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Solamente sexo
Y entonces hay este sonido:
un ruido rojo de huesos,
un pegarse de carne,
y piernas amarillas como espigas juntándose.
Yo escucho entre el disparo de los besos,
escucho, sacudido entre respiraciones y sollozos.
Agua sexual, Pablo Neruda
Los chinos dicen que para combatir la oscuridad lo único efectivo y
necesario, es encender una luz. Entonces, para seguir avanzando en nuestros
temas y aclarar más lo que venimos compartiendo, hablaremos de sexualidad. Esta
será la luz que nos permitirá erradicar la oscuridad, que por comparación, hará
ver más claramente lo que es la prostitución y todo abuso sexual, o mejor
dicho, todo lo que la prostitución no es.
He titulado esta columna “Solamente sexo” como un juego de palabras
porque hablar de sexo es hablar de un todo gigantesco que comienza mucho antes
de la cama –o del lugar que prefiera- y se prolonga más allá de la despedida.
Antes que cualquier otra cosa, es bueno entender que el sexo es sobre
todo libertad, no puede estar constreñido, sometido a condicionamientos o
listados de prohibiciones porque entonces pierde su esencia que es la
movilidad, el cambio, dejarme sentir hoy lo de hoy, que puede ser distinto a lo
de ayer o mañana, porque el cuerpo tiene vida, porque yo estoy vivo, y por eso mismo es cambiante. Esta es la
razón por la cual el sexo y la culpa no conviven, la culpa siempre trata de
limitarlo, de someterlo, de imponerle sus principios, mientras el sexo, por su
propia naturaleza, se resiste, por eso siempre batallan, y si la culpa logra su
cometido, el resultado será un sexo chato, domesticado, incapaz de alturas.
El sexo es sentir, sentir deseo, sentir gusto, necesidad de estar con
otro, con otra, con uno mismo, es estar en la piel y en las sensaciones y a
partir de ahí iniciar un camino que es al mismo tiempo hacia adentro y hacia
afuera, hacia tu cuerpo, a mi cuerpo y hacia mis sentimientos. Y pareciera
extraño que diga sentimientos al hablar de sexo, y no me estoy refiriendo al
amor de pareja. Si digo esto es porque el cuerpo es sentimientos, el sexo se
completa, se engrandece, adquiere alas con los sentimientos. Y también
fantasías, claro, el componente de juego y locura. No olvidemos la
inteligencia, como todo arte no puede estar ajeno a lo inteligente –no estoy
hablando de pensamiento. Por esto la sexualidad es un mundo, con sus luces y
sombras, juegos y picardías, con
pasiones y ternuras.
Todo esto que digo es lo más alejado que podamos pensar de un contrato,
de un me dejo y me pagás, o te pago para que te dejes, esa es la perversión del
sexo, su desnaturalización, convertido en un trámite más, en una cuestión de
tiempos y tarifas.
El amor es un asunto de entrañas. Un vértigo sagrado
en el follaje glandular.
Cuando un pecho calza en otro pecho,
cuando una mirada entra milenariamente en otra
todo el universo se ajusta.
Entonces la gloria es una cama
unas sábanas que tienden el misterio.
Leda
Valladares
El sexo es encontrarme con un otro, una otra, es estar atento a qué te
pasa, a tus sensaciones y placeres, a tus rubores y sonidos como si fueran un
teclado al que con arte y cuidado se le sacan notas maravillosas, y al mismo
tiempo yo también soy una cuerda tendida a la que tus labios y manos arrebatan
melodías y para que esto sea posible es necesaria la confianza, saber que puedo
entregarme y no me dañarás, que aceptarás mis límites, respetarás mis vivencias
y mi forma de sentir. Es también saber que mi placer te incitará tanto como a
mí el tuyo.
Si voy con egoísmo buscando solamente mi gusto, si no me tomo tiempo
para escucharte, podrá haber sexo pero nunca melodía.
Hemos aprendido a sentir nuestro cuerpo y hacer los actos de la
sexualidad como pudimos, y muchas veces pudimos muy mal, por eso hemos elaborado
un ritual que a corto plazo aburre y redujimos las enormes distancias de la
piel a una simple genitalidad. Y acá
llegamos a un punto importante, la genitalidad es solamente una forma, y no
siempre la mayor, del placer sexual. Todo el cuerpo es una gran superficie
plena de sensibilidad y el mayor órgano
del erotismo es el cerebro, la capacidad de fantasear, de jugar, de soltarnos,
si reducimos todo a la penetración, estamos perdiendo mucho.
