este no detenerse nunca del tiempo, ellas también naces, crecen, envejece. Te amo, pero distinto a ayer, también diferente a mañana.

Aún esto, cambia.
Esta es la gran esperanza, todo cambia por lo tanto no tenemos nada fijo, no tenemos derecho a decir que no puedo modificar tal o cual conducta, que si he creído debo seguir creyendo, que si me he sometido, agachado la cabeza, tengo que seguir haciéndolo.
Cambia el rumbo el caminante
Aúnque esto le cause daño
No,  todo cambia y yo puedo dirigir mis cambios, puedo ayudarlos porque no hay nada fijo, ni siquiera mi rostro.

Cambia el sol en su carrera
Cuando la noche subsiste
Cambia la planta y se viste
De verde en la primavera

Cambia el pelaje la fiera
Cambia el cabello el anciano
Y así como todo cambia
Que yo cambie no es extraño


La gran enseñanza es que no hay nada fijo, no hay sustancia, no hay una base que me determina, sino que somos, vuelvo a Shakespeare, de la misma tela que los sueños. Somos seres sutiles, transformables,  tanto que la Biblia misma dice que somos superiores a los ángeles. Sí, escuchó bien, somos aun más importantes y capaces que los ángeles. Y también tenemos alas que son  nuestras ilusiones, nuestros sueños, la alegría  y la tenacidad por cambiar algo en este mundo. Tengo alas y son superior a un ángel cuando  salgo de mis cuatro paredes mentales, que también pueden ser mi cocina o mi oficina, y miro hacia afuera y no me quedo quieto sino que hago algo, que puede ser quizá solamente una sonrisa o una revolución, no importa, todo cambia.

Los poderosos saben esto y lo guardan celosamente. Por eso nos buscan de muy pequeños para “educarnos” y luego nos meten sus principios, el acatamiento a los que mandan, nos llegan de impotencia y nos ponen en la cabeza fantasías erráticas de otros mundos  de cielos, infiernos, premios y castigos o el celular, la netbook, el 0 km , el viaja a Tailandia o el matrimonio o tener hijos, o como modo de ser felices para siempre.

Cuidado cuando les prometan la felicidad para siempre, o lo que sea para siempre, porque nada, absolutamente nada es para siempre. A veces como mucho llega a ser para un ratito, no más.

Cambia todo en este mundo

Todo es todo, objetos, cuerpos, mentes, sentimientos. Nada está para quedarse  hasta el momento mismo de nuestra partida final, hasta el día en que dejemos de funcionar.

Los chinos decían –nuevamente tomo la metáfora china, aclarándoles que no estoy muy seguro que lo hayan dicho los chinos- vuelvo, los chinos decían que el sabio es aquel que sabe ver el cambio y que se mantiene impasible, alejado de los extremos, y se sabe adecuar, ir cambiando él mismo con las variaciones de los tiempos.

Amigos, amigas, decir cambio es decir historia, es decir que nada hay escrito definitivamente. Por eso en las columnas anteriores hablamos de las palabras, de esas palabras que parecen mágicas y llenas de sentido como pueden ser la palabra “bien” “mal” “inocencia” “sexualidad” “dioses” . Parecen mágicas porque carecen de historia, si no aclaro  cuando digo “bien o mal” a qué momento de la historia me estoy refiriendo y qué significado tuvo para ese momento, no estoy diciendo nada, estoy negando el cambio. Niego que antes significaban otra cosa y que ahora también, aunque las palabras sean las mismas.

Porque en este juego de los cambios, nosotros, Uds, yo, somos seres históricos, o sea que estamos también hechos por el momento en que estamos viviendo. Nuestros miedos, ilusiones y sentimientos están ligados a esta época. Por eso nuestros padres o abuelos,  son, pensaron y sintieron diferente que nosotros. Muchos de nuestros enojos con ellos provienen de esto, de esta incomprensión de que siendo tan cercanos estamos muy lejos porque las épocas cambiaron.

Lo que cambió ayer
Tendrá que cambiar mañana

Así como cambio yo
En esta tierra lejana

Cambia, todo cambia.







La mayoría de las IMAGENES han sido tomadas desde la web, si algún autor no está de acuerdo en que aparezcan por favor enviar un correo a  alberto.b.ilieff@gmail.com y serán retiradas inmediatamente. Muchas gracias por la comprensión.
 



No hay comentarios:

Publicar un comentario