martes, 4 de diciembre de 2012

21 - Todo se relaciona con todo



21
Todo se relaciona con todo

La vida de la ciudad, la rapidez, los aparatos y muchísimas más cosas de esto que llamamos modernidad nos  alejan tanto de lo simplemente natural que no podemos comprender las relaciones del mundo,  esa vida nos impidió aprender.  Esas relaciones  que los antiguos podían leer,  como por ejemplo, el color del cielo en el ocaso como anuncio del tiempo que vendría,  y mil otros signos en el cielo y la tierra.
Es así como aprendieron la relación entre determinadas plantas y los malestares del cuerpo y comenzaron a curar,   también la conexión entre los símbolos y la mente y surgió la pintura, la escritura, las religiones, también entre los sonidos y el cuerpo por lo que crearon la música y el baile.
Su mundo era un mundo vivo, de afinidades y rechazos, de corrientes que como ríos  conectaban personas, situaciones, objetos, estados de ánimo, ideas.
Quizá la magia y las religiones primero, y después la ciencia,  fueron creadas como maneras de tratar de controlar estas corrientes.



Aunque no lo hayamos aprendido, todavía nos queda la intuición para captar  que hay modos secretos en que las personas, las cosas, los hechos, se van relacionando. Sí, lo hacen de manera misteriosa, escondida, con ondas que nos resultan  invisibles, inaudibles, pero que sin embargo, unen puntos distantes, hablan a las mentes y los sentimientos, relacionan hechos que antes perecían imposibles.

Quizá…y esto es lo que tenemos que preguntarnos  ¿ quizá todo se relacione con todo?.

Mis ojos no captan toda la luz que nos rodea, mis oídos son incapaces de escuchar todos los sonidos y sería maravilloso que mi piel pudiera sentir hasta la más suave de las tibias brizas, pero no, no es así, somos limitados , no tenemos idea de cuánto hay más allá de nuestros sentidos!!!
Es como el conejo en la galera del mago que no podemos ver, aunque nos muestre la galera por todos sus lados, y de pronto, aparece y quedamos asombrados porque sabemos que ahí estaba. 




Si nuestros sentidos estuvieran más abiertos, si nuestra mente no tuviera tantos prejuicios que la enceguecen y tantos miedos que la paralizan, podríamos ver el conejo y la galera y al mago y al teatro y a nosotros y al universo, podríamos ver relaciones y líneas que van y vienen entre  seres y acontecimientos y lo que ahora nos parece separado, solo, lo veríamos conectado y unido a multitudes.
Lineas invisibles que todo lo conectan, el sol quema los pastos que ya no alimentan a las vacas, por lo que ellas ya no dan leche, el tambero sube el precio, la familia ya no puede comprar esa leche, el niño se desnutre, el gobierno lo mira silencioso y no hace nada porque es un niño muy pobre, mientras bajan las acciones de la industria láctea, los financistas desvían el dinero hacia el tráfico de drogas, hacia la trata de mujeres y niñas, muchas, casi todas, terminan en algún prostíbulo, algún hombre que quiere saciar su frustración y violencia busca una de esas mujeres y se satisface por unos pesos….
 Y podríamos seguir uniendo detalles, paisajes, podríamos seguir casi hasta incluir el universo entero, porque todo, todo esta relacionado, lo veamos o no.

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Por estas líneas circula el movimiento, estas líneas son movimiento siempre, en algún punto se cruzan, se anudan, se mezclan y parecen detenerse, pero no es así.
Un científico habló del “efecto mariposa” , la metáfora dice  que el aleteo de una mariposa en Pekín puede provocar un huracán en Nueva York. Si le damos una interpretación un tanto libre podemos  decir que aún los menores detalles, aún los incidentes más simples, aquellos a los que quizá nunca le daríamos importancia, puede desencadenar a través de estas líneas, resultados imprevisibles y aún tan alejados que quizá nunca descubramos el resultado.
Algunas veces estas  conexiones son tan claras y fuertes que parecen adquirir cuerpo, o llegan a convertirse en algo sólido,  como cuando van por la calle dos personas que se aman y simplemente con verlos uno se da cuenta,  o cuando hay miradas que atraviesan distancias, o cuando mi pensamiento te llama y respondés.

No ver estas relaciones o hasta llegar a negarlas si alguien nos las muestra o por casualidad las captamos, nos encierra. Nos negamos a verlas porque heriría nuestro ego o porque también nos obligaría a replantearnos algunas “verdades” que hemos fabricado o nos han impuesto.  Son estas limitaciones las que nos hacen más egoístas, más metidos en nuestra propia cápsula.
Y es así como vivimos, moviéndonos entre cosas y personas y no CON las cosas y las personas. Es por eso que me parece que los árboles muertos en las selvas ecuatoriales, en la Amazonia, no me lastiman a mí, que si la capa de ozono esta rota en la Antártida nada tiene que ver con mi vida, que la  extinción de los elefantes en las manos salvajes de reyes y burgueses, que el deshielo, que el aire que cada vez contiene menos vida, nada tienen que ver con el trigo y el pan que como, con la lana que me abriga o con mi dolor de espalda o esta acidez estomacal que no me deja.


¿Puedo pensar todavía que el agua con cianuro de la minería depredadora no afectará mi vida?
¿ o que la contaminación del Río de la Plata me es ajena ?
En otros temas hago lo mismo, creo que la única línea que me une a los gobiernos es el voto y la queja posterior.
Me cierro a esta visión limitada de mí mismo y de mi mundo y de ese modo me dejo convertir en un objeto, en alguien para ser usado, para sostener y mantener a los poderosos. Entre ellos y yo hay líneas, hay lazos, hay cosas no dichas, silenciadas, acuerdos tácitos, mentiras  que sabemos que son mentiras y que sin embargo aceptamos.
Podríamos preguntarnos ¿de dónde sacan el poder los poderosos? O mejor dicho, ¿de quién sacan su poder?. También podemos preguntarnos ¿de quién  sacan su riqueza los ricos?  Nadie un día se levantó y se encontró con una enorme fortuna en sus zapatos como si fuera la mañana de reyes.
Podemos seguir preguntándonos ¿por qué ellos tienen tanto y otros tan poco?  ¿por qué ellos pueden derrochar y seguir siendo ricos y a otros apenas les alcanza para comer o ni siquiera para eso?







No es casual, no es así porque sí,  hay relaciones invisibles que hacen que esto sea así. La injusticia no es una maldición  de los dioses o algo mágico sino que esta hecha por estas relaciones entre humanos.  Puedo creer que sí es mágico, que entre el asesinato del maestro Fuentealba y el Fondo Monetario Internacional , o los hoteles cinco estrellas  y mi silencio  no hay relación; puedo creer que la contaminación de los mares no tiene nada que ver con la violencia cada vez más descarada de los gobiernos ni con los programas televisivos o la comida chatarra. Puedo creerlo, sí, y quedarme tranquilo, pero no es así, todo se relaciona con todo.






Y cuando callo un maltrato, una injusticia, un sometimiento, también estoy permitiendo que se contamine, que  mueran niños desnutridos, que sean prostituidas cada vez más mujeres, y mil cosas más, porque hay hilos sutiles, hay ondas que van y vienen y nos entrecruzan y relacionan constantemente con el universo.




Por eso cada uno de nuestros actos  tiene trascendencia, va mucho más allá de lo que vemos y oímos, puede desencadenar tormentas o apaciguar leones.




La mayoría de las IMAGENES han sido tomadas desde la web, si algún autor no está de acuerdo en que aparezcan por favor enviar un correo a  alberto.b.ilieff@gmail.com y serán retiradas inmediatamente. Muchas gracias por la comprensión.

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