domingo, 18 de noviembre de 2012

6 - Puedo escribir los versos más tristes esta noche



6
Puedo escribir los versos más tristes esta noche

Firma de Pablo Neruda

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos."

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como esta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oir la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche esta estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque este sea el ultimo dolor que ella me causa,
y estos sean los ultimos versos que yo le escribo.

Pablo Neruda

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos."

Pablo Neruda


Pablo Neruda fue quien escribió estos versos. Ellos siempre me pueden, siempre  me llegan muy profundo, acompañan mis dolores y los llenan de belleza.
Sí, estos versos me llevan a la belleza.

Me alegra que Ud acuerde conmigo, también acepto que le parezcan indiferentes y hasta que no le gusten.
Es así porque Ud es Ud y yo soy yo. Tan simple y tan irreductible como esto.
Recuerdo ahora la oración de la Gestalt. La gestalt es una teoría, por llamarla de algún modo, y una técnica psicológica que en muy pocas palabras definió el destino de las relaciones, ella dice:

Yo soy Yo
Tú eres Tú.
Yo no estoy en este mundo para cumplir tus expectativas
Tú no estás en este mundo para cumplir las mías.
Tú eres Tú
Yo soy Yo.

Si en algún momento o en algún punto nos encontramos
Será maravilloso
Si no, no puede remediarse.
Falto de amor a Mí mismo
Cuando en el intento de complacerte me traiciono.
Falto de amor a Ti
Cuando intento que seas como yo quiero
En vez de aceptarte como realmente eres.
Tú eres Tú y Yo soy Yo.

Este mundo es lo suficientemente grande como para dar cabida a mis gustos y los suyos, mientras yo no trate de imponer los míos, mientras no trate de forzarla a aceptarlos, mientras no haga leyes imponiéndolos, mientras no presione con la cárcel para doblegarla, someterlo, mientras no llame a la policía o los ejércitos o al dios de los infiernos. Hay espacio para Ud, para mí, para aquel y aquella, para todos, por esto, permítanme seguir pensando y diciendo que estos versos de Neruda son en verdad bellísimos.

Todos, todas, en algún momento, quizá ahora mismo, hayamos o estemos transitando por la tristeza, por el dolor, por la melancolía, quizá esto sea lo único universal, luego, cómo vivimos estos sentimientos, como los llevamos y hacia dónde nos dirigimos con ellos es una definición enteramente personal. Acá no hay recetas.

Si esta triste, alegre, enojado, furiosa, enamorada, o como este, no deje que le digan cómo hacerlo, como vivir ese sentimiento. Mucho menos se lo cuestione ud misma, ud mismo. No hay un momento o una forma para llorar o para reír, no hay una forma para sentir. Lo importante, lo único es “sentir”.
Neruda quizá lloró, quizá maldijo, quizá se tiro sobre una cama, no lo sé, pero sí sé que en algún momento tomó un lápiz, un papel y dijo:
“Puedo escribir los versos más tristes esta noche.”

Con eso habría bastado, con eso ya tengo suficiente.

El siguió y  también dijo que  en el mismo cielo en el que en otros momentos había visto desplegado su amor, ahora ve que

“La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos”

Ya no hablan de amor, ya no unen almas, ahora tiritan, ahora azules, ahora lejos, muy lejos, casi tan lejos como una separación, como un final.
El firmamento no cambió, Neruda cambió, yo cambié, y desde ese interior nuestro  modificó al universo. Nuevamente el factor personal.

El universo cambia, también la noche, por eso el poeta dice:

“Oir la noche inmensa, más inmensa sin ella.”

Porque en la ausencia quedan tantos espacios huecos, tantos recuerdos sin ancla, tantas veredas despobladas, que el mundo se agranda en una falta dolorosa, la noche se vuelve más inmensa sin ella.

Yo mismo me vuelvo más pequeño porque duelo, sufro, pero también inmenso porque estoy lleno de vacíos.   Y ya no es posible dejar de 

“Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.”

Y en toda esta poesía el tiempo que es el gran espacio nunca quieto donde los seres y las cosas se deslizan llevadas por su marea. Porque estoy recordando, porque lloro lo que ya no esta, lo que es solamente pasado, y el presente es solo esto y el futuro ya es sin ella, sin él, porque todo ya transcurrió y solamente mi sentimiento se juega entre estos tiempos.
Quizá por esto Neruda dice

“Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.”

“Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.”  

Por eso amigos y amigas, volviendo a la oración de la gestalt:
“Si en algún momento o en algún punto nos encontramos
Será maravilloso
Si no, no puede remediarse.“

Si nos encontramos aunque sea un instante, en la cola del supermercado, en la sala de espera, en el aula o en la cancha, si nos sentimos juntos y compartiendo,  sepamos que es un tiempo maravilloso, hagamos de él algo maravilloso, un ágape, una fiesta de compartirnos. Luego, cuando nos separemos, nos quedaremos con esos momentos en los que pudimos vencer a la inercia.

Ahora, si por el contrario, no podemos encontrarnos, si la distancia y la fricción y las ideas y los sentimientos nos alejan, seamos piadosos, amorosos con nosotros mismos, no forcemos, no luchemos, no demandemos, porque , como dice la gestalt:

“no puede remediarse”

Recuerdo un bolero que siempre me ha enseñado el camino, cuando ya no pueda remediarse mi opción personal será

“entonces daré la media vuelta y me iré con el sol cuando caiga la tarde”






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