viernes, 30 de noviembre de 2012

17 - Amor romántico 2



17
Amor romántico 2


¿Qué he sacado con la luna
que los dos miramos juntos?
¿Qué he sacado con los nombres
estampados en el muro?

Que he sacado con todo esto si nuestro amor era “Para toda la vida , “incondicional”, “te quiero más que a mi vida”, “sin vos me muero”, “te necesito”, “sufro si no estas”


Estas frases se convierten en condiciones para el que ama, es así que se impone el sacrificio, sino no sería amor; se piden o dan o estamos atentos a las pruebas de amor; se espera la fusión con el otro olvidando  la propia vida pudiendo llegar a la simbiosis en la que creemos que necesitamos del otro para vivir, respirar, movernos, ser felices, formando así, entre ambos, un todo indisoluble;  sostenemos la fantasía mágica de que existe un ser absolutamente complementario (mi media naranja). Por esto el amor romántico es uno de los modelos que fundamenta el matrimonio monogámico y las relaciones de pareja estables.
Esta condición de sometimiento, de renuncia a uno mismo, vuelven a este amor otro modo de la violencia.

Pensar de este modo nos lleva a falsas expectativas que cuando no se dan en la realidad, producen frustración. Muchos y muchas entonces, antes que darse cuenta que están en un error al buscar lo que no existe, creen que su pareja es la que no funciona, y la dejan buscando otra también ideal, la que también terminará en otra frustración.

Gran parte del dolor de descubrir que una relación no funciona, del dolor de la aceptación de la separación, se debe a que pensamos que el amor es para toda  la vida, que las parejas son hasta que la muerte nos separe, que esta es la única persona para mí. Mucho más sencillo sería todo si entendiéramos que todo tiene un tiempo, y en el comienzo ya esta escrito el final. Este tiempo quizá abarque toda nuestra vida, no importa, igualmente tendrá un final.
En el caso de las mujeres esto todavía es mucho más doloroso que en el de los hombres, porque ellas fueron educadas para ser esposas y madres, para el sometimiento a la figura del marido y el servicio a los hijos, aún cuando trabajen este sigue siendo su centro, y cuando este tambalea se sienten tambalear también ellas y su mundo. Además de lo educativo acá tiene que ver también lo diario, que la separación implica que ellas se van a quedar con los hijos, van a tener que seguir trabajando y el marido les pasará un dinero, cuando les pasa, que no alcanzará.
Durante siglos  las mujeres entregaron su vida personal, su formación y su desarrollo profesional por amor a un hombre y la crianza de unos hijos. Durante siglos han aceptado que las tareas de mando son de hombres y las de cuidado y limpieza de mujeres y que por estas  son por amor, no deben recibir ningún pago, pero tampoco  prestigio ni reconocimiento social, salvo que sea el día de la madre.

Muchas de nuestras alteraciones vienen por estas creencias, especialmente la disociación lo que implica que hay personas que no pueden vivir el sentimiento y el sexo con la misma persona, sino que  viven un romance sentimental con alguien y por otro lado satisfacen su deseo  sexual con otra persona, principalmente cuando se ha aprendido a vivir la sexualidad como algo sucio.


 El amor romántico también es usado como una forma de control social, de despolitización.
Se ha construido basado en el  individualismo y la infantilización en una relación en la que tienen cabida solamente dos personas y que por estar basado en sentimientos, en lo íntimo, queda fuera de lo político.
Se ha buscado que nuestras vidas queden centradas en el trabajo y el hogar, agotándose en ellas nuestra energía y capacidad y lo que también es importante, nuestra sociabilidad. Nuestros hogares y trabajo se han convertido en lugares de separación, con contactos rutinarios y establecidos, siempre entre las mismas personas y de manera egoísta. Nos hemos burocratizado.




Trabajamos para sostener el hogar, sostenemos el hogar para reunir fuerzas para trabajar y aportar nuevos trabajadores.
No quiero olvidarme de la parte económica de todo este tema, la industria del casamiento.
Inmobiliarias, agencias de viajes, agencias de contactos, Iglesias o cultos, hoteles, salones de boda, modistas, sastres,  abogados para tratar acuerdos pre y postmatrimoniales, casas de artículos para el hogar, psicólogos  para tratar ‘el mal de amores’ o los problemas de pareja, etc.
El amor, como vemos, va mucho más allá de ser un sentimiento para ser también parte de esta sociedad de control y de consumo.


Concebir el amor de este modo romántico es fabricar ilusiones, pompas de jabón que al menor contacto estallan y nos dejan con sabor amargo, con la idea del fracaso y la frustración.
Cuesta entender que este amor de cuento, este amor con violines, lunas y pimpollos no encaja con la realidad de  las personas comunes que no somos perfectas como tampoco nuestras relaciones.

Es irreal creer que mientras todos los días vivimos en la rutina, el egoísmo, la incomunicación, de improviso, mágicamente, el amor nos sacará de todo esto y nos llevará a un mundo maravilloso más allá del arco iris. Es irreal y dañino pretender que alguien nos arrebate de sentimientos, nos satisfaga sexualmente con plenitud, y nos ‘salve’ y nos ‘colme’ la existencia por completo. Este es un excelente programa para la infelicidad, para la frustración y la amargura.

No quiero que parezca que estoy en el polo opuesto, en creer que las emociones no existen y todo se reduce a lo sexual. Al contrario, creo que las emociones son parte de procesos muy complejos y que nos relacionan con los otros de manera diferente a la intelectual o sexual. Por más individual que parezca un sentimiento, siempre es producto de nuestra relación con alguien o algo y en esto también radica su enorme importancia.







El amor nos hace protagonistas de nuestra propia novela,  nos hace sentir especiales y nos lleva a un punto muy distante del gris cotidiano en el que  la vida cobra una intensidad inusitada. Nos hace sentir que todo es posible y si no lo es, no nos importa. Nuestra energía reaparece y nos lanzamos a un nuevo proyecto vital amoroso.  Actúa como una droga natural para escapar de la realidad. 

Enamorarnos es sentir que estamos vivos.
Aceptemos esto, vivamos con intensidad estas alturas, este entrelazarnos cuerpos pieles caricias sensaciones y sentimientos que hacen escapar a los pensamientos,  que silencian las cabezas, y no pidamos más, que con esto ya tenemos mucho. 







La mayoría de las IMAGENES han sido tomadas desde la web, si algún autor no está de acuerdo en que aparezcan por favor enviar un correo a  alberto.b.ilieff@gmail.com y serán retiradas inmediatamente. Muchas gracias por la comprensión.
 

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