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También soy
responsable
La agresión
subiendo el tono hasta la violencia destructora están naturalizadas en nuestro
mundo. Iba a decir “nuestra cultura” pero la realidad es que va mucho más allá
de esto que llamamos occidente. Seguramente habrá geografías donde estas formas
no sean las preponderantes, pero las que ejercen su poder en el mundo, son
claramente violentas.
Ya escuchar
hablar de guerras, de enfrentamientos, de grupos de sicarios, de asesinatos
narcos, de aviones de guerra no tripulados, de armas de destrucción masiva, de
misiles, de militares y de paramilitares, es casi un lugar común.
Y esto que
ya nos parece cosa de todos los días implica algo que no se nombra, y ahí esta
la gravedad de todo este asunto: cada uno de estos nombres, de estas
modalidades de relación humana, implican destrucción, implican muerte, el fin
de la relación.
Porque ahí
donde hay muerte hay un punto final no solamente para una vida, que no es poco,
sino para las posibilidades de entendimiento, de crecimiento, de logros. Porque
no se puede construir la paz mediante la guerra, es una falacia, una mentira
total.
Las
llamadas “guerras preventivas” no previenen nada, lo desencadenan, solamente
una mente dislocada puede creer que cuando mato soluciono un problema, o lo que
es peor aún, un “posible” problema, algo que ni siquiera todavía existe, o sea
que matamos por las dudas…
Sé que no
olvidaré nunca cuandola guerra de EEUU contra Irak fue televisada, como en las
imágenes que recuerdo grises, nocturnas, sin audio, con un silencio que todavía
las volvía más fantasmales e impresionantes, se veían las lucecitas blancas,
casi como estrellas, volando y cayendo sobre la ciudad. Eran misiles, eran
armas que estaban asesinando personas sin compasión, sin ya derecho a la vida.
Y la televisión pasaba estas escenas, una tras otra, durante un infernal
tiempo, y era convertido así el homicidio en una aburrida serie, en un mensaje
que durante horas y días nos decía: “ves que matar no es nada, solamente unas
luces y un estallido y nada más, casi como un juego de computadora. Ahora que
lo viste cambiá de canal o sentate a cenar que no ha pasado nada en tu vida” Y
esto es también lo importante, en mi vida no pasó nada, mi casa sigue intacta,
mi comida humeante, y mañana volveré a trabajar, no pasó nada, solamente un
programa televisivo más.
Las casas
destruidas, los cuerpos mutilados, los dolores, los llantos, las pérdidas
amorosas no se ven, solamente lucecitas cruzando el cielo oscuro, solamente
eso.
Pero sí
hizo y hace, sí la bomba también cayó sobre mi casa, sobre mi mente, también la
violencia puso un huevo en mi corazón, las imágenes, las notas en los diarios,
las voces de los locutores no fueron inocentes. Yo mismo me fui mimetizando con
esas escenas, mi violencia fue repetición de aquellas otras, de esos pasos que
nunca debieron andar, de esas luces malas que no debieron bajar del cielo.
Es así que
la mirada se hizo mano, se armó, salió a matar mujeres, matar niños, a robar
pero también golpear y matar, al fin nuestras calles se fueron acercando cada
vez más a Irak.
Ahora,
asustados, salimos a las calles pidiendo protección a los dioses o a los
gobiernos. Y esta bien que lo hagamos y debemos hacerlo mucho más fuerte,
gritar mucho más porque ellos también son responsables, pero cuidado, no son
los únicos, nosotros también. No queremos entender que todo se relaciona con
todo, que el universo es una unidad y que lo que sucede en Irak, en Afganistán,
en Jujuy, en Santa Cruz o Buenos Aires también me sucede a mí. Nos encerramos
en nuestro muy pequeño mundo egoísta y creemos que mientras podamos sobrevivir
todo está bien, pero no, ahí está el error, el dolor nos alcanzará.
Veamos sino
lo que sucede con la televisión, eso que todos los días, inocentemente, sin
querer darnos cuenta, porque nos entretiene, hacemos entrar en nuestra casa,
que es también nuestro sentimiento y pensamiento. Podemos
preguntarnos ¿qué hacemos mirando esos programas de televisión cuando quienes
los hacen, los producen, no permiten que sus hijos, sus familiares, los miren?.
Y mucho menos que participen, ninguno de
ellos quiere ver a sus familiares en bizarros realitis, a sus hijas semi
desnudas en un baile del caño. Insultos, gritos, humillación, mujeres
expuestas como objetos que tienen un precio, la vida privada colocada como en
una feria de rarezas para ser observada, comentada, criticada. Infidelidades,
enfermedades, infecciones convertidas en espectáculo que todos devoramos, que
por inercia seguimos mirando o escuchando sin decir nada, absorbiendo la
sordidez que va contaminando la capacidad de discernir entre lo sano y lo
enfermo, entre lo nutritivo y la chatarra. Un productor televisivo de apellido Rottemberg
lo dijo de manera muy sintética: "Antes los padres me preguntaban dónde
tenían que estudiar los chicos para ser actores, hoy me preguntan dónde tienen
que ir para ser famosos Vamos por mal camino porque están recibiendo un mensaje
malo",
Y todo esto
va tomando forma, y sale a la calle y en
la esquina se convierte en ese que vende drogas, y en el conductor alcoholizado, y en el hombre
violento, y en los jóvenes descontenidos, y en los adultos cerrados en su
egoísmo vacío.
Y por todos
los canales y todas las radios hablan de paz, de diálogo, de entendimiento,
mientras se hace el antagonismo, se hace la discriminación, la subestimación y
el abuso que sale de las pantallas para llegar a las calles, a las escuelas, a
los ministerios.
Ahora,
asustados, salimos a las calles pidiendo protección a los dioses o a los
gobiernos, indignados porque nos sentimos desprotegidos, porque no somos
cuidados, y eso es cierto, tan cierto como que tenemos que aprender a cuidarnos
nosotros mismos, apagar las pantallas que intoxican, silenciar los sonidos que
contaminan, mirarnos a la cara con nuestros vecinos y señalar al violento, al
que lucra con la salud y la educación, señalar a los cargos orgullosos e
inútiles y sobre todo, no permitir la violencia construyendo la paz.
Las sombras
se combaten encendiendo una luz.
Queremos la paz. Antonio Guijarro Morales |
La Gioconda -detalle. Leonardo da Vinci |
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