Ejercer la sexualidad es un arte, nos enseñaron mal, nos hablaron de
instinto, de “bajos instintos”, de algo ciego y bestial, de suciedad y pecado, de
algo que estalla en el bajo vientre y nos obliga y nos exige y nos empuja y no
podemos contenernos porque es instinto y animal. Nos enseñaron mal, el sexo es
arte, es cultura que se aprende desde los silencios, con la yema suave de los
dedos, es saber esperar, contemplar y admirar. No obliga, nos invita y está en
nosotros aceptar o no.
Es tarea de cada día animarnos a amar nuestro cuerpo, nuestras dulzuras
particulares, las tensiones y tiempos que se van deslizando por los músculos,
por los pelos; es tarea diaria invitar o ser invitado al juego.
Ven
y déjate
ser mía.
Para nosotros las noches
serán largas como el mito.
Kago no Kikumaru
una
flor
no lejos de la noche
mi cuerpo mudo
se abre
a la delicada urgencia del rocío.
no lejos de la noche
mi cuerpo mudo
se abre
a la delicada urgencia del rocío.
Amantes - Alejandra
Pizarnik
No puede haber plenitud sexual sin amor
a mí mismo. Quererme, aceptarme aún en mis lugares secretos y placeres
escondidos, en esas fantasías que nadie más conoce, quererme para darme el
tiempo y la medida de mi deseo, y también el límite.
Los seres mezquinos, egoístas, los
atados a prejuicios y perfecciones, esos seres que aún desnudos están
esperando aprobación, los incapaces de
sentir, los que carecen de la empatía necesaria para captar el sentir de quien
lo acompaña en la cama, los que pagan, difícilmente puedan conocer, puedan
vislumbrar las profundidades y también las alturas de la sensibilidad. Es muy
probable que en la vida haya una especie de justicia implícita.
Sea tu sangre una con mi sangre.
Tu boca entre mi boca.
Tu corazón agrande el mío hasta estallar...
Desgárrame.
Caigas entera en mis entrañas.
Anden tus manos en mis manos.
Tus pies caminen en mis pies, tus pies.
Árdeme, árdeme.
Cólmeme tu dulzura.
Báñeme tu saliva el paladar.
Estés en mí como está la madera en el palito.
Que ya no puedo así, con esta sed
quemándome.
Con esta sed quemándome.
La soledad, sus cuervos, sus perros, sus pedazos.
Oración - Juan Gelman
Se miran, se presienten, se desean,
se acarician, se besan, se desnudan,
se respiran, se acuestan, se olfatean,
se penetran, se chupan, se demudan,
se adormecen, despiertan, se iluminan,
se codician, se palpan, se fascinan,
se mastican, se gustan, se babean,
se confunden, se acoplan, se disgregan,
se aletargan, fallecen, se reintegran,
se distienden, se enarcan, se menean,
se retuercen, se estiran, se caldean,
se estrangulan, se aprietan, se estremecen,
se tantean, se juntan, desfallecen,
se repelen, se enervan, se apetecen,
se acometen, se enlazan, se entrechocan,
se agazapan, se apresan, se dislocan,
se perforan, se incrustan, se acribillan,
se remachan, se injertan, se atornillan,
se desmayan, reviven, resplandecen,
se contemplan, se inflaman, se enloquecen,
se derriten, se sueldan, se calcinan,
se desgarran, se muerden, se asesinan,
resucitan, se buscan, se refriegan,
se rehúyen, se evaden y se entregan.
se acarician, se besan, se desnudan,
se respiran, se acuestan, se olfatean,
se penetran, se chupan, se demudan,
se adormecen, despiertan, se iluminan,
se codician, se palpan, se fascinan,
se mastican, se gustan, se babean,
se confunden, se acoplan, se disgregan,
se aletargan, fallecen, se reintegran,
se distienden, se enarcan, se menean,
se retuercen, se estiran, se caldean,
se estrangulan, se aprietan, se estremecen,
se tantean, se juntan, desfallecen,
se repelen, se enervan, se apetecen,
se acometen, se enlazan, se entrechocan,
se agazapan, se apresan, se dislocan,
se perforan, se incrustan, se acribillan,
se remachan, se injertan, se atornillan,
se desmayan, reviven, resplandecen,
se contemplan, se inflaman, se enloquecen,
se derriten, se sueldan, se calcinan,
se desgarran, se muerden, se asesinan,
resucitan, se buscan, se refriegan,
se rehúyen, se evaden y se entregan.
Poema 12 Oliverio Girondo
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