21
Todo se relaciona con todo
La vida de la ciudad, la rapidez, los aparatos
y muchísimas más cosas de esto que llamamos modernidad nos alejan tanto de lo simplemente natural que no podemos
comprender las relaciones del mundo, esa
vida nos impidió aprender. Esas
relaciones que los antiguos podían
leer, como por ejemplo, el color del
cielo en el ocaso como anuncio del tiempo que vendría, y mil otros signos en el cielo y la tierra.
Es así como aprendieron la relación entre
determinadas plantas y los malestares del cuerpo y comenzaron a curar, también la conexión entre los símbolos y la
mente y surgió la pintura, la escritura, las religiones, también entre los
sonidos y el cuerpo por lo que crearon la música y el baile.
Su mundo era un mundo vivo, de afinidades y
rechazos, de corrientes que como ríos
conectaban personas, situaciones, objetos, estados de ánimo, ideas.
Quizá la magia y las religiones primero, y
después la ciencia, fueron creadas como
maneras de tratar de controlar estas corrientes.
Aunque no lo hayamos aprendido, todavía nos
queda la intuición para captar que hay modos
secretos en que las personas, las cosas, los hechos, se van relacionando. Sí,
lo hacen de manera misteriosa, escondida, con ondas que nos resultan invisibles, inaudibles, pero que sin embargo,
unen puntos distantes, hablan a las mentes y los sentimientos, relacionan
hechos que antes perecían imposibles.
Quizá…y esto es lo que tenemos que preguntarnos
¿ quizá todo se relacione con todo?.
Mis ojos no
captan toda la luz que nos rodea, mis oídos son incapaces de escuchar todos los
sonidos y sería maravilloso que mi piel pudiera sentir hasta la más suave de
las tibias brizas, pero no, no es así, somos limitados , no tenemos idea de cuánto
hay más allá de nuestros sentidos!!!
Es como el
conejo en la galera del mago que no podemos ver, aunque nos muestre la galera
por todos sus lados, y de pronto, aparece y quedamos asombrados porque sabemos
que ahí estaba.
Si nuestros
sentidos estuvieran más abiertos, si nuestra mente no tuviera tantos prejuicios
que la enceguecen y tantos miedos que la paralizan, podríamos ver el conejo y
la galera y al mago y al teatro y a nosotros y al universo, podríamos ver
relaciones y líneas que van y vienen entre
seres y acontecimientos y lo que ahora nos parece separado, solo, lo
veríamos conectado y unido a multitudes.
Lineas
invisibles que todo lo conectan, el sol quema los pastos que ya no alimentan a
las vacas, por lo que ellas ya no dan leche, el tambero sube el precio, la
familia ya no puede comprar esa leche, el niño se desnutre, el gobierno lo mira
silencioso y no hace nada porque es un niño muy pobre, mientras bajan las
acciones de la industria láctea, los financistas desvían el dinero hacia el
tráfico de drogas, hacia la trata de mujeres y niñas, muchas, casi todas,
terminan en algún prostíbulo, algún hombre que quiere saciar su frustración y
violencia busca una de esas mujeres y se satisface por unos pesos….
Y podríamos seguir uniendo detalles, paisajes,
podríamos seguir casi hasta incluir el universo entero, porque todo, todo esta
relacionado, lo veamos o no.
--------
Por estas
líneas circula el movimiento, estas líneas son movimiento siempre, en algún
punto se cruzan, se anudan, se mezclan y parecen detenerse, pero no es así.
Un científico
habló del “efecto mariposa” , la metáfora dice que el aleteo de una mariposa en Pekín
puede provocar un huracán en Nueva York. Si le damos una interpretación un tanto libre podemos decir que aún los menores detalles, aún los
incidentes más simples, aquellos a los que quizá nunca le daríamos importancia,
puede desencadenar a través de estas líneas, resultados imprevisibles y aún tan
alejados que quizá nunca descubramos el resultado.
Algunas
veces estas conexiones son tan claras y
fuertes que parecen adquirir cuerpo, o llegan a convertirse en algo
sólido, como cuando van por la calle dos
personas que se aman y simplemente con verlos uno se da cuenta, o cuando hay miradas que atraviesan
distancias, o cuando mi pensamiento te llama y respondés.
No ver
estas relaciones o hasta llegar a negarlas si alguien nos las muestra o por
casualidad las captamos, nos encierra. Nos negamos a verlas porque heriría
nuestro ego o porque también nos obligaría a replantearnos algunas “verdades”
que hemos fabricado o nos han impuesto.
Son estas limitaciones las que nos hacen más egoístas, más metidos en
nuestra propia cápsula.
Y es así
como vivimos, moviéndonos entre cosas y personas y no CON las cosas y las
personas. Es por eso que me parece que los árboles muertos en las selvas
ecuatoriales, en la Amazonia, no me lastiman a mí, que si la capa de ozono esta
rota en la Antártida nada tiene que ver con mi vida, que la extinción de los elefantes en las manos
salvajes de reyes y burgueses, que el deshielo, que el aire que cada vez
contiene menos vida, nada tienen que ver con el trigo y el pan que como, con la
lana que me abriga o con mi dolor de espalda o esta acidez estomacal que no me
deja.
¿Puedo
pensar todavía que el agua con cianuro de la minería depredadora no afectará mi
vida?
¿ o que la
contaminación del Río de la Plata me es ajena ?
En otros
temas hago lo mismo, creo que la única línea que me une a los gobiernos es el
voto y la queja posterior.
Me cierro a
esta visión limitada de mí mismo y de mi mundo y de ese modo me dejo convertir
en un objeto, en alguien para ser usado, para sostener y mantener a los
poderosos. Entre ellos y yo hay líneas, hay lazos, hay cosas no dichas,
silenciadas, acuerdos tácitos, mentiras
que sabemos que son mentiras y que sin embargo aceptamos.
Podríamos
preguntarnos ¿de dónde sacan el poder los poderosos? O mejor dicho, ¿de quién
sacan su poder?. También podemos preguntarnos ¿de quién sacan su riqueza los ricos? Nadie un día se levantó y se encontró con una
enorme fortuna en sus zapatos como si fuera la mañana de reyes.
Podemos
seguir preguntándonos ¿por qué ellos tienen tanto y otros tan poco? ¿por qué ellos pueden derrochar y seguir
siendo ricos y a otros apenas les alcanza para comer o ni siquiera para eso?
No es
casual, no es así porque sí, hay
relaciones invisibles que hacen que esto sea así. La injusticia no es una
maldición de los dioses o algo mágico
sino que esta hecha por estas relaciones entre humanos. Puedo creer que sí es mágico, que entre el
asesinato del maestro Fuentealba y el Fondo Monetario Internacional , o los
hoteles cinco estrellas y mi
silencio no hay relación; puedo creer
que la contaminación de los mares no tiene nada que ver con la violencia cada
vez más descarada de los gobiernos ni con los programas televisivos o la comida
chatarra. Puedo creerlo, sí, y quedarme tranquilo, pero no es así, todo se
relaciona con todo.
Y cuando
callo un maltrato, una injusticia, un sometimiento, también estoy permitiendo
que se contamine, que mueran niños
desnutridos, que sean prostituidas cada vez más mujeres, y mil cosas más,
porque hay hilos sutiles, hay ondas que van y vienen y nos entrecruzan y
relacionan constantemente con el universo.
Por eso
cada uno de nuestros actos tiene
trascendencia, va mucho más allá de lo que vemos y oímos, puede desencadenar
tormentas o apaciguar leones.
La mayoría de las IMAGENES han sido
tomadas desde la web, si algún autor no está de acuerdo en que aparezcan por
favor enviar un correo a
alberto.b.ilieff@gmail.com y serán retiradas inmediatamente. Muchas
gracias por la comprensión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